Hace ya lamentablemente 64 años la nación cubana se desangra y muere no solamente moralmente hablando, sino en su misma esencia de ser Patria de todos, para convertirse en el imperio de una sola casta gobernante y violadora de todos los Derechos Humanos.
Una vez más y sin cansancio es urgentemente necesario ser voz de los que son privados de ella en la Isla de la muerte y al mismo tiempo cárcel de los inocentes presos políticos y de conciencia. Alzar la voz por tantos padres que sufren y se les rasga el corazón viendo no solamente ver a sus hijos llorar por el hambre infringido por la mediocridad de un sistema anacrónico y perverso en su esencia. También por el abrazo del último adiós, que sus hijos ofrecen al emigrar tras el sueño realizable en un país democrático y con libertad de oportunidades.
El sistema comunista imperante ha destruido la Casa Cuba y convertido en cenizas los sueños de fecunda prosperidad de muchas generaciones. Y eso no es perdonable en el juicio de la historia y tendrán que rendir cuentas por tantos crímenes de lesa humanidad.
Hijos de la Patria en ruina y decadente. Es hora de despertar la dignidad del No voy a ser cómplice de una dictadura que avasalla mi esencia y la de mi semejante y los pone de rodillas ante la miseria del hambre material y espiritual. Y satánicamente te dice: “Resiste con creatividad”. ¡Basta ya! de la resiliencia, que se convierte en tortura flagrante de tu única vida terrenal dada por el Altísimo para que sea vivida en libertad y dignidad. Permítete la cura de la metástasis provocada por la mentira política de un fututo mejor con reductores programas que nadie ve avanzar e igualmente de perversos que “la serie los juegos del hambre”. La liga de la paciencia no se puede estirar más, porque no hay más para dar, dice un buen amigo y hermano intelectual cubano y pinareño de alma y corazón.
Los hijos de la diáspora juntamente con los que viven en la Isla cárcel debemos despertar y renovar el corazón en la confianza de que es posible desde la fe la liberación y el cambio, que tanto deseamos. Que la Patria nos contemple orgullosa de saber obrar por el bien de nuestra Casa Cuba. Virgen de la Caridad Salva a tus hijos de tanto pesar y muerte. Intercede ante Jesucristo tu Hijo, para que se realice la renovación de la Nación en libertad de vivir en dignidad de hijos de Dios.