SYDNEY.-DPA
Dos trabajadores de la organización Refugee Rights Action Network de ayuda a los refugiados estaban hablando con él para intentar disuadirlo, pero no tuvieron éxito
SYDNEY.-DPA
Khodayar Amini se roció con gasolina y se prendió fuego por miedo a ser deportado durante una videoconferencia en Australia, informa este martes el diario "The Age".
Dos trabajadores de la organización Refugee Rights Action Network de ayuda a los refugiados estaban hablando con él para intentar disuadirlo, pero no tuvieron éxito.
Los trabajadores avisaron a la policía antes de que la videoconferencia se cortara. El cadáver del afgano, de unos 30 años, fue hallado el domingo en las cercanías de Melbourne, según se informó en el Comité de Inmigración del Senado de Canberra.
El hombre llevaba tres años con un visado temporal en Australia y temía ser deportado. "Mi crimen es ser un refugiado. Me han torturado durante 37 meses... Ellos me han matado", escribió a los trabajadores la noche antes de su suicidio.
Australia tiene una política de refugiados muy estricta. Sólo hay opciones de poder entrar en el país si se ha solicitado el permiso de asilo desde un campo de refugiados extranjero. Aquellos que llegan por mar por su cuenta son trasladados a campos de internamiento o deportados directamente.
Los campamentos son mantenidos por Australia en países vecinos como Papúa Nueva Guinea o Nauru. A menudo, los refugiados se ven obligados a esperar en esos campos durante años y, en caso de obtener resultados favorables son enviados a países como Camboya.
El ministro de Inmigración, Peter Dutton, está sometido a bastante presión desde que se conoció que una somalí refugiada que había sufrido una violación en Nauru y que había recibido el permiso para abortar en Australia había sido deportada antes de la finalización de este proceso.
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