viernes 5  de  diciembre 2025
OPINIÓN

Trump aprieta el acelerador contra Maduro y Petro

El presidente Donald Trump volvió a decir lo que muchos prefieren evitar: Colombia produce cocaína, la procesa y la exporta hacia Estados Unidos

Diario las Américas | Sofy Casas
Por Sofy Casas

La región está entrando en un punto de quiebre. No es exageración ni alarmismo. Es el resultado de años de decisiones equivocadas, alianzas peligrosas y vacíos de poder que aprovecharon las estructuras criminales. Hoy Estados Unidos está moviendo fichas que no había usado en décadas, y el hemisferio lo siente. Colombia, por desgracia, es una de las naciones que más puede perder.

El presidente Donald Trump volvió a decir lo que muchos prefieren evitar. Colombia produce cocaína, la procesa y la exporta hacia Estados Unidos. No lo dijo en tono diplomático, lo dijo como advertencia. Las cifras de cultivos, laboratorios y rutas de envío volvieron a dispararse. Y esto no ocurrió porque sí. Ocurrió porque el gobierno de Gustavo Petro desmontó la lucha antidrogas, frenó la erradicación, debilitó a las fuerzas militares y permitió que las economías ilegales ocuparan territorios completos. Ocurrió porque se alineó con la narcodictadura venezolana, entregándole control político y geográfico a quienes han hecho del narcotráfico su principal herramienta de poder. Ese error histórico está poniendo en riesgo a Colombia.

Mientras tanto, el Miami Herald reveló que la Casa Blanca le dio un ultimátum directo a narco-Maduro. Washington ya no juega a la diplomacia abstracta. Le pidió dejar el poder, le ofreció salida segura y le advirtió que la presión militar está lista. La respuesta del dictador fue una burla. Exigió inmunidad total para él y su séquito de , levantamiento de sanciones y una transición falsa en la que María Corina Machado o Edmundo González llegaran al cargo mientras los militares chavistas (cartel de Los Soles) mantengan el poder real. En otras palabras, Maduro quiere seguir perpetuándose bajo disfraces democráticos.

La lucha contra el narcoterrorismo que está ejecutando la administración Trump es de atar cabos. Si Estados Unidos decide intervenir en Venezuela por narcotráfico y por el creciente riesgo para su seguridad nacional, el impacto será inmediato en Colombia. No se puede combatir una red sin tocar la otra. Y Colombia dejó de ser socio confiable para Washington desde que Petro abrazó a Maduro, protegió su régimen y abandonó la lucha antidrogas.

Hoy nuestro país está expuesto. Trump lo dijo sin rodeos. Cualquier nación que produzca cocaína y la envíe a Estados Unidos queda sujeto a acciones. Y cuando el gobierno colombiano deja que el narcotráfico se consolide, cuando permite que los grupos narcoterroristas recuperen corredores estratégicos, cuando normaliza su relación con un régimen que financia operaciones ilegales y alberga terroristas en su suelo, entonces Colombia queda en la línea directa de observación de Washington. No olvidemos que es el primer productor de coca del mundo, con más de 320.000 hectáreas sembradas.

Si la Casa Blanca decide avanzar con operaciones en Venezuela, el mapa completo se reacomoda. Y un país debilitado como el nuestro no tiene cómo controlar las consecuencias. Porque Petro no solo renunció a combatir el narcotráfico. También renunció a proteger la soberanía. Entregó el terreno a criminales, debilitó la relación con Estados Unidos y alineó al país con una dictadura que vive del crimen organizado.

La crisis ya no es regional. Es hemisférica. Y si Colombia no recupera el control institucional y la cooperación real con quienes pueden ayudar a controlar el narcotráfico, terminará pagando un precio que pudo evitarse. La advertencia está hecha. Y no vendrá un segundo aviso.

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