jueves 6  de  febrero 2025
Centroamérica

El tambaleo en el centro

Ya sabemos la miseria que el cártel de petróleo y la cocaína en Venezuela ha causado al pueblo de ese país. Un éxodo desesperado de nacionales de la tierra de Bolívar y la desnutrición de esa generación que se queda en un país desmembrado por caníbales del chavismo
Diario las Américas | JOSÉ PERNALETE
Por JOSÉ PERNALETE

Los disturbios en Nicaragua, con decenas de muertos y heridos tras los fuertes enfrentamientos ente manifestantes y fuerzas policiales, y otras de dudosa procedencia pero con mortales intenciones, obligan nuevamente a generar escepticismo en intereses que se han acercado a Centroamérica con ánimos de inversión.

Está claro que en Nicaragua pocos depositan aspiraciones mínimas de recuperación con un Gobierno que se abraza con la despiadada y abrasiva franquicia del Socialismo del siglo XXI, reforzada ahora con la impunidad de la omisión en responsabilizar a los autores de los asesinatos durante las protestas. Allí se repite el libreto de Miraflores, cuando Nicolás Maduro vociferaba culpas hacia la oposición de su país en la ejecución de más de 130 manifestantes en 2017.

Lo cierto, es que Centroamérica sí se recupera; esa sombra no es la totalidad de un camino alumbrado por esperanzas de cambio sostenido a mediano y largo plazo. No en vano, Honduras encabezó el liderazgo de la región ante la atención de inversionistas y otras naciones presentes en la Cumbre de las Américas en Lima.

El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, le rindió cuentas a su pueblo tras la cita peruana, esbozando los pasos que le siguen las metas alcanzadas sobre disminución de índices criminales y el mejoramiento económico de esa nación.

Una certera política de guerra contra el crimen organizado se convierte en hechos y no en retórica con la disminución de la tasa de homicidios en Honduras. Además, el compromiso del trabajo en conjunto con Estados Unidos para la erradicación de estas “maras” que se han filtrado en el norte del continente, ha acaparado más la atención de inversionistas norteamericanos que se acercan a un país que inspira confianza en la inversión de capitales.

El paso adelante en la visión del mandatario hondureño también proyecta la preocupación de la región sobre el riesgo de las democracias que se ven atentadas con la izquierda sembrada por Cuba. Hernández ha insistido sobre el interés del crimen organizado en los procesos democráticos que se libran en la región. No es casualidad que agentes de la DEA hayan arrestado a Jesús Santrich, supuesto comandante retirado de la guerrilla FARC, a quien se le investiga por la movilización de toneladas de cocaína, después de los acuerdos de paz para Colombia.

Ya sabemos la miseria que el cártel de petróleo y la cocaína en Venezuela ha causado al pueblo de ese país. Un éxodo desesperado de nacionales de la tierra de Bolívar y la desnutrición de esa generación que se queda en un país desmembrado por caníbales del chavismo, son evidencias de esa destrucción criminal.

Apenas, estas serían dos de las alertas de Juan Orlando Hernández que advierte como peligro regional, y al que invita a combatir en bloque por los aliados de la democracia en el continente.

Esta presidencia reconoce el valor e importancia del relevo a la mano de obra que se capacita en Honduras actualmente. Por eso, el trabajo también está dirigido a impedir el reclutamiento de jóvenes por las “maras”.

El presidente del Banco Central de Honduras, Wilfredo Cerrato, destacó en Miami esta política de nación para la recuperación de la confianza. La generación de estrategias permanentes para que los jóvenes se incorporen al mercado laboral, aleja los temores de inestabilidad y eso ya es notable en las cifras de la actual administración.

En todo caso, ese desequilibrio que persiste en Nicaragua, el esquema repleto de corrupción, nepotismo y violación de derechos humanos que caracteriza a ese Gobierno, pareciera que opaca el crecimiento de la región. Sin embargo, una mayoría demócrata hace que ese “tambaleo en el centro” pueda ser corregido con el equilibrio de la sensatez en el futuro… Veremos.

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