sábado 15  de  noviembre 2025
EL JARRÓN CHINO

Tiempo de conspiraciones

A algunos les aburre la verdad. Les aconsejo que lean un libro o disfruten de una buena película de ficción, pero que no jueguen con el dolor de las personas

Por MANUEL AGUILERA

Anda pululando por las redes sociales un supuesto blog de investigación que pretende tirar por tierra la “verdad oficial” sobre la caída del avión de Germanwings y la responsabilidad del piloto Andreas Lubitz al estrellar el aparato con 150 personas a bordo.

En el texto que he visto correr como la pólvora en Twitter a base de retuits y he encontrado en el muro de Facebook de varias amistades, se asegura que “pese a la interesada adhesión de las partes implicadas, que van desde las compañías de seguros hasta las autoridades militares, el cuento de que Andreas Lubitz quiso suicidarse llevándose por delante a todos los ocupantes del avión que copilotaba empieza a hacer aguas por todas partes”.

Una nueva teoría conspirativa con la que nos les voy a aburrir repleta de inexactitudes y trucos para intentar engañar el lector y ganar adeptos a la causa que pretende desprestigiar a medios, gobiernos, cuerpos policiales, jueces…  

Lo primero que me apena es comprobar que este tipo campañas malintencionadas encuentran altavoz en los mismos periodistas que mueven el bulo por las redes sociales. Eso sí, para no mojarse y no ser acusados de irresponsables y poco éticos, acompañan el enlace con afirmaciones como “no está de más leer esto”, “¿será verdad?”, “muy fuerte, lo que me han pasado”. Es una manera de tirar la piedra y esconder la mano y así de paso atacar como el que no quiere la cosa a The New York Times, al Gobierno alemán o a la justicia francesa.

En definitiva, actúan de una manera aún más perversa de lo que supuestamente están criticando. El otro día respondí en el muro de Facebook a uno de estos irresponsables, excompañero en una televisión de España, que si también pensaba que Hitler o Elvis Presley están vivos.

A estas alturas, uno ya está cansado de discutir con aquellos que pretenden tildarnos a todos de idiotas y marionetas manejadas por los hilos del maligno. Que si el hombre nunca llegó a la Luna, que si las Torres Gemelas no las derribó Bin Laden.

Pareciera que a algunos les aburre reconocer la historia tal y como es y prefieren fantasear sobre todo si al final el malo de la película es alguno de sus enemigos ideológicos. Por eso Estados Unidos está en el punto de mira de los especialistas en conspiraciones.

Recuerdo aquella fábula de que la CIA había participado en el asesinato de Carrero Blanco, presidente de Gobierno en las postrimerías del franquismo, cuyo vehículo voló por los aires tras acudir a misa en una fría mañana de diciembre de 1973.

Gracias a un trabajo de investigación sobre ETA que dirigí, pude conversar con el hijo del propio Carrero y con algunos militantes de ETA de aquella época. Todos coincidían en que la realidad del atentado fue una chapuza organizada por unos terroristas inexpertos enfrentados a unos deficientes dispositivos de seguridad.

A algunos les aburre la verdad. Les aconsejo que lean un libro o disfruten de una buena película de ficción, pero que no jueguen con el dolor de las personas.

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