lunes 22  de  diciembre 2025
ANÁLISIS

VenAmérica: Las primeras 100 horas y los primeros 100 días

Despolitizar las Fuerzas Armadas y los cuerpos policiales requiere una profunda profesionalización, destacando la lucha contra la corrupción

Diario las Américas | VENAMÉRICA
Por VENAMÉRICA

Dentro de poco, Venezuela tendrá una nueva oportunidad cuando comience el nuevo gobierno encabezado por Edmundo González y María Corina Machado. ¿Qué se puede esperar en las primeras 100 horas y en los primeros 100 días? Esta es una interrogante que todos los venezolanos se hacen.

Por Edgar J. Amado*

Desde un comienzo, los venezolanos deben recibir un mensaje claro por parte del nuevo gobierno, que proyecte una imagen de legitimidad, genere confianza y estimule el optimismo. Aunque la tarea será dura, con el trabajo de todos se podrá desarrollar una estrategia que comience a recuperar al país en las áreas más críticas: seguridad, justicia, economía, área social, salud, educación y política internacional.

En las primeras 100 horas se debe hacer especial énfasis en el área de seguridad. El liderazgo demostrado por María Corina será fundamental, ya que tendrá que enfrentarse a una infraestructura profundamente corrupta, creada durante 26 años de narcodictadura que, para mantenerse en el poder, corrompió a las Fuerzas Armadas, a los distintos cuerpos policiales y a toda la estructura gubernamental.

Será necesaria la creación de un equipo de emergencia, conformado por profesionales de distintas áreas, con la asesoría de países aliados que apoyen al nuevo gobierno en temas de seguridad, justicia, relaciones internacionales y finanzas, y que además auxilien a Venezuela con ayuda humanitaria mientras se estabiliza la nueva administración.

Todos sabemos que el equipo que acompaña a María Corina está capacitado para enfrentar los grandes retos de la reconstrucción del país; sin embargo, la ayuda internacional será clave para establecer un apoyo sistemático a los sectores más vulnerables.

En cuanto a los primeros 100 días, su éxito dependerá, en gran medida, del respaldo de países amigos que brinden apoyo en materia de seguridad en todo el territorio nacional. Mientras se reestructuran las Fuerzas Armadas y los cuerpos policiales nacionales, estadales y municipales, los grupos irregulares intentarán desestabilizar los planes del nuevo gobierno. Este apoyo internacional deberá darse siempre con pleno respeto a la soberanía nacional y bajo el consenso de Edmundo González, María Corina Machado y su equipo de confianza.

Despolitizar las Fuerzas Armadas y los cuerpos policiales requiere una profunda profesionalización, destacando la lucha contra la corrupción, el respeto a los derechos humanos y el combate a la delincuencia organizada y común. Será indispensable desarticular los carteles de la droga y los grupos que han explotado de manera indiscriminada los recursos naturales del país, como ocurre en el Arco Minero, identificando y procesando judicialmente a sus cabecillas. La depuración de los organismos de seguridad y la recuperación de la confianza ciudadana en estas instituciones debe ser una de las prioridades del nuevo gobierno.

Antes de avanzar hacia otras áreas críticas, es imprescindible poner orden en el caos existente en los organismos de seguridad. Los violadores de derechos humanos se han infiltrado en numerosas instituciones y será necesario erradicarlos. Estos grupos harán todo lo posible para impedir el avance del nuevo gobierno, pero estamos convencidos de que existen planes concretos para acabar con la mafia que ha desangrado social y económicamente al país durante décadas.

La independencia del sistema de justicia complementa el tema de la seguridad. Solo así se podrá llevar ante la justicia a quienes tanto daño le ha causado a Venezuela, amparados durante años por la impunidad. El régimen utilizó el poder judicial para silenciar voces disidentes cuyo único “delito” fue defender la libertad y los valores democráticos. Por ello, el nuevo sistema de justicia debe ser totalmente autónomo y libre de parcialización política.

Asimismo, será necesaria una reestructuración profunda del Consejo Nacional Electoral para garantizar el derecho a elegir libremente cuando llegue el momento de nuevos comicios, con un sistema electoral transparente e independiente. También deberán encontrarse los fundamentos jurídicos para la reestructuración inmediata del Poder Legislativo y del Poder Judicial.

En el ámbito económico, el nuevo gobierno seguramente desarrollará una estrategia para combatir la inflación, apoyándose en equipos de expertos que diseñen planes para recuperar la estabilidad monetaria. La búsqueda de apoyo de los organismos financieros internacionales será prioritaria para garantizar la recuperación económica del país.

Se deberán abrir las puertas a la inversión extranjera, garantizando seguridad jurídica y financiera. La recuperación de la industria petrolera, devastada por la corrupción, será fundamental. Una nueva PDVSA deberá renacer como orgullo nacional y volver a ser reconocida internacionalmente. Asimismo, rescatar las industrias básicas de Guayana y reinvertir en el sector agropecuario será posible con los ingresos derivados del petróleo, los cuales también permitirán fortalecer los sectores de educación y salud.

La garantía y el respeto a los derechos humanos, incluida la libertad de expresión, serán restablecidos. En este sentido, se reabrirán los cientos de medios de comunicación cerrados, corrigiendo los abusos cometidos por la dictadura.

El nuevo gobierno deberá mantener relaciones diplomáticas únicamente con los países que reconocieron el triunfo electoral del 28 de julio, reabriendo embajadas y consulados para atender adecuadamente a los venezolanos en el exterior.

En política exterior, será fundamental manejar con firmeza y diplomacia las relaciones con Rusia, China e Irán, así como enfrentar la amenaza de organizaciones terroristas vinculadas a estos países. Como ha señalado María Corina Machado, el régimen convirtió a Venezuela en un satélite de intereses extranjeros, utilizando el territorio nacional como una plataforma contra las democracias occidentales.

El tratamiento de estas relaciones deberá hacerse con “mano de hierro y guante de seda”, entendiendo que la ubicación geográfica de Venezuela es estratégica desde el punto de vista geopolítico y atractiva para potencias extrarregionales. Una diplomacia activa con los países democráticos que han reconocido el resultado electoral será clave para avanzar en la estabilización del país.

Finalmente, el regreso de los venezolanos al país se dará de forma casi natural. Cuando la diáspora perciba un verdadero cambio, se producirá una gran ola de retorno, especialmente de jóvenes formados en las mejores universidades del mundo, quienes serán fundamentales en la reconstrucción nacional.

Como dijo Winston Churchill: “Nunca nos rendiremos”.

www.venamerica.org.

*Coordinador Acción Juvenil de VENAMÉRICA y presidente JUVENEX

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