martes 3  de  diciembre 2024
OPINIÓN

Preparándonos para prevenir mas que para lamentar

Visión analítica desde Washington DC, la capital del país, donde el poder y sus efectos tienen otra perspectiva
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

De acuerdo con un estudio realizado por el Pew Research Center, en febrero, cada vez más estadounidenses dicen que la economía debería ser la prioridad, marcando así un cambio sustancial con respecto al año pasado, cuando tanto la economía como el coronavirus encabezaban la lista de importancia.

“La gran mayoría de estadounidenses dice que los precios de los alimentos y los bienes de consumo, los precios de la gasolina y el costo de la vivienda son peores que hace un año”, analiza el reporte.

El problema es que la estabilidad económica depende generalmente de factores externos que se conectan a su dinámica, por eso la inflación es un fenómeno mundial.

A pesar de las buenas noticias del Departamento del Trabajo, de que se agregaron 431.000 empleos en marzo, marcando así la tasa de desempleo en 3,6%, por debajo del 3,8% del mes anterior y solo un poco más alta que sus niveles justo antes de la pandemia en 2020, los temores persisten.

“Una nueva gran inflación está exprimiendo los presupuestos familiares, borrando los aumentos salariales y aumentando la perspectiva de un período de estancamiento económico o incluso de recesión. Dadas las poderosas fuerzas que impulsan los precios al alza, es probable que los costos aumenten antes de moderarse” ç, sostiene Annie Lowrey en un artículo para The Atlantic.

Esas poderosas fuerzas a las que se refiere Lowrey son, por supuesto, el impacto inicial del COVID-19, la subsecuente interrupción en las cadenas de suministro y ahora las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania, con las consabidas sanciones y la incertidumbre sobre el futuro de los suministros de energía, tan necesarios para reactivar la economía.

La semana pasada el fondo de inversiones multinacionales Goldman Sachs advirtió incluso que el dólar estadounidense enfrenta riesgos sobre su dominio global, comparando la situación con los desafíos enfrentados por la libra esterlina a principios del siglo XX, cuando fue la moneda de reserva mundial hasta que el dólar la reemplazó.

“La decisión de Estados Unidos y sus aliados de congelar gran parte de las reservas de moneda extranjera del Banco Central de Rusia ha generado la inquietud de que los países comiencen a dejar de usar el dólar, por el poder que le otorga a Estados Unidos”, sostiene Goldman Sachs.

El líder ruso Vladimir Putin también ha respondido imponiendo severos controles de capital para ayudar a contrarrestar las sanciones financieras occidentales. Eso ayudó a apuntalar el valor del rublo con respecto al dólar.

La actual situación política y económica requiere de delicadas maniobras para lograr el equilibrio.

Ya hay señales de que Estados Unidos y aliados como Alemania y Francia consideran que para poner fin a la guerra deberá haber algún tipo de concesiones con Putin, mientras que otros países como el Reino Unido se oponen.

Las propuestas ofrecidas por el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski, incluida la conversión de Ucrania en un estado neutral, han generado esperanzas de que un acuerdo de paz sea posible, aunque Occidente ha aprendido rápidamente que no se puede confiar en Moscú y cualquier concesión sería vista por el Kremlin como una victoria que justifica la guerra.

Por otra parte, si Occidente envía tanques y aviones de combate a Ucrania, como exige Zelenski, provocaría un cambio dramático en el equilibrio de poder en el campo de batalla y Putin podría verse tentado a escalar la guerra a un nivel más peligroso, recurriendo a armas químicas, biológicas o incluso nucleares.

Es obvio de que Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) quieren que Putin sea derrotado, pero no a expensas de la paz mundial.

En todo caso, parece poco probable que Putin esté considerando retroceder, por lo que deberemos prepararnos para una guerra prolongada y sus impactos en la economía global.

El director ejecutivo de J.P. Morgan dijo recientemente que las hostilidades en Ucrania y las sanciones a Rusia ya están teniendo un impacto económico sustancial, perturbando los mercados mundiales de petróleo, productos básicos y agrícolas.

"La zona del euro, altamente dependiente de Rusia para el petróleo y el gas, verá un crecimiento del PIB de aproximadamente el 2% en 2022, en lugar de un 4,5%, mientras que la economía estadounidense avanzará aproximadamente un 2,5% frente a un 3% estimado previamente”.

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