LA HABANA.- Cuba posee al menos 1.066 presos políticos, todos han presentado torturas, así lo refleja el más reciente conteo verificado por la ONG Prisoners Defenders, publicado en su página web.
LA HABANA.- Cuba posee al menos 1.066 presos políticos, todos han presentado torturas, así lo refleja el más reciente conteo verificado por la ONG Prisoners Defenders, publicado en su página web.
El estudio indica que “las torturas en prisión son generalizadas entre los prisioneros políticos en Cuba, que languidecen mientras el régimen mortifica a sus familiares desde”.
El estudio pormenorizado de 101 casos aleatorios fue denunciado por Prisoners Defenders ante el Comité Contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT).
Los resultados obtenidos confirman lo que ha venido sucediéndole a todos y cada uno de los presos políticos monitoreados en la lista de Prisoners Defenders: Tanto los presos políticos como los familiares son víctimas constantes de torturas.
“En primer lugar, todas tienen asignados agentes de la Seguridad del Estado que les vigilan y amenazan, muchas veces apostados en sus puertas, y siempre controlando sus comunicaciones por teléfono, así como sus redes sociales. Los familiares son citados constantemente en cuanto realizan cualquier denuncia. Algunas madres incluso son detenidas y llevadas a prisión también. El acceso al mercado laboral estatal está vetado para aquellos que defienden con fuerza la inocencia de sus seres queridos, y la Universidad se convierte en un imposible para los menores de muchas de estas familias”, expresa el comunicado
Se detalla también que las mujeres presas que denuncian sus torturas, son amenazadas con arrebatarles la patria potestad de los hijos, “gracias a las enormes facilidades represivas que ofrece el nuevo Código de Familia para tal fin”.
El caso más reciente de violencia psicológica y abuso de poder es el de Lizandra Góngora Espinosa, presa política que tiene 5 hijos y está amenazada con perder la patria potestad de todos sus hijos para que se someta y deje de denunciar las torturas en prisión
Como forma de castigo por no someterse a las torturas y violaciones de derechos, Lizandra ha sido trasladada hace unas semanas a una prisión de la Isla de la Juventud, a cientos de kilómetros de su casa y con mar de por medio, donde sus hijos ya no podrán verla jamás. Una tragedia criminal, otra más. Es una de entre tantas torturas que cometen contra las familias, como ya hicieron durante muchos años con Aymara Nieto, Dama de Blanco declarada detenida arbitrariamente y presa de conciencia por Naciones Unidas.