lunes 10  de  febrero 2025

Margallo y Cuba

La semana pasada, el diario español El País avanzaba en exclusiva que algo se estaba moviendo en la Unión Europea para propiciar una nueva relación con Cuba que daría al traste con la Posición Común acordada en 1996 y que supeditaba cualquier diálogo a u201cavances en democracia y derechos humanos u201d. n

La Posición Común tuvo al entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar, como principal impulsor y por tanto todas las miradas se volvieron hacia el ejecutivo de Mariano Rajoy, perteneciente también al Partido Popular, pero que no se ha caracterizado por sus posiciones de firmeza contra enemigos de la democracia tan cualificados como los hermanos Castro o Nicolás Maduro. n

Ayer fue el ministro de Exteriores de Rajoy, José Manuel García Margallo, quien se apresuró a desmentir la posible derogación de la Posición Común. De lo que habla la UE es de plantear a los Castro u201cun acuerdo de asociación u201d siempre y cuando se comprometieran a hacer reformas en el terreno de los derechos humanos.
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Es difícil pensar que tanto Margallo, como el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, sean tan ingenuos de plantear esa posibilidad si no llevan cocinado algo de antemano.

Ya la congresista Ileana Ros-Lehtinen expresó su decepción ante el posible cambio de rumbo de la UE en su política hacia Cuba.

Quizás sería preferible esperar a la reunión del próximo 10 de febrero en la que sólo si los 28 estados miembros lo avalan se derogaría la Posición Común pero lamentablemente los antecedentes de Margallo en el caso Carromero, donde se le acusó de negociar contrapartidas políticas para la dictadura a cambio de la liberación del joven, son al menos inquietantes.

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