jueves 27  de  marzo 2025
LA VOZ DE LA DIÁSPORA

"Se oye una voz de alguien que llora amargamente"

Ratificamos que el presidente Guaidó debe asumir el liderazgo que la República ha colocado en sus manos y generar acciones con la participación de todos
Por VENAMÉRICA, LUIS CORONA y PACIANO PADRÓN

Con cita bíblica comienza la reciente y dramática exhortación que la Conferencia Episcopal Venezolana dio a conocer el pasado 28 de mayo. Mueve sentimientos e invita a la reflexión: “Se oye una voz de alguien que llora amargamente”. Dicen nuestros obispos que además de la pandemia del COVID-19 que compartimos con el mundo, y que ahora “se extiende masivamente en el país”, “sufrimos los estragos de los graves problemas económicos, políticos y sociales que se intensifican cada día más, generando sufrimiento e incertidumbre en la población”.

En nombre de VenAmérica nos pronunciamos el pasado sábado 29 sobre la exhortación de la Conferencia Episcopal y la sentencia del ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia al servicio de Maduro, que usurpando funciones en decisión risible –si no fuera trágica– desconoce la legítima Asamblea Nacional de Venezuela y a sus autoridades encabezadas por Juan Guaidó. Entonces hicimos una invitación en términos muy semejantes a los del reciente pronunciamiento de la Sala Plena del TSJ legítimo, que la pasada semana decidió: “Hacer un llamado a la comunidad internacional y al pueblo venezolano a constituirse en un bloque de fuerza unido, para rechazar y expresar enérgicamente su repudio a esta nueva acción y a las anteriores, que conllevan al resultado de un constante fraude jurídico que ofende plenamente la Constitución…”. Nosotros añadimos y ratificamos ahora que el presidente Guaidó debe asumir cabalmente el liderazgo que la República ha colocado en sus manos y generar acciones con la participación de todos, sin exclusiones, convocando al liderazgo internacional a acciones concretas.

“Es inaceptable que continúe la situación que vivimos”, sostiene la Conferencia Episcopal: “Ya ha quedado atrás el tiempo de las palabras: debemos comprender no solo los síntomas, sino sus causas económicas, políticas y sociales; no debemos reducirnos a aliviar los efectos, sino acompañar y alentar los procesos para que se den las transformaciones y los cambios necesarios a nivel político, social y económico. Lo más urgente a la vista de la inmensa catástrofe nacional, material, institucional y social que padecemos es una acción moral de gran calado, una sacudida ética y una convergencia político-social que nos encauce hacia el gran deseo común: un cambio fundamental”.

“No es eliminando al que piensa diferente que se saldrá de esta crisis, sino incluyendo en la búsqueda de soluciones concertadas a todos los factores políticos y a las distintas instituciones que hacen vida en el ámbito nacional: militares, académicos, universitarios, empresarios, profesionales, estudiantes y trabajadores, organizaciones no gubernamentales, confesiones religiosas y todos en general”. Añaden nuestros obispos en su exhortación: “La desunión y el perenne enfrentamiento agravan la situación y nos hunden más como pueblo. Venezuela no podrá salir de esta situación, si el pueblo todo no interpela definitivamente a las autoridades y al conjunto del liderazgo político, social y cultural, y se declara en emergencia nacional”.

Desde VenAmérica compartimos plenamente, desde hace ya un buen tiempo, su invitación a la acción. Hoy ratificamos y decimos con ellos en su más reciente exhorto: “Llamamos, pues, escuchando a nuestro pueblo, a un acuerdo nacional inclusivo de largo alcance”. Llamamos a la constitución inmediata del gobierno de emergencia, al cual ha convocado Guaidó con respaldo de la comunidad internacional.

www.venamerica.org

Los autores son el presidente y el vicepresidente de VenAmérica, respectivamente

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