lunes 18  de  marzo 2024
OPINIÓN

Las elecciones que avergonzaron a Estados Unidos

Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

Para alivio de todos, las elecciones presidenciales por fin quedaron atrás, aunque no se puede hablar de ganadores, porque el balance de una carrera electoral, extremadamente reñida y negativa, entre dos candidatos impopulares, es que tanto Hillary Clinton como Donald Trump fallaron en unificar al país.

Dentro y fuera de Estados Unidos se está muy atento a las secuelas de una campaña que estuvo cargada de odio y ofensas, y que a partir de ahora va a impactar el futuro de todos.

Y es que en estos nuevos tiempos, cada vez más peligrosos e impredecibles, cuando actores globales y fuerzas políticas se encuentran en pleno reacomodo y las sociedades enfrentan una constante avalancha de información, que pone a prueba los valores tradicionales y dificulta los consensos, tanto aliados como socios esperan un liderazgo que tenga el poder suficiente para influenciar políticas y contribuir a la paz, mientras se defienden los principios democráticos.

A estas alturas, resulta complicado predecir si luego de una elección tan turbulenta, la reputación de Estados Unidos va a recuperar su antiguo brillo, opacado en parte por la falta de audacia en las decisiones de la administración de Barack Obama, mientras la comunidad internacional esperaba fortaleza en los propósitos y más acción.

En todo caso, al presidente Obama se le acabó su tiempo sin poder resolver los conflictos regionales.

Todavía no hay estabilidad política en Venezuela, ni paz en Colombia, mientras en Afganistán continúan las bajas estadounidenses, Irak no ha concretado la expulsión de Daesh ni las tropas especiales están en control de Siria, como tampoco se ha puesto un alto a Corea del Norte con sus misiles balísticos de ojivas nucleares y el líder ruso Putin actúa como si le faltara la guerra fría.

El recién elegido presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, por ejemplo, ha demostrado estar más interesado en establecer relaciones más cercanas con China que continuar una alianza militar de más de 60 años con Washington.

Ninguno de estos desafíos puede ser resuelto, sin contar con la firmeza y determinación de un liderazgo como el de Estados Unidos, pero la campaña presidencial puso en duda esta capacidad.

Entonces, cabe preguntarse ¿Será que los resultados electorales harán cambiar de actitud a Manila y renovará su amistad con Estados Unidos? ¿Podrá una nueva administración en la Casa Blanca lograr algo diferente en el mundo? ¿Adoptará China un enfoque más conciliador? o tal vez ¿Desistirá el presidente Putin de sus ataques cibernéticos?

Tomando en cuenta que la era postObama comienza enfrentando un país, sumido en la ira y la desilusión, la tradicional "luna de miel" postelectoral se dificulta y se avivan los temores e incertidumbres de no saber cuánto tiempo tomará a Estados Unidos superar el clima de polarización y división que imperó durante las elecciones, lo que lo convierte en presa fácil de los enemigos que desean socavar su influencia y crearle nuevos desafíos.

Lo que se necesita ahora, más que nunca, es estabilidad, reconciliación, sellar la paz nacional y sanar las heridas para seguir adelante, porque a pesar de la política que a veces le juega malas pasadas, Estados Unidos tiene condiciones para continuar siendo una gran nación.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar