Rubén Darío en el centenario de su muerte

El Movimiento Mundial Dariano, que preside el profesor Héctor Darío Pastora, acompañado de varias personalidades de la comunidad nicaragüense en esta Condado Miami Dade, entre los días 6 al 13 de este mes de febrero, ha estado llevando a efecto un gran número de actividades con motivo del centenario de la muerte de Darío, comenzando el pasado día 6 ante la estatua y monumento de Rubén Darío, en el parque sito en la calle Flagler y 98 Ave., de Miami, con la asistencia de numeroso público, medios de prensa y representaciones de varios Consulados radicados en esta ciudad, además de un acto en el City Hall, con la presencia del alcalde de la ciudad, Tomás Regalado.

En varios locales y organismos educacionales del Condado, durante toda la citada semana se estuvieron llevando a efecto exposiciones de pintura, actos musicales, breves piezas de teatro y, sobre todo, varias conferencias sobre la vida y la obra de Rubén Darío, en las que tomaron parte profesores de literatura, escritores y analistas de la obra dariana.

Entre dichos actos señalo el que tuvo lugar el lunes 8 de febrero, en la Biblioteca Regional sita en Coral Way y 94 Ave.,Miami, bajo la denominación de Foro-Coloquio Dariano, en el que participaron siete profesores de distintas universidades, en el que se analizaron múltiples aspectos de la obra literaria de Rubén Darío.

En dicho Foro tuve el honor de ser invitado a participar, en representación del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, lo cual hice con una ponencia que titulé “Rubén Darío y su contacto con Cuba y los cubanos”, de cuya conferencia reproduzco algunos párrafos: Darío llevó una vida realmente errante… viajó y residió en varios países, en los que trató contactos con aquellos poetas en los que asomaban ya aquellos despuntes innovadores….En1892 Darío va a España. En ese viaje pasa por La Habana, donde pasó unos días, y de cuya estancia señalaré dos hechos significativos: primero, la creación allì de algunos poemas y, segundo, el encuentro con el joven poeta cubano Julián del Casal.

Darío fue invitado a una cena en casa de una familia cubana… De esa visita Darío escribió dos sonetillos dedicados a la joven hija del padre de la casa, llamada María Cay. Darío escribió otros poemas en La Habana, entre ellos el que después se conoció como “La Negra Dominga”, en el que pueden apreciarse ya elementos de la que después poesía negra.”

El segundo hecho citado fue el encuentro con el joven poeta Julián del Casal, que era uno de los nuevos poetas de entonces, en los que despuntaban los esbozos precursores del modernismo, con el que Darío quería contactar, y que , entre ambos se creó una honda amistad, que Darío sintió por aquel joven triste y talentoso. De aquel encuentro con Rubén Darío, Julián del Casal escribió un hermoso poema titulado “Páginas de Vida”, en el que relata el intercambio entre ellos… de aquellas confesiones fraternas de alma a alma. en cuyos versos expone Casal, evocando la despedida: “Genio errante vagando de clima en clima,/ sigue el rastro fulgente de un espejismo,/ con el ansia de alzarse siempre a la cima,/ mas también con el vértigo que da el abismo”.

“En 1893 Darío es nombrado cónsul de Colombia en Buenos Aires… y pasa unos días en Nueva York, donde tiene un encuentro con José Martí, que lo impactó hondamente… aunque ya Darío había escrito sobre Martí en cuanto a su prosa literaria. Ahora iba a conocerlo personalmente, cuando el secretario de Martí, Gonzalo de Quesada, va al hotel en el que se hospedaba Darío y le dice: “El Maestro quiere verlo”. “Ese día Martí tenía que hablar en un acto organizado por los cubanos opositores al gobierno español en Cuba…Conducido por el citado mensajero, Darío relata en su autobiografía que al encontrarse , con Martí, este le dio un abrazo y le dijo una sola palabra: ¡Hijo!

“ Martí condujo a Darío al local donde se realizaría la asamblea, se sentó junto a Martí, y escuchó admirado el discurso del patriota cubano, de lo que Darío dejó testimonio más tarde en su autobiografía. Y valorando la personalidad del mártir cubano, ante el hecho de su muerte en combate, Darío le reprocha a Martí el que haya entregado su vida útil, de la cual tanto esperaba la juventud de nuestra América, y exclamó con dolorido énfasis: “Pero, oh, Maestro ¿qué has hecho?”.

En 1910 Darío pasó otra vez por Cuba. De esa segunda visita conté la anécdota que en mis años de estudiante de Bachillerato en Cuba, nos relató nuestro profesor de literatura, el Dr. Juan J. Remos, el cual en su juventud, cuando él trabajaba para la revista El Fígaro, conoció personalmente a Rubén Darío, en el hotel en que se hallaba, enviado por la citada revista, y nos contó la conversación que tuvo con el poeta el cual le dio a la revista algunos poemas inéditos para su publicación.

Finalmente señalé en mi conferencia el legado que Darío dejó en los poetas cubanos de las primeras décadas del siglo XX, en especial en el poeta Agustín Acosta. También tomé parte en el acto del programa del Movimiento Mundial Dariano, que tuvo lugar el miércoles l0 de febrero pasado, acto que se dedicó a las figuras de Darío y Martí, en el teatro del Koubek Center, guiado por la Dra. Mercedes Sandoval.

En la serie de actividades que el Movimiento Mundial Dariano ha estado efectuando, siempre estuvo presente el biznieto de Rubén Darío. Y hubo una gran asistencia de público nicaragüense y cubano. Las comunidades hispanas en Estados Unidos, convocadas por el Movimiento Mundial Dariano, en este centenario de su muerte, han de sentirse complacidas y orgullosas de haber ofrecido este ciclo de rememoración de ese gran poeta, del que el gran escritor argentino Jorge Luis Borges, señalando la intemporalidad de Darío, manifestó: “Todo lo renovó Darío, la materia, el vocabulario, la métrica. Su labor no ha cesado y no cesará.