Sus oficinas centrales están en Estados Unidos; sus intereses financieros, al parecer, en China comunista. Apple (NASDAQ: AAPL), la empresa más valiosa del mundo, no solo hace negocios con nuestro principal enemigo comercial: también lo ayuda a conseguir el desarrollo tecnológico más avanzado.
Si bien ya sabíamos que muchos de los componentes de sus artículos se producen en suelo asiático, la reciente noticia de que su director ejecutivo, Tim Cook, ha otorgado miles de millones de dólares a los chinos en los últimos cinco años, ha hecho que muchos se pregunten hacia dónde se inclina la balanza del gigante tecnológico.
El acuerdo secreto
Hace poco más de cinco años, los comunistas chinos montaron una perreta porque creían que Apple no estaba haciendo lo suficiente por su economía. En consecuencia, arremetieron contra la multinacional con acciones regulatorias, mala publicidad y otras medidas represivas, logrando así un serio desplome en las ventas locales del IPhone.
Haciendo oídos sordos a la amenaza comercial de China comunista y, al parecer, pensando más en su bolsillo, la empresa estadounidense de dispositivos electrónicos y software optó entonces por favorecer a nuestro adversario con la firma de un acuerdo cifrado en más de $275.000 millones de dólares. Lo anterior no es cuento de camino.
Según documentos internos de Apple, a los que tuvo acceso el portal de novedades tecnológicas que difundió la noticia, "The Information", Tim Cook materializó el cuestionable convenio en secreto "durante la primera de una serie de visitas que hiciera a China en 2016".
En ese entonces, Pekín había cerrado iTunes y amenazaba hacer lo mismo con Apple Pay, iCloud y la App Store si la multinacional no cumplía con sus expectativas. Fue a raíz de esto que las partes firmaron el acuerdo, cuya vigencia inicial es de cinco años, pero con posibilidad de renovación automática si ninguno de los bandos se opusiera.
Hoy se sabe que, mediante el polémico convenio, el gigante informático se comprometió a impulsar la economía y el crecimiento tecnológico del país asiático a través de inversiones, negocios y formación de empleados. A cambio, la empresa continuaría creciendo sostenidamente en China hasta lograr un éxito sin precedentes en ese país.
Miren si la jugada le ha salido bien a la multinacional que hoy el propio IPhone encabeza la lista de teléfonos inteligentes más vendidos en suelo chino. Para China, desde luego, también ha sido un negocio redondo, pues, actualmente, es el segundo mercado más grande de Apple después de EEUU.
Las concesiones a Pekín
Los citados beneficios para ambas partes no serían mal vistos si una de ellas no fuera de nuestro patio o si tales resultados no comprometieran a nuestro país. Pero resulta que no es así: resulta que las concesiones dadas a Pekín no solo nos ponen en desventaja, tecnológicamente hablando, sino que también entrañan una amenaza nacional.
De acuerdo con un análisis sobre el tema realizado por "The Epoch Times", de un lado, la transferencia forzada de tecnología a China explica el gran éxito de la empresa en el gigante asiático; del otro, equivale a "una puñalada por la espalda a los Estados Unidos", ya que el convenio incluye ayudar a una docena de causas del gobierno chino.
Señores, estamos hablamos de "un compromiso para ayudar a los fabricantes chinos a desarrollar las tecnologías de fabricación más avanzadas y apoyar la formación de talentos de alta calidad", con todo lo que eso implica.
También se trata de usar más componentes de proveedores comunistas chinos en los dispositivos de Apple, firmar acuerdos con empresas de software chinas, colaborar en cuestiones tecnológicas con universidades del país asiático e invertir directamente en empresas de tecnología de China.
Ahora yo me pregunto: ¿A Tim Cook se le olvidó que el país asiático es responsable de innumerables ataques cibernéticos a industrias y empresas clave estadounidenses? ¿No consideró que China comunista es el principal infractor de nuestra propiedad intelectual? ¿No pensó en sus desleales prácticas comerciales?
Los comunistas chinos han falsificado muchos de nuestros productos, nos han pirateado software, nos han robado secretos industriales, nos han usurpado resultados de investigaciones académicas y han infringido muchas de nuestras patentes, por solo citar algunas de sus fechorías.
¿Cómo negociar así con ellos? ¿Por qué ayudarlos a que sean más fuertes tecnológicamente? ¿Por qué facilitarles la materia prima para que nos sigan atacando? ¿Por qué preparar y entrenar mejor a su gente? Está claro que se requieren muchas respuestas aquí.
La “win-win situation”
Partiendo de lo trascendido hasta ahora, y según lo expuesto por "Business Insider", tal parece que Apple se comprometió a "crecer junto con las empresas chinas para lograr beneficios mutuos y una situación en la que todos ganen"; una “win-win situation” muy difícil de asimilar si se piensa con objetividad en lo que representa.
Todo se pone aún peor si se tiene en cuenta que la multinacional estadounidense también aceptó participar en la promoción de la ciencia, la educación y la protección del medio ambiente en China, para lo cual en teoría la nación asiática estaría ofreciéndole todo el apoyo necesario. Así cualquiera, ¿no?
El caso es que, como resultado de esta suerte de “matrimonio por conveniencia”, el equipo de asuntos gubernamentales de Apple en China se las arregló para llegar al entendimiento de marras con las autoridades del gigante asiático, no sólo muy al margen de lo políticamente correcto, sino también de lo tecnológicamente plausible.
Las andanzas de Apple
Claro que el recién difundido acuerdo de Apple con China no es lo único bochornoso que ha hecho la empresa en los últimos años. Tal como agrega "Business Insider", el gigante tecnológico le ha otorgado al país asiático otros privilegios en el pasado, algunos de los cuales no han sido más que respuestas a evidentes chantajes de los chinos. Y si no, remitámonos a los hechos.
Aparte de este acuerdo —dice la fuente — "Apple hizo otras concesiones al gobierno chino para mantener el negocio en funcionamiento". A principios de 2015, por ejemplo, la Oficina Estatal de Topografía y Cartografía de China ordenó a Apple Maps que hiciera que las Islas Diaoyu, o Islas Senkaku (que China y Japón afirman poseer), parecieran más grandes de lo que son.
Aunque la multinacional norteamericana retrasó gran parte de su parte del trato, al final terminó aceptando la citada demanda, toda vez que los comunistas chinos la amenazaron con no aprobar el Apple Watch en su territorio si no cumplía con su requerimiento. Así, tal cual.
Y hay más ejemplos: "en 2016, Apple anunció un acuerdo con el mayor fabricante de turbinas eólicas de China; en 2017, planeó trasladar las operaciones de iCloud a suelo chino; y en 2018, lanzó un fondo de inversión de $300 millones de dólares para la energía limpia en China, abrió 11 tiendas más de minoristas e incorporó al fabricante chino Luxshare Precision Industry a la producción del iPhone 13", según revela la misma fuente.
Como resultado de todas estas acciones pro-China, el negocio de Apple ha crecido extraordinariamente en ese territorio al registrar ganancias récord de $68.000 millones de dólares en el año fiscal 2021, concluido en septiembre. A esto hay que añadir que el país asiático ha terminado por ser responsable de la quinta parte de las ventas totales del gigante tecnológico. ¡De qué otro modo iba a ser!
La imagen manchada
Luego de que el citado acuerdo secreto saliera a la luz, "Yahoo! Noticias" dijo que la imagen intachable de Apple corre peligro, mientras que "El Economista" recordó que la multinacional estadounidense ha priorizado al mercado chino desde hace años, llegando a tomar decisiones que le han ganado muy mala prensa en Occidente.
En referencia a ese viejo nexo, un reporte de The New York Times, previo a la noticia del convenio apunta que, "así como Tim Cook descubrió cómo hacer que China funcione para Apple, China está haciendo que Apple funcione para el gobierno chino". Mejor dicho, imposible.
Prosigue el diario neoyorquino diciendo que "Cook ha estado en una ofensiva encantadora en China, haciendo frecuentes visitas estadistas y reuniéndose con los principales líderes" y unido a ello, "detrás de escena, ha construido una burocracia que se ha convertido en una herramienta poderosa en la vasta operación de censura de China".
Es decir, Apple no solo ha otorgado miles de millones de dólares al país asiático, sino que también, desde sus centros de datos en esa nación, ha propiciado que el gobierno chino acceda a "correos electrónicos, fotos, documentos, contactos y ubicaciones de millones de residentes chinos", tal como detalla la fuente.
En opinión del director para Asia de Amnistía Internacional, Nicholas Bequelin, "Apple se ha convertido en un engranaje en la máquina de censura al presentar una versión de Internet controlada por el gobierno [chino]".
Es decir, "si se observa el comportamiento de ese gobierno, no se ve ninguna resistencia por parte de Apple, ningún historial de defender los principios a los que afirma estar apegado", sostiene Bequelin no sin razón.
La colusión con China Comunista
Según "Daily Mail", Cook dijo el mes pasado en un evento empresarial que sentía que Apple tenía la "responsabilidad" de vender sus productos en tantos países como fuera posible, incluida China. "La paz mundial a través del comercio mundial", señaló el ejecutivo entonces con toda la naturalidad del mundo.
Ante esa condescendencia con China, ante esa pleitesía después de tantos chantajes, Cook ya ha sido acusado por la opinión pública de “ceder” ante el Partido Comunista Chino y de “colusión” con un adversario de los Estados Unidos, tal como reseña la misma fuente.
Es que otras grandes empresas estadounidenses ya han sido bloqueadas en China, pero estas no se han postrado a sus pies. Ese es el caso de Google, Facebook, Twitter, YouTube, Reddit, Zoom, Instagram, WhatsApp y hasta Microsoft, que, en fecha más reciente, también anunció que sacaría a LinkedIn del país asiático.
Ante toda esta evidencia, está claro que Cook ha perdido un poco el norte en sus vínculos con China. Así lo demostró en 2017 en otra de sus apariciones públicas, citada por el propio 'The New York Times'. "Si bien a menudo no estoy de acuerdo con las leyes de China, el mundo está mejor con Apple en China".
Básicamente, Cook piensa que hay que participar. "Mi propia opinión es muy fuerte", ha dicho. "Te presentas y participas. Entras en la arena, porque nada cambia desde la valla".
Para él, al parecer, no importa en qué participes, ni dónde, ni con quién. El caso es formar parte. El caso es estar dentro. ¿También con un acuerdo secreto multimillonario? ¿También con un convenio que afecta a los Estados Unidos por dondequiera que se le mire? ¡Vaya modo de participar!
Sobre el Dr. Rafael Marrero
Multipremiado economista y comentarista de noticias. Graduado de las universidades de Stanford y Cornell, es un reconocido experto en EE.UU. en contratación federal, emprendimiento para pequeñas y medianas empresas y gestión de proyectos. Autor del bestseller de Amazon La salsa secreta del Tío Sam.