
Si tomáramos consciencia que los avances tecnológicos resultan insignificantes ante la ausencia de la salud, apreciaríamos mucho más la vida en vez de los aparatos electrónicos
Una vez más queda demostrado que lo más importante en nuestras vidas es, sin duda, la salud, pues todo lo demás es irrelevante.
En estos últimos dos años el mundo ha quedado prácticamente paralizado e indefenso por culpa de una pandemia, y no hemos sido capaces de resolver el problema. Yo me pregunto: ¿qué distinto sería si los científicos tan brillantes que existen enfocaran sus esfuerzos y grandes inteligencias en resolver los problemas de salud de la raza humana?
Algo que también indigna es ver que algunos políticos usan la pandemia para sus propagandas políticas.
Después de tantos avances tecnológicos, viajes al espacio investigando estrellas y otros planetas, creando computadoras inteligentes, entre otras cosas fantásticas, seguimos sin resolver la cura del cáncer, la diabetes, la presión arterial, entre muchas más dolencias, y ahora el maldito virus.
Si tomáramos consciencia que los avances tecnológicos resultan insignificantes ante la ausencia de la salud, creo que tendríamos mejor oportunidad de sobrevivir, y apreciaríamos mucho más la vida en vez de los aparatos electrónicos.
A veces creemos que los teléfonos celulares son más importantes que los riñones, el hígado o el corazón. ¿Qué estamos haciendo? ¿A dónde vamos?