
La victoria de Barinas, abre un resquicio de esperanzas. Nadie dice que sea fácil. Aún así, hay que perseverar
Al final, toda victoria, es susceptible de resultar pírrica. Pero, siempre es preferible ganar a perder. La reflexión, es pertinente de cara a las votaciones celebradas, ayer domingo, en Barinas, Venezuela, para elegir a su gobernador. Además, un resultado, 55.36% versus, 41.27 %, es avalancha, goleada, knock-out, si tomamos en consideración la sumatoria de triquiñuelas del dominio público, urbi et orbe, de la narcosatrapía de Maduro, para salirse con la suya.
Damos por sentado, que el narcosátrapa y sus cómplices, nacionales e internacionales, intentarán sacarle algún provecho a la derrota. Son criminales peligrosos pero no imbéciles, integrales. No deja de ser paradójico que, desgobernantes ilegítimos por origen y desempeño, en determinadas circunstancias, puedan adoptar conductas, objetivamente, aceptables.
La primera, fingir ante sus detractores internos y sobre todo externos, como demócratas respetuosos de la voluntad popular, aunque sea muy a regañadientes. La farsa se la tragarán los de siempre.
Encasillar a la oposición a un ejercicio, puramente electorero, la segunda, cuando todos sabemos, que el desalojo y apresamiento de la organización del crimen internacional, que ha secuestrado el país, no se logra, nada más que a los votos. Hay que aderezarla, con mucha imaginación, mecanismos novedosos de resistencia civil, activismo en los entes multilaterales, OEA, UE, ONU, Corte Penal Internacional, CPI.. Sí, estamos en cuenta que, en muchos de ellos, en particular, de los dos últimos se cuecen habas; que hay entronizadas costras de izquierdistas y que en referencia a la CPI, hasta se ha hablado de la “Mafia de las Togas”, presta a lucrarse a costa de la desgracia venezolana.
Excluimos el sabotaje, violencia y actos terroristas por razones éticas. Además, no hace falta. De las interrupciones de los servicios de electricidad, hiperinflación, de las carestías de agua, alimentos, medicinas, de lo elemental, se encargarán, la incompetencia, corrupción y la holgazanería del propio Maduro y sus compinches.
Por último, los mencionados vagos y maleantes, intentarán aprovecharse de su propia derrota, para la purga interna. Diosdado, que se acomode. Ancianos padres -doña Elena, en particular- hijas, hermanos, demás deudos, de Hugo Chávez, lo mismo, incluida su fementida, memoria histórica.
La oposición democrática, por su parte, está necesitada de extremar esfuerzos para consolidar alguna forma de unidad que la haga manejable con las aspiraciones personales, las naturales divergencias, el narcisismo político, la propensión de algunos de dejarse engatusar o vivir engatusados, ellos, solos, por los usurpadores del Poder en Venezuela.
La victoria de Barinas, abre un resquicio de esperanzas. Nadie dice que sea fácil. Aún así, hay que perseverar. Y una vez depuesta la ralea, arar la tierra -habrá que comenzar con nuestras propias manos- para echar la semilla de una renovada Venezuela.
@omaresestacio