lunes 25  de  marzo 2024
Rusia 2018

Francia quiere otra estrella en su camiseta

Esta vez pesó la más la historia, privando a la generación futbolística más grande de Bélgica de llegar a la final. Francia sabe que al salir a la cancha este domingo, estará muy cerca de la Copa el Mundo y, quizás, como hizo en 1998, volverá a levantarla
Diario las Américas | EDUARDO MORA BASART
Por EDUARDO MORA BASART

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, observa el partido desde el palco principal. Siempre lo acompaña alguna personalidad. Pero la contienda de este martes, no solo imbrica a los dos sucesos futbolísticos del momento, Francia y Bélgica, sino define al primer finalista. Están junto a él, Phillippe y Mathilde, reyes de Bélgica, junto a Emmanuel Macron, presidente de Francia.

Al ganar Francia en 1998, Jacques Chirac, quien solo conocía el nombre de algún que otro jugador, elevó su aprobación desmesuradamente. Lo mismo espera el joven filósofo, quien hace unas horas aseguró en un programa de televisión, ser fanático del Olympique de Marsella y que jugó como lateral izquierdo.

San Petersburgo, la ciudad de las noches blancas, la morada de los zares, fue escogida para este partido de ínfulas monárquicas. Se enfrentaron la Francia de Griezmann, Giroud, de un sorprendente Mbappé, en la mira del Real Madrid, y Hugo Lloris, inmenso en el arco, contra la Bélgica de la dupla de Hazard - De Bruyne, con un Romelu Lukakus (4 goles), pujando junto a Harry Kane (6 goles), por la Bota de Oro, de un Courtois que no quiere dejar dudas a su maestría deportiva.

Francia venció a Bélgica en el mundial de 1938, siendo sede, y en México 1986. La realidad siempre respeta a la historia, pero esta vez parecía querer reescribirla. Si no fuera así, ahora sería Brasil quien enfrenta a Francia y aguardaríamos por el duelo Inglaterra-España.

El primero tiempo terminó empatado a cero. Los belgas se robaron la iniciativa en los 15 minutos iniciales liderados por Eden Hazard. Pero el planteamiento de Didier Deschamps fue eficaz, contragolpeando con su demoledor tridente Pavard-Mbappé-Griezman. En el 39 Pavard fue en busca del área belga. De derecha intentó fusilar a Courtois, quien la desvió con una de sus piernas. Lo hizo una y otra vez Oliver Giroud, quien trató de anotar apoyado por los centros de Pavard y las asistencia de Mbappé.

Una jugada a balón parado definió el partido en el 51. Griezman cobró el córner de zurda por el sector derecho, lo llevó hasta el centro del área. Fueron por ella Alderwireld, Fellaini y Umtiti, pero Umtiti, el francés nacido en Camerún, se levantó sobre los belgas, aprovechando el impulso de Fellaini, para de cabeza llevar a Francia a la final de la Copa del Mundo.

El empuje de los belgas fue frenado por la primera línea francesa. Aun cuando Lukakus y Hazard pudieron jugar en el área, no lo hicieron con libertad. Pavard - Varane - Umtiti - Hernández, cerraron todos los espacios. Si acertado fue el planteamiento francés, la presencia de Pogba, más en la defensa que el ataque, pesó en la definición del partido.

El técnico belga Roberto Martínez intentó insuflarle velocidad a su once, introduciendo a Mertens por Dembelé en el 57 y a Carrasco por Fellaini en el 80. Pero la formación gala no mostró fisuras en los 90 minutos de partido. Francia vuelve a estar en una final mundialista.

Como en el minuto 51 el rey de Bélgica, Phillippe, se dirigió al presidente francés, Emmanuel Macron, y le extendió su mano como lo hizo Gianni Infantino. Si la capital imperial rusa, San Petersburgo, se le mostró fría en el mes de mayo, al querer hacer entrar en razones a Putin sobre temas álgidos, como la crisis en el este de Ucrania, el uso de armas químicas por el régimen de Bashar al Assad o la decisión de Donald Trump de abandonar el acuerdo nuclear con Teherán, este martes le regaló, no solo a los presentes, sino a todo el pueblo galo, su dilecto “Vals de las Flores”, de “Cascanueces”, como en el día de su debut mundial.

Esta vez pesó la más la historia, privando a la generación futbolística más grande de Bélgica de llegar a la final. Francia sabe que al salir a la cancha este domingo, estará muy cerca de la Copa el Mundo y, quizás, como hizo en 1998, volverá a levantarla. Ganando el derecho histórico de bordar otra estrella en su camiseta.

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