sábado 15  de  febrero 2025

Las mujeres en Estados Unidos

Una de cada tres vive a nivel de pobreza, o a punto de caer en ella

Recientemente General Motors, la mayor compañía automotriz de Estados Unidos, designó a Mary Barra como su directora ejecutiva (Chief Executive Officer).

El nombramiento es significativo porque nunca antes una mujer ha estado al frente de GM o de ninguna de las grandes firmas que fabrican carros.
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Barra es hija de un obrero de General Motors, estudió ingeniería eléctrica y negocios en Stanford University, y comenzó a trabajar en la compañía a los 18 años. Se ha ganado el puesto día a día. n

No es la única mujer que lleva las riendas de una de las firmas de Fortune 500. Recordemos a Virginia Rometty, en IBM; Indra K. Nooyi, en PepsiCo, Inc.; Ursula N. Burns, en Xerox; y Marissa Mayer, en Yahoo, entra otras. Se trata de una minoría de 24, o menos de un 5% de 500.

En sus biografías hay un dato clave. Todas sobresalieron en sus estudios y la gran mayoría obtuvo títulos de posgrado en las mejores universidades del país. n

Otro nombramiento que ha hecho historia en estos días: el de Janet Yellen al frente de la Reserva Federal, la agencia gubernamental independiente que regula el sistema bancario central del país. De nuevo, es la primera vez que una mujer ocupa ese cargo, y, como Barra, Yellen ha trabajado por años para alcanzar la posición que hoy ocupa. Estudió en destacadas universidades u2013Yale, Brown u2013 y se ha desenvuelto en posiciones significativas como economista y académica. n

Por muy alentador que sean éstos y otros logros similares, sólo muestran una cara de la moneda en cuanto a la situación de la mujer en Estados Unidos.

El Shriver Report, recién publicado, nos ofrece un panorama sombrío. Algunas de sus conclusiones más relevantes: nuna de cada tres mujeres estadounidenses vive a nivel de pobreza, o a punto de caer en ella. Se trata de 42 millones de mujeres, y además 28 millones de niños que dependen de ellas.
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La composición de la familia ha cambiado. Actualmente, sólo en una de cada cinco familias, la esposa se desempeña como ama de casa y el padre sostiene económicamente el hogar. Dos de cada tres familias dependen de los sueldos de las madres, que luchan para equilibrar su tiempo entre el trabajo en la calle, el cuidado de la casa y los hijos, y a veces también de los padres mayores. n

Como promedio, la mujer recibe 77 centavos haciendo el mismo trabajo por el que un hombre gana un dólar.

En el caso de las mujeres afroamericanas, se reduce a 64 y en el de las latinas, a 55 centavos. Si esta diferencia en los salarios se eliminara, la tasa de pobreza se reduciría a la mitad y se añadirían 500 billones de dólares a la economía.
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Dos terceras partes de los trabajadores que reciben el pago mínimo que exige la ley ($7,25 la hora) son mujeres, y la gran mayoría no tienen derecho ni siquiera a un día de pago por enfermedad. nMás de la mitad de los niños nacidos a mujeres menores de 30 años son hijos de madres solteras. nCasi todas las mujeres que viven al borde de la pobreza lamentan no haber dado mayor prioridad a obtener un nivel más alto de educación. n

El trauma y el estrés crónico de la pobreza afecta de tal modo a los niños que tienen mucho más riesgo de sufrir enfermedades crónicas respiratorias, hepatitis y depresión de adultos. nEl informe, de 400 páginas, cuenta con lúcidos ensayos que analizan las causas de estos problemas y buscan soluciones realistas. Como todo, se trata de un problema complejo con hondas raíces en la cultura milenaria de un mundo dominado por los hombres.

La situación actual, difícil de aceptar en una nación tan rica y poderosa, crea un círculo vicioso en que las hijas (e hijos también) de estas mujeres, con pocas excepciones, no logran salir de la pobreza. nLas medidas para aliviar esta situación deberían incluir el aumento en el salario mínimo, más guarderías infantiles a bajo costo para estas familias, y un énfasis en el entrenamiento y la educación no sólo de los niños, sino de sus madres.

En fin, una serie de programas, tanto gubernamentales como del sector privado, que ayuden a romper el ciclo fatal de frustraciones, escasez, infelicidad, miseria, injusticia social. n

Nada de esto será posible o tendrá resultado a largo plazo hasta que no haya una conciencia a nivel nacional de que la pobreza y la desigualdad en el trato a la mujer nos afecta a todos como sociedad.

Las mujeres son un importante recurso humano que incluso los Estados Unidos aún no han sabido utilizar. Mary Barra y Janet Yellen son sólo dos ejemplos de los valiosos servicios que pueden prestar al país.

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