BOGOTÁ.- Bogotá, capital de Colombia, se encuentra azotada por el incremento de la violencia que han generado las disputas entre el Tren de Aragua, la megabanda delincuencial venezolana que ha expandido sus tentáculos a varios países de la región, y el grupo armado colombiano, el Clan del Golfo.
Mediante la Alerta Temprana 004, la Defensoría del Pueblo informó sobre la “expansión de la violencia” en la capital colombiana producto de la lucha armada entre ambos grupos criminales por el control territorial en nueve localidades bogotanas.
“Es una forma de advertir a las autoridades sobre el riesgo que aumenta para un número importante de habitantes de nueve localidades de la capital colombiana”, indicó el defensor del pueblo, Carlos Camargo Assis, en declaraciones ofrecidas recientemente.
Dejando en evidencia a la exalcaldesa Claudia López y al ministro de Defensa, Iván Velázquez, quienes habían negado la presencia del grupo criminal colombiano en la entidad, la Defensoría señaló que en 2019 ya había reportado la presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), brazo armado del Clan del Golfo, en Los Mártires, Santa Fe, Puente Aranda y La Candelaria.
Agregó que de acuerdo con un nuevo estudio, se ha extendido a las localidades de Antonio Nariño, Tunjuelito, Chapinero, Teusaquillo y Barrios Unidos, donde actualmente mantienen fuertes y constantes enfrentamientos con grupos criminales del Tren de Aragua.
Exacerbación de la violencia
La institución indicó que la “exacerbación de la violencia selectiva e indiscriminada” se ha configurado mediante amenazas de muerte, homicidios selectivos o masacres, desapariciones forzadas y extorsiones. “Las personas están siendo víctimas de métodos y medios que generan terror en la población civil, tales como panfletos, llamadas intimidantes, videos o correos electrónicos amenazantes”, agregó.
Grupos criminales, aliados al Tren de Aragua y al Clan del Golfo, también estarían dirigiendo las redes de trata y explotación sexual, mendicidad ajena y trabajos forzados. Además, el ente advierte que con su presencia en esos territorios se corre el riesgo de reclutamiento de menores de edad, principalmente para traficar drogas y armas.
El Tren de Aragua financia a ‘Los Satanás’, grupo de origen venezolano dedicado a las extorsiones y sicariatos, que está en guerra por el territorio contra grupos criminales vinculados a las AGC (del Clan del Golfo), como la ‘Oficina de San Andresito’ y ‘Los Boyacos’, y otras estructuras locales, como ‘Los Camilos’, ‘Los Costeños’, ‘Los Paisas’ y ‘Los Pereiranos’.
A través de esos subgrupos, la banda ligada al Clan de Golfo busca expulsar de las localidades bogotanas a los grupos delincuenciales venezolanos, a fin de hacerse con las rentas ilícitas del microtráfico, las extorsiones, hurtos y demás actividades delictivas.
“Bogotá vive su propio conflicto interno que, como en otras regiones, está permeado por el narcotráfico, por eso el llamado urgente es a que las variadas formas de violencia no avancen a otras zonas de la capital de los colombianos, pero también, a que sean contenidas y, en el mejor de los casos, anuladas”, aseveró el defensor del pueblo.
Disputas entre el Tren de Aragua y el Clan del Golfo
De acuerdo con la Defensoría, el narcotráfico, especialmente en pequeña escala, es la causa principal de las disputas entre las bandas criminales de origen colombiano y venezolano por territorios de la capital colombiana.
Investigadores de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), que han seguido de cerca las dinámicas de estos grupos delincuenciales, aseguraron, en conversaciones con la Voz de América, que el aumento de la confrontación se debe a que se “subestimó” la presencia del Tren de Aragua, que actualmente es un “actor armado relevante” que representa una “amenaza real” para la seguridad.
“El Tren de Aragua ha crecido en Colombia, esto se podría sintetizar en una frase muy popular llamada: ‘se creció el enano’. Es un actor armado que se subestimó y empezó a pasar desapercibido y hoy día es un actor armado muy relevante que ha afectado las dinámicas de seguridad no solo de las regiones fronterizas con Venezuela, sino que también se han visto sus estragos en Bogotá”, explicó a la VOA, un investigador de Pares, que prefirió mantenerse en el anonimato.
Desde Pares, consideran que estos grupos criminales utilizan métodos como “el miedo a través de tortura, la difusión de videos mientras se tortura y todo tipo de actos violentos” para hacerse con el dominio “exclusivos” de las zonas.
“A grupos como el Tren de Aragua no hay que subestimarlos, porque se pensó que era una pequeña pandilla hoy en día es una banda transnacional que ha hecho estragos en muchos países, y el hecho de que se le reconozca como un actor criminal no significa que haya que darles reconocimiento político, entonces el hecho de reconocerlo como actor criminal permitirá asumir unas directivas más claras sobre cómo combatirlas y sobre todo cómo erradicar esa violencia que generan en las ciudades”, señala la organización.
Fin de las alianzas
Para José Orlando Carrillo, especialista en temas de seguridad, Bogotá enfrenta esta difícil situación de inseguridad por el “poder” que han alcanzado estos grupos en algunas zonas de la ciudad, cuyas confrontaciones pueden obedecer a la “culminación de los pactos, alianzas o convenios” que podrían haber alcanzado en principio para expandirse.
“La cooperación y alianzas para expandirse y fortalecerse, entonces podríamos estar viendo que las dos organizaciones quieran controlar individualmente estos territorios. Otro planteamiento es que en las últimas semanas se han logrado desarticular algunos miembros fuertes, principalmente del Tren de Aragua, y esos territorios quedan solos y allí es donde entraría el Clan del Golfo a intentar apoderarse de ellos”, enfatizó Carrillo en entrevista con la VOA.
FUENTE: Con información de VOA / Infobae / El Tiempo / Defensora del Pueblo de Colombia