UTAH. — Las fuentes anónimas a menudo aparecen con imágenes borrosas o entre sombras, con voces distorsionadas en los documentales. Pero una nueva cinta que acaba de estrenarse en Sundance ofrece nuevas alternativas para preservar la identidad de una fuente, sin sacrificar su humanidad. Todo gracias a la tecnología.
La tecnología fue ideada por Ryan Laney, diseñador de software. Y su implementación se decidió en base a un estudio dirigido por la profesora del Dartmouth College Thalia Weatley, experta en las ciencias del cerebro humano. Les mostró a 109 estudiantes distintas posibilidades de efectos visuales para decidir cuál era la mejor.
"Bienvenido a Chechenia", dirigida por David France, es una historia sobre una red clandestina para rescatar a miembros de la comunidad LGBTQ de Chechenia, república rusa donde el gobierno reprime fuertemente a los gays. En esa región mayormente musulmana del sur de Rusia gobernada por el caudillo Ramzan Kadyrov, los chechenos LGBTQ son detenidos, torturados y asesinados.
France, el cineasta responsable de “Cómo sobrevivir a una plaga” y “La muerte y la vida de Marsha P. Johnson”, trabajó en secreto con la Red LGBT Rusa, una organización que trata de proteger a los gays chechenos y encontrarles asilo en el exterior. Pero enfrentaba un dilema: No podía revelar las identidades ni los rostros de los personajes principales de su historia. Sus vidas dependían de que permaneciesen anónimos.
Al mismo tiempo, Frances quería mostrar las penurias por las que atravesaban. Y decidió que los viejos métodos para ocultar identidades no funcionarían.
“Son deshumanizantes”, dijo en una entrevista. “Creo que una de las razones por las que no hemos estado escuchando nada sobre estos crímenes de lesa humanidad en el sur de Rusia es porque no hemos podido oír ni ver a la gente que padece estas torturas inimaginables. Cuando los únicos testimonios de un crimen de esta magnitud son de personas que hablan detrás de una cortina, no tienen la fuerza que esta historia se merece”.
En “Bienvenido a Chechenia” los rostros de los chechenos LGBTQ fueron reemplazados usando inteligencia artificial. Pertenecen en realidad a 22 voluntarios que prestaron sus caras, las cuales aparecen en los cuerpos de las personas cuyas identidades había que proteger. La mayoría son activistas LGBTQ de Nueva York. Las caras de los voluntarios fueron convertidos en algoritmos que podían ser incorporados digitalmente a los personajes de la cinta. También les cambiaron las voces a las fuentes.
“Nunca nadie había intentado esto”, dijo France. “La mayor parte de la gente dijo que era imposible hacerlo. Resultó que estuvo bastante cerca de ser imposible, pero no lo fue”.
De todos modos, incorporar los rostros a los cuerpos fue una tarea ímproba que concluyó tan solo una semana antes del estreno. France y sus colaboradores trabajaron sobre discos duros codificados y en ningún momento difundieron por la internet las caras reales de la gente. Hicieron la edición en lo que Frence describe como un bunker sin ventanas de Los Ángeles.
“Nos tomó mucho tiempo”, dijo France. “Pero nos recordó a todos lo que había en juego y lo que significa pasar por eso para las personas que compartieron sus vidas con nosotros y confiaron en que le mostraríamos su realidad a una audiencia más amplia”.
FUENTE: AP