Al evaluar los dramáticos acontecimientos que siguieron al fallido encuentro entre el presidente, Donald Trump, y el mandatario ucraniano, Volodymyr Zelensky, seguramente muchos estarán pensando que este último se equivocó por completo en su lectura de lo que podía esperar de La Casa Blanca.
Fue una pelea pública que acaso ¿pudo haberse evitado si Zelensky hubiera elegido sus palabras con más cuidado y se hubiera enfocado más en firmar el acuerdo sobre los minerales de tierras raras, como esperaba Trump?
En cambio, confundido por la retórica desafiante, Zelensky se mostró emocional y comenzó a recordarle a Trump y al vicepresidente JD Vance, la falta de apoyo oportuna de Occidente, cuando Rusia se anexó Crimea, en 2014, ante la mirada inerte del mundo.
Tal vez, Zelensky no debió de responder con cuestionamientos si quería poner fin a la guerra en su país.
El resultado fue que no solo fue obligado a dejar intempestivamente la Casa Blanca, sino que la situación ahora se ha vuelto mucho peor para Ucrania.
Este tipo de intercambio abrió aún más una brecha que ya se ha venido gestando en las relaciones trasatlánticas y que está dando paso a nuevas coaliciones que buscan un cambio en el statu quo.
Trump anuncio la suspensión de toda ayuda militar y el intercambio de inteligencia a Kiev poniendo en duda, una vez más, si Estados Unidos defendería a sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, (OTAN) si fueran atacados.
Una semana es mucho tiempo en la política mundial y ahora la atmósfera y el estado de ánimo son diferentes.
Zelensky debe viajar a Arabia Saudita esta semana para reunirse con funcionarios estadounidenses, con miras a presentar un atractivo marco de paz para Ucrania, que suponga también ventajas para sus interlocutores.
Si se llega a firmar el acuerdo sobre minerales, se espera que una afluencia de empresas estadounidenses estaría dirigiéndose a Ucrania, una circunstancia que ayudará a preservar un cierto grado de seguridad para el país, una vez que Rusia y Ucrania firmen un alto el fuego.
Muchas otras cosas positivas podrían encajar en el rompecabezas, siempre que el presidente ruso, Vladimir Putin, se ciña a los términos.
La lección para Zelensky, es que ha aprendido cómo funciona la política del nuevo Washington, especialmente con un presidente de opiniones y políticas tan firmes como las de Trump.
Sin embargo, no se puede dejar de sentir simpatía por el líder ucraniano.
Después de casi tres años de ser elogiado por todos los líderes en Occidente, como el hombre más valiente del planeta, recibió una dosis de realidad de parte de Trump y Vance.
La verdad es que, si se llega a resolver un pacto de paz que involucre a Moscú, Trump y Putin deberían poder negociar una mejora en sus relaciones, que en una situación ideal, podría incluir recortes en los arsenales nucleares y el uso de la diplomacia para eliminar la amenaza nuclear de Irán.
Sin embargo, los europeos han dejado en claro que es prioridad urgente su rearme, incluso nuclear, como elemento disuasivo en contra cualquier aspiración de conquista del Kremlin.
Rusia lo ha tomado como "amenaza” a sus intereses, tanto así que el ministro de asuntos exteriores ruso, Sergei Lavrov se mostró incluso en contra de un despliegue de tropas europeas de paz en territorio ucraniano afirmando que, Moscú consideraría a esas tropas de la misma manera que consideraría una presencia de la OTAN en Ucrania.
Para Zelensky y el pueblo ucraniano, que ha sufrido durante tres años por la invasión rusa, lanzada en febrero de 2022, no habrá un acuerdo justo si eso significa que Putin se quede con el territorio que sus tropas han confiscado.
Sin embargo, después de su desastrosa reunión en Washington, habrá aprendido que a menos que acepte la opción de Trump, de que la guerra en Ucrania no se puede ganar y deberá terminarse mediante negociaciones con Moscú, perderá el apoyo de Estados Unidos por completo.
El problema para él es que, durante casi tres años, la administración del presidente, Joe Biden, prometió enviar armas y dinero a Ucrania para luchar contra los rusos “durante el tiempo que fuera necesario” cuando esta promesa, nunca fue realista.