De vendepatria a criminal de guerra

-Si Ucrania ingresa a la Unión Europea o a la OTAN… ¡Desplegaremos bases militares rusas en Venezuela! (por hoy, nos abstendremos de comentar la inclusión de la hermana Cuba, en la caravana del vejamen).

Rusia es potencia, de tercer orden. Acudamos a, una, nada más, de las numerosas comparaciones que nos alimentan tal certeza: Con territorio, 169 veces más extenso y una población tres veces más numerosa que la de Surcorea, registra un Producto Interno Bruto, significativamente inferior al de esta última. Aún así, en comandita criminal con, iraníes, turcos de Endorgan, faracos, elenos, yihadistas, castrocomunistas del G2, les provee, al vendepatria y a su narcopandilla, la logística que les urge, para aferrarse al Poder en Venezuela. El quid pro quo, se resume en lo siguiente: Mientras los, unos, saquean la Tesorería Pública Nacional, los otros, lo hacen con las riquezas de la tierra. O todos, ellos, las dos cosas simultáneamente.

Escribía Montaigne: “La hipocresía, es un tributo que le rinde el vicio a la virtud”. Es demasiado exigirle a tal lisiado moral y mental, la más modesta oblación al decoro. La virtud, siempre le ha considerado un estorbo. Lo ratifica una vez más, al poner en juego, vidas compatriotas, en una posible conflagración, en la que no tenemos, casus belli, ni arte ni parte. Los venezolanos de otro tiempo, recordamos que entonces los únicos extranjeros autorizados a portar armas de guerra, en nuestro suelo -bayoneta calada en específico- eran los soldados de Reino Unido. Y eso, circunscrito al desfile de cada 24 de junio, en justísimo reconocimiento a los batallones de infantería Albión, Carabobo, Rifles y regimientos de caballería que participaron en la gesta de Carabobo “¿La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria” proclama de Cipriano Castro? Derogada, también, por los malinches antivenezolanos, comenzando por el gallina de Chávez Frías, que les impuso a sus seguidores, el rito de ponérseles en decúbito ventral a los invasores.

Poco probable que un sujeto con tantos rebuznos por milímetro cúbico de cerebelo - “Los cinco puntos cardinales”; “Puerto La Cruz, es la capital de Porlamar”; “la multiplicación de los panes y penes” (sic)- antes de la orden que le vociferaron desde el Kremlin, tuviese noticias de la existencia de un país llamado … -“¿Ucrania? ¿He, oh? Y esa ¿Es la mujer de quién?”.

Ha pasado más de una semana del escupitajo ruso y a todas, estas, el narcosátrapa que lo encajó no le ha dado la cara a nadie.

Me parece verlo y oírlo. Escondido a 150 metros de profundidad. Disfrazado de Superman, capa incluida. Debajo de una de las camas de su búnker antinuclear, enclavado en Fuerte Tiuna. En posición fetal. Movimientos rítmicos. Abrazado a su Teddy Bear. Pulgar derecho hasta la campanilla o hasta el fondo de otra oquedad corporal.

El lío en que se ha metido. Nuevo ascenso en el ranking universal del delito. De vendepatria, ladrón y violador de derechos humanos, a criminal de guerra, pues estos parten de la premisa mayor de fomentar enfrentamientos militares, a gran escala, como plan o política de Estado (artículo 8º del Estatuto de Roma).

Mucha tela que cortar para Freud, Adler y hasta para el desacreditado, Lomboso. Sin dejar de considerar, su referida fantasía tropical, de la multiplicación de los miembros viriles.

@omarestacio