miércoles 15  de  enero 2025
CINE

“Spotlight”: Lo sagrado es la verdad

Se basa en hechos reales: la investigación del diario The Boston Globe con la cual se destaparon, a principios de 2002, los casos de encubrimiento de la Iglesia Católica a sacerdotes que abusaban sexualmente de menores

Por JOSÉ ANTONIO ÉVORA

Hay, en ese orden, delitos menores, delitos graves, delitos espantosos y abuso sexual de niños. A la revelación de esta última especie pertenece la película Spotlight, estrenada a fines del mes pasado en salas de cine.

Se basa en hechos reales: la investigación del diario The Boston Globe con la cual se destaparon, a principios de 2002, los casos de encubrimiento de la Iglesia Católica a sacerdotes que abusaban sexualmente de menores. A consecuencia del escándalo, el cardenal de Boston, Bernard Law, presentó su renuncia al Papa Juan Pablo II, y fue aceptada. Pero Law siguió siendo cardenal, y de hecho participó en el Cónclave de 2005 para elegir al sucesor de Juan Pablo II, Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVI. Desde el día en que The Boston Globe publicó el primero de más de 600 artículos sobre el tema, los lectores que habían sido víctimas de abuso a manos de otros curas empezaron a llamar al diario para denunciarlos. Y ya se sabe cuántas demandas vinieron después, dentro y fuera de EEUU, y cuánto se vio obligada a cambiar la Iglesia Católica para sobrevivir al escándalo.

Los primeros efectos de la película en cualquier espectador son la náusea y la furia. Para un periodista hay otro: la nostalgia por un riguroso periodismo investigativo que, por desgracia, se ve cada vez menos. Cuando se dice que este gremio es el cuarto poder, uno no piensa tanto en los medios que promueven o atacan a políticos como en los periodistas que escarban hasta donde no se puede, para sacar a la luz lo que de otro modo quedaría en la impunidad. Para darle voz a los vulnerables que enmudecieron víctimas de una infamia. Pocas veces uno siente tanto orgullo por el oficio.

El título viene del nombre por el que dentro del Boston Globe conocen al equipo, Spotlight, encabezado por Walter "Robby" Robinson (Michael Keaton), con Mark Ruffalo en el papel de Michael Rezendes; Rachel McAdams como Sacha Pfeiffer y Brian d'Arcy James en el personaje de Matt Carroll. El supervisor de la investigación fue el editor del periódico, Martin Baron (Liev Schreiber), entonces recién llegado a Boston después de haber pasado, por cierto, por The Miami Herald. Fue él quien tuvo la visión de decir: si en vez de presentar casos aislados de sacerdotes pederastas notamos un patrón de encubrimiento de la Iglesia, hay que descubrirlo y, sobre todo, demostrarlo. Ahora Baron es el editor de The Washington Post, y hace sólo un par de semanas Esquire publicó un reportaje con el siguiente título: Is Martin Baron the Best News Editor of All Time? (¿Es Martin Baron el mejor editor de noticias de todos los tiempos?)

Schreiber no está mal en su interpretación de Baron en la película, pero Ruffalo se va muy arriba encarnando esa mezcla de rigor, tenacidad y pasión que caracterizó el trabajo del reportero Rezendes. Ahora, en las recién anunciadas nominaciones de los Golden Globe, Spotlight aparece solamente en las categorías de mejor guión, mejor drama y mejor director (Thomas McCarthy). Para mi asombro, no nominaron a Ruffalo por su esmerada interpretación. Pero no debería sorprenderme: Matt Damon si está nominado, nada más y nada menos que en la categoría de mejor actor ¡en un musical o una comedia! por su papel del astronauta Mark Watney en The Martian. Aunque reseñé esta película en esta misma sección, tengo que verla otra vez, pues no me explico cómo me perdí esas escenas en las que Watney canta, baila y se esfuerza en hacernos reír después de haber sido abandonado en el planeta Marte.

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