La guerra es la deshumanización del hombre, la exaltación de su bestialidad bloqueadora de su racionalidad, la irreflexión envuelta en locura que apaga la sabiduría. Es la desnudez expuesta al público sin una gota de pudor humano. Lejos de las aspiraciones humana está la nueva guerra en Europa, la de Putin contra Ucrania, la cual rompe el orden mundial nacido después de dos guerras mundiales y de la destrucción despiadada de la vida humana, que tiene la esperanza de la convivencia en libertad, democracia y paz.
La justicia no prima en Vladimir Putin y sus secuaces bélicos, no hay una gota de dignidad en ellos, cuando se conozca la verdad, irán completamente al fracaso. Por eso mataron la verdad con el control tiránico de la información y una obra intensa de desinformación sobre sus nacionales, adjunto al hostigamiento y la criminalización a la libertad de expresión. Así cuentan con la cooperación de varios regímenes afines al putinismo, entre ellos, la Cuba castrocomunista.
El temor a una tercera Guerra Mundial se ha apoderado de muchos, quizás también de Putin, aunque parece dispuesto a desatar todo su odio y belicosidad, incluso usar la poderosa arma nuclear y guerrear con cualquier país que intente apoyar en el terreno al heroico pueblo ucraniano. ¡Hay que dolor en el mundo, por la parsimonia de líderes de países libres y la ausencia de un Churchill! ¿Habrá otro Día D!
Algunas personalidades han tratado de asemejarse a Bruto o a los senadores, quienes dieron muerte al déspota de Julio Cesar para impedirle la instauración de la tiranía y desaparición de la República Romana. Sin embargo, que lejos están de esa actitud dignificante de la libertad, solo pregonan sus deseos ridículos, alejados de la realidad, de aniquilar a Putin, para embriagarse de fama, posición y dejar un legado histórico universal.
En verdad, ninguno de aquellos personajes sus países le han declarado la guerra a Putin ni sus sistemas judiciales han pedido su captura o muerte, por lo que sería ilegal por normas del Estado y el derecho internacional, cualquier maniobra justiciera de aniquilación del tirano tendría que ser en silencio y con el mayor secretismo posible para la cumplimentación triunfadora de sus proyectos; antes se hizo con el terrorista Osama bin Laden.
El carnicero de Leningrado, Vladimir Putin, en su guerra contra Ucrania, ha atacado con misiles y bombas decenas de ciudades, destruyendo casas y edificios de viviendas, comerciales, hospitales, desencadenando un genocidio contra personas civiles, donde más de 2.000 han muerto en los 18 días de invasión rusa, solo en la ciudad de Mariúpol, en 9 días de embestidas belicosas, murieron 1.207 personas: niños, mujeres y ancianos. Esto es considerado un caso creíble de crímenes de guerra para iniciar una investigación por la Corte Penal Internacional (CPI).
Putin, Nicolás Maduro, Fidel Castro, su hermano Raúl y Miguel Díaz-Canel están interrelacionados por sus crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Maduro tiene un proceso investigativo avanzado en la CPI. Por la complicidad de muchos llamados demócratas, la tiranía de Castro Díaz-Canel nunca ha sido acusada ni investigados sus delitos contra el pueblo cubano y otras naciones, como su participación en los crímenes de guerra en Angola.
Los jefes del Comando Sur de EEUU (Suthcom), la general Laura Richardson (actual) y el almirante Craig S. Faller, 2018-2021, expusieron ante el Comité de Servicio Armados de la Cámara de Representantes de los EEUU, la inestabilidad del Hemisferio Occidental por la injerencia de Cuba en Venezuela y en las Américas; la interrelación de esos regímenes con el crimen transnacional. El tráfico de drogas, de armas y personas les reportan un dividendo de 90 mil millones de dólares (Maduro y sus secuaces tienen cifras elevadas de dineros guardados en los bancos rusos, las dictaduras de Cuba y Maduro han convertido a sus países en narco-estados). Existe un incremento de la expansión del poderío de Rusia y China en la región latinoamericana.
Las recientes flexibilizaciones de la administración estadounidense a los regímenes castrista y madurista favorecen a Rusia putinista; pues ambas tiranías tienen una fuerte alianza estratégica y táctica con Putin y muy difícil que el gobierno de EEUU pueda descarrilar tales propósitos.
Pensar que es posible, es desconocer la esencia virulenta de estos fanáticos ideológicos comunistas y un error estratégico político en la visión del mundo. En otras ocasiones, ha fracasado en esos objetivos con ambas dictaduras caribeñas.
Vladirmir Putin imita a Catalina II la Grande en su deseo de creación de un inmenso Imperio Ruso, sin importarle los pueblos y Estados soberanos que deba destruir y desaparecer del mapa geopolítico. Le digo: si usted quiere más tierra y expandir sus fronteras, mira al infinito de los cielos, convierta sus cohetes militares, al servicio de la muerte, en civiles para expandir la vida y conquistar el vasto universo. La Luna y Marte están cercanos, pero le recuerdo que la humanidad debe vivir en paz y solo esta es posible cuando existe libertad. Primero, libere a su pueblo y vivirán en paz. Ahora, parar a Putin, es salvar a Ucrania.