domingo 24  de  marzo 2024
AMÉRICA LATINA

Cruzada internacional para evitar permanencia de Maduro en el poder

El dictador venezolano se propone asumir un nuevo mandato de seis años al frente de la nación sudamericana. La reacción internacional ha sido fuerte y son cada vez más las voces que lo rechazan
Por DANIEL CASTROPÉ

MIAMI.- Las intenciones del dictador Nicolás Maduro de perpetuarse en el poder cada día encuentran mayores obstáculos, incluso en el contexto internacional. En ese sentido, las voces de repudio no cesan. Una de las más críticas es la del canciller chileno, Roberto Ampuero, quien anticipó en Miami que su país desconocerá el nuevo mandato que se propone iniciar el gobernante venezolano a partir del próximo 10 de enero.

Ampuero, quien asistió en la Capital del Sol a un encuentro de empresarios chilenos, dijo que las elecciones del pasado mes de mayo, en las que Maduro fue declarado ganador con más de 6 millones de votos, “no fueron democráticas, ni transparentes, y tampoco tuvieron la requerida observación internacional”.

Desde la óptica del titular de la diplomacia chilena, cuyo nombre como escritor todavía suscita resquemores entre los militantes del denominado “socialismo del siglo XXI”, “esas elecciones no son válidas para nosotros, y tampoco para muchos países de América Latina y de la comunidad internacional”.

Por encima del rechazo interno, pero también del expresado por un elevado número de naciones, Maduro se propone asumir un nuevo periodo de seis años para la conducción de los hilos del país entre 2019 y 2025, mientras que la oposición ha anunciado una serie de protestas en desconocimiento de la nueva pretensión del chavismo.

“La posición de Chile, y del Gobierno del presidente Sebastián Piñera, es muy clara con respecto a lo que está sucediendo en Venezuela; en ese país no hay democracia, es un hecho indiscutible”, sostuvo Ampuero en declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMÉRICAS.

Más adelante dijo que “en Venezuela hay un régimen que está recibiendo la condena de todos” y aseveró que “para nadie es un secreto que esas elecciones no son válidas, y esta es una postura de consenso”.

La reelección de Maduro fue desconocida por más de 50 países y, además, por la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), el Grupo de Lima y el Grupo de los 7 (G7). En esencia, el argumento es un solo: “Los comicios fueron ilegales, carecieron de garantías mínimas y no cumplieron con los estándares internacionales de procesos electorales”.

De acuerdo con el testimonio de Ampuero, a partir del 10 de enero se dará una situación “nueva” en Venezuela, “pero en el fondo se trata de lo mismo; tendremos a Maduro nuevamente en el poder, y en este sentido los países latinoamericanos, sobre todo el Grupo de Lima, estamos conversando, articulando y discutiendo sobre cómo enfrentarlo”.

Maduro llegó al Palacio de Miraflores tras la muerte del también dictador Hugo Chávez Frías, quien lo nombró presidente encargado “a dedo”. Dos meses después, en marzo de 2013, Maduro enfrentó en las urnas a Henrique Capriles y obtuvo una victoria que puso en duda no solo la oposición, sino también disímiles Gobiernos y organizaciones internacionales.

Para Ampuero, quien en la pasada Asamblea General de la OEA en Washington encaró al canciller venezolano, Jorge Arreaza, y cuya novela autobiográfica, Nuestros años verde olivo, provocó malestar en el castrismo, “hay un menú amplio de medidas” que se deben ensayar para ponerle fin a la dictadura madurista en Venezuela.

Tarea de la Asamblea Nacional

Otra de las personalidades del continente que ha sido un fuerte crítico del chavismo es el expresidente colombiano Andrés Pastrana, quien hoy integra el grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), que reúne a presidentes en ejercicio, como Sebastián Piñera, de Chile, y a una veintena de exmandatarios hispanoamericanos.

Según Pastrana, “en buena parte, la solución al problema [en Venezuela] está en la Asamblea Nacional, en la legítima, no en la ilegítima creada por el propio chavismo, que tiene la tarea de hacer cumplir la desvinculación de Maduro, como lo decidió el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)”.

El exjefe de Estado colombiano indicó que otra alternativa “para salir de Maduro y su régimen corrupto” debe ser el aumento del desconocimiento internacional hacia ese régimen “de la mano de un aislamiento diplomático en el que todos estemos sintonizados”.

En sus declaraciones a DIARIO LAS AMÉRICAS desde China, Pastrana añadió que “si el 10 de enero no hay un presidente distinto en Venezuela, y se pasa por encima de la Constitución de ese país, allí lo que va a darse es la consolidación de una narcodictadura”.

Acotó que la “voluntad popular” fue la que eligió a la Asamblea Nacional. Por ende -subrayó- “este organismo tiene una misión que nace del constituyente primario, es decir, del mismo pueblo que no quiere a Maduro”.

En diferentes escenarios internacionales, el expresidente Andrés Pastrana viene promoviendo el restablecimiento de la democracia en Venezuela, y mediante la herramienta de la denuncia ha cuestionado los nexos del chavismo con las mafias de la corrupción y la narcoguerrilla en esa nación sudamericana.

Entretanto, Pastrana hizo un llamado a la comunidad internacional para que haya “coherencia” en la postura frente a la dictadura venezolana. “Así como los países en democracia desconocieron las elecciones en las que supuestamente ganó Maduro, ahora es necesario que también desconozcan un nuevo mandato desde el 10 de enero”.

Puntualizó que Maduro fue declarado culpable en un juicio adelantado por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) en el exilio, que ordenó 18 años y tres meses de prisión para el gobernante y una multa de 25 millones de dólares, además de la obligación de resarcir a la nación por 35.000 millones de dólares.

Sin respaldo de la Asamblea Nacional

Además de las voces que se oponen a la continuidad de una dictadura en Venezuela, la Asamblea Nacional (Congreso) declaró inconstitucional el nuevo mandato que iniciará en enero el gobernante Nicolás Maduro y solicitó que se convoque a nuevas elecciones generales.

“(El acuerdo) declara inconstitucional la pretensión de Nicolás Maduro de seguir usurpando los poderes públicos partir del 10 de enero y convoca a la comunidad internacional y al pueblo a defender la Constitución y propiciar un cambio político”, señaló una declaración de la Asamblea.

La postura del órgano legislativo venezolano tiene como propósito que se realicen unos comicios en los que puedan participar libremente los políticos inhabilitados y exiliados, con el concurso de un Consejo Nacional Electoral imparcial y bajo los estándares de la democracia.

Además, la declaración invoca la disolución de la “espuria” Asamblea Nacional Constituyente (ANC), un órgano que integran políticos cercanos al chavismo, pero también exige “la atención urgente” de la crisis que afecta al país y la liberación de los 232 presos políticos acallados por el régimen de Maduro.

En una acción que condenaron diferentes países, el Parlamento venezolano fue declarado “en desacato” hace alrededor de tres años, y sus resoluciones no son reconocidas por ninguno de los otros poderes en los que la mano del chavismo mueve los hilos del poder.

Nuevas protestas

Pero no solo de voces y declaraciones oficiales desatendidas se alimenta el repudio a la dictadura de Maduro. El Frente Amplio Venezuela Libre anunció una “reunificación de fuerzas” para enfrentar al régimen con nuevas protestas en su plan por perpetuarse en la cúpula de poder.

La organización opositora presentó un manifiesto “por el cambio político en el país”, que es el resultado de encuentros regionales que sostuvo la plataforma con sectores de la sociedad en busca de propuestas para salir de la crisis.

En la declaración de este movimiento se lee: “Por ello, nos organizamos desde ahora en instancias tácticas, estratégicas y logísticas para darle cauce al creciente malestar social del pueblo venezolano a través de la protesta pacífica de calle que aumente la presión sobre la dictadura y haga cesar la usurpación”.

De igual forma, el grupo invitó a la comunidad internacional a reconocer “las luchas democráticas del pueblo venezolano, y a intensificar la presión y las acciones que contribuyan con la salida de la dictadura”.

En 2017 una serie de protestas callejeras en contra de la dictadura madurista dejaron más de 100 muertos y una cifra superior a los 2.000 heridos por el descontento de una población que no aguanta un día más la crisis que golpea a esa otrora próspera nación.

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