Sólida como una roca: así describió Pekín su relación con Moscú a días de comenzar la invasión de Rusia a Ucrania; sin embargo, detrás de ese símil tan resonante como teatral, podrían estar escondiéndose no pocas elucubraciones por parte de China comunista en su indudable carrera por alzarse como la mayor superpotencia mundial.
A medida que la guerra ha ido avanzando, el autoproclamado país neutral ha dejado claro que mientras le pasa la mano a Moscú, haciéndose de la vista gorda frente a la condenable acción militar y desligándose de las sanciones impuestas al Kremlin por Occidente, también le hace saber a Kiev que nunca le agredirá.
En congruencia con su puesta en escena, sigue dándole forma a una trama en la que Xi Jinping se percibe con la supremacía global. O sea, ni se pelea con Vladimir Putin por su belicismo ni se enemista con Volodímir Zelenski, a quien ha prometido ayudar. Más bien, se ofrece para mediar como “el solucionador de conflictos” que presume ser.
Las dos máscaras del régimen chino
Mientras Pekín le pone su mejor cara a Moscú y la envalentona de forma subliminal en su invasión a Ucrania —no ya por el consabido tema de la OTAN, sino por los cuantiosos recursos naturales ucranianos, posible tesis fundamental de esta guerra— también se acomoda en la butaca para asistir a su estrepitosa caída.
"China está muy feliz. El declive de Rusia significa su ascenso", asegura Taras Kuzio, experto en política, economía y seguridad ucranianas. En entrevista con BBC Mundo, el académico británico dijo que "ellos comparten una posición en contra de Occidente, pero la diferencia es que China es una potencia en ascenso y Rusia, una en declive".
En este orden de cosas, Kuzio recalcó que "la imagen internacional de Rusia ha sido muy dañada. Ya nadie quiere trabajar, ni comercializar con ellos, [de hecho], 400 empresas occidentales han abandonado ese país", de ahí que es muy posible que "China se levante como la potencia antioccidental alternativa dominante".
Según él, está claro que Rusia ha sido apartada de la globalización, lo que significa que entrará en un rápido descenso al tiempo que China ascenderá frente a Occidente. Es de suponer entonces que la nación asiática está al corriente de esto; sabe que será la mayor beneficiada de esta guerra injusta. Y seguro que por más de una razón.
Los recursos naturales ucranianos
Aunque Moscú y Pekín achacan la culpa de la guerra ruso-ucraniana a la intención de Kiev de integrarse a la OTAN, así como a los países miembros de esta alianza, en especial; Estados Unidos, por debajo del telón no hacen más que codiciar los cuantiosos recursos naturales de Ucrania.
Por si usted no lo sabe, este país de Europa del Este ocupa el primer puesto en Europa en superficie de tierras cultivables y el primero en el mundo en exportaciones de girasol y el aceite derivado de este; el tercero a nivel mundial en producción de papas; el cuarto, en producción de cebada y centeno, y exportación de maíz, y el quinto, en exportaciones de trigo. En suma, puede satisfacer las necesidades alimentarias de 600 millones de personas, según un exhaustivo reporte de Infobae.
Adicionalmente, a nivel mundial, es el tercer país en exportación de arcilla, el cuarto en gasoductos de gas natural, el quinto en exportación de hierro y titanio, el séptimo en capacidad instalada de centrales nucleares, y el duodécimo en exportación de productos de la industria de defensa, así como en la producción de acero.
Es decir, Ucrania es uno de los mayores productores de minerales metálicos y no metálicos del mundo. De acuerdo con la Oficina de Atracción de Inversiones del Gobierno ucraniano, posee 117 de los 120 minerales conocidos y cuenta con 86.761 depósitos de relevancia para el sector industrial.
Llamado “el granero de Europa” por su extensa producción de cereales y oleaginosas, este país es especialmente rico en uranio, titanio, manganeso, hierro, mercurio, níquel, cobre, neón, cobalto, carbón, gas de lutita y litio, considerado como “el oro blanco” y material clave para la transición ecológica.
Esencial para impulsar los proyectos de energía limpia de Europa Occidental, en general, y para las baterías de los autos eléctricos, en particular, el litio podría ser un gran incentivo para la invasión rusa, según apuntó La Vanguardia a raíz de un estudio realizado previo a la guerra.
Ejecutado por Svitlana Vasylenko y Uliana Naumenko, investigadoras de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania, el análisis reveló que esa nación alberga 500.000 toneladas de óxido de litio, una riqueza que, de confirmarse y explotarse debidamente, convertiría al país en "uno de los principales productores de litio del mundo".
Tal como reseñó la investigación, "es especialmente significativo que el yacimiento con el mayor potencial para ser explotado se encuentre, precisamente, en la región oriental del Donbass, cuyo conflicto abierto desde 2014 en las regiones de Donetsk y Luhansk fue uno de los detonantes de la ofensiva rusa".
El estudio resaltó también que "esta reserva podría ser el objetivo primario para la formación de una industria del litio en Ucrania y uno de los [elementos] más atractivos en las condiciones actuales para los mercados de Europa Occidental", algo que Rusia, obviamente, conoce muy bien. Como también sabe que el precio del metal se ha disparado un 550% en el último año. Saquen cuentas y verán si esto le conviene o no.
La base mineral de Ucrania
Fíjense si este análisis da en el blanco en lo que respecta al intríngulis de esta guerra, que no sólo contempla este motivo como uno de los acelerantes de la invasión lanzada por Rusia, sino que también expone a China como nación interesada en aprovechar este suculento botín.
Resulta que, desde antes de la invasión, inversores chinos ya habían mostrado interés en la explotación del llamado oro blanco. Se trata de la firma Chengxin Lithium Group Co. Ltd, fabricante y distribuidora de baterías de litio, así como de sales y otros productos derivados de este metal.
Según el estudio, la empresa china, además de la austríaca European Lithium, ya se había postulado como explotadora de los depósitos de Donetsk y Kirovograd, pero aún no se sabe qué pasó con su petición porque la guerra lo ha paralizado todo. Lo que sí se infiere, digo yo, es que Rusia no lo permitirá, dado que ya ocupa parcialmente a Donetsk.
Si esto le parece interesante, prepárese ahora para la conclusión a la que llegaron las investigadoras: "Teniendo en cuenta las reservas probadas y los recursos esperados de litio, Ucrania puede ser considerado el país más rico de Europa. Puede cubrir por completo sus propias necesidades y suministrar litio a todo el mercado europeo".
A mi modo de ver, esto es música para los oídos rusos. Para Rod Schoonover, jefe del Programa de Seguridad Ecológica del Consejo de Riesgos Estratégicos, "una razón por la que el país es tan importante para Rusia", tal como indicó a The New York Times.
De acuerdo con este experto nativo americano, que también se ha desempeñado como científico y analista principal de la Oficina de Inteligencia e Investigación perteneciente al Departamento de Estado, definitivamente, «esta invasión pone en juego esos minerales».
El atraco del siglo
Yendo un poco más lejos, Ucrania es muy importante para Rusia desde varios puntos de vista: desde el económico, porque tiene cuantiosas reservas mineras; desde el histórico, porque posee un vínculo innegable con su historia y desde el geoestratégico, porque es un enclave fundamental tanto en el Mar Negro como en la relación con varios países.
En declaraciones a Euronews, la investigadora principal de Rusia y Eurasia en el Real Instituto Elcano, Mira Milosevich, dijo que, tanto el cerco a Kiev, como el bombardeo en la parte central del país, son meros elementos de distracción.
Mientras pasa esto, Putin está realizando el atraco del siglo, apoderándose de recursos naturales y del territorio oriental de Ucrania, donde están situadas las mayores riquezas, tanto de litio como de gas, aseveró.
Para Milosevic, el potencial de estas tierras es grande y podría ser uno de los objetivos del mandatario ruso. "Diría que los yacimientos no son la causa principal de la invasión, pero seguro que son un aliciente más", apuntó la investigadora, y es probable que tenga mucha razón.
La experta aprovechó asimismo para analizar la lógica del Kremlin en este sentido. En su opinión, Moscú también estaría castigando a Kiev, privándola de sus recursos naturales; hecho que, a su vez, haría que tanto la Unión Europea como Occidente paguen por apoyarla. "Sería un doble cobro, apuntó, aunque, claro está, tener más recursos naturales, nunca viene mal».
La puerta china a Europa
Desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, Ucrania empezó a sufrir los efectos de la guerra civil, un panorama que Xinping supo aprovechar muy bien. A partir de esa fecha, como el personaje oportunista que saca partido de las desgracias ajenas, pasó a ser un socio clave para Ucrania.
Así las cosas, casi de la noche a la mañana, China pasó a ser el principal importador de productos ucranianos y, en 2020, se convirtió en su socio comercial por excelencia con la compra de bienes por un valor superior a los 7,508 millones de dólares, equivalente al 14% de todas las ventas de Ucrania al extranjero. Rusia, desde luego, quedó detrás, concretamente en el tercer lugar luego de Polonia, según un reporte de El Economista.
A raíz de este nuevo intercambio comercial, la nación europea comenzó a proveer a la asiática de maíz, aceite de girasol, cebada, hierro, entre otros productos, al tiempo que empezó a adquirir muchísimos artículos Made in China, como era de esperarse. Ni corto, ni perezoso, el gigante asiático, por su parte, compró en 2013 el 9% de toda la tierra cultivable de Ucrania. Interesante movida, ¿no creen?
Tal como señaló la misma fuente, "en un acuerdo poco común en Europa, China adquirió más de 29.000 kilómetros cuadrados en la región de Dnipropetrovsk. Se trata de una fórmula que ya ha empleado en países africanos con la idea de asegurar el suministro de trigo y alimentos para su enorme población".
A fin de que tenga una idea de cuán relevante es este acuerdo para la China comunista, sepa que este es su mayor proyecto agrícola fuera de su territorio. La empresa a cargo es Xinjiang Production and Construction Corps, que colabora con la ucraniana KSG Agro, mientras que el objetivo, naturalmente, es conseguir productos básicos a un costo realmente bajo.
Alternativa a la Nueva Ruta de la Seda
Pero esto no es todo: lo que está tras bambalinas es la inversión en infraestructura, porque el principal objetivo de los comunistas chinos es crear una vía terrestre que una a Pekín con Madrid. Hasta el momento, la nación asiática ha invertido mucho para conseguir esto a través de Rusia, pero ¿cuál es su otra opción para la Nueva Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés)? La mismísima Ucrania, claro está.
Resulta que China sabe que el territorio ucraniano puede ser su puerta a Europa, de ahí sus grandes inversiones en infraestructura. Solo en 2018, por ejemplo, gastó unos 7.000 millones de dólares en eso. "Si China quiere venir a mejorar nuestros puertos y vías férreas, y construir carreteras, ¿por qué detenerlos?", puntualizó el ministro de infraestructura ucraniano, Volodymry Omelyan, al ser cuestionado sobre el tema.
Zelenski, por su parte, prometió que Kiev sería el puente hacia Europa a propósito de un acuerdo de infraestructura firmado por los dos países en 2021, fecha en la que ambas partes se comprometieron a colaborar activamente en diversos proyectos a lo largo y ancho de todo el territorio ucraniano.
En alusión a este acuerdo, Jinping, recalcó su apoyo a "la integridad territorial de Ucrania", frase que ha coincidido con la postura del ministro de exteriores chino, Wang Yi, en el marco de la invasión rusa.
El juego de la neutralidad china
A propósito de Wang Yi, hace poco manifestó claramente que Beijing "no quiere que esta guerra le salpique de forma directa", al tiempo que aseveró que su país "no es parte de la crisis ucraniana, ni quiere verse afectado por las sanciones [de Occidente]".
Un reporte de RTVE se hizo eco de esas declaraciones, así como de las del embajador de la nación asiática en Ucrania, Fan Xiangong, quien manifestó que China nunca atacará a Ucrania. Por el contrario, "vamos a ayudar, sobre todo, en materia económica y a actuar de forma responsable".
Tras analizar estas posturas, Gracia Abad, profesora de Relaciones Internacionales y experta en política exterior china, apuntó que el gigante asiático "ha dicho que es neutral, [lo que] no significa que sea imparcial, pero va a jugar a la neutralidad".
Desde su punto de vista, China "quiere aparecer como facilitadora de la solución del conflicto, como una potencia responsable que hace un juego diplomático". Significa que quiere dársela de mediadora, ayudar a Ucrania “responsablemente” y apoyar a Rusia "siempre que no le perjudique a ella", subrayó Abad.
A simple vista, como habrán notado, la postura china está bastante clara. Mientras Rusia invade, destruye y mata en suelo ucraniano, los chinos comunistas conforman su mejor puesta en escena: estar con Dios y con el diablo, y sacar de ello el mayor provecho posible.
Esto es: sobresalir por delante de Rusia como la primera potencia antioccidental, aprovechar el suelo y los recursos de Ucrania, BRI mediante, para seguir potenciando su crecimiento económico e impulsar su avance hacia la hegemonía global, en lo que viene siendo su perenne obsesión en contra de los Estados Unidos.
Para ellos, sacar lasca de la invasión es vital. No se inmiscuyen. No toman partido. Apenas opinan. Pero eso sí: en su guion está claro su rol, aunque no salgan de camerinos (todavía) y vean la guerra desde la platea. Así como Rusia quiere apoderarse de Ucrania, ellos también desean lo suyo. Sus actos, más que sus palabras, hablan por sí solos.
*Sobre el Dr. Rafael Marrero
Multipremiado economista, empresario, comentarista de noticias y autor Bestseller.