miércoles 14  de  mayo 2025
VENEZUELA

Leopoldo López, el adversario al que siempre le ha temido el chavismo

El régimen de Nicolás Maduro se ha encargado de bloquear al líder opositor durante más de una década

Reyes Ureña
ESPECIAL

CARACAS. El régimen chavista -desde los tiempos de su creador Hugo Rafael Chávez Frías- se ha encargado de dejar fuera de competencia política -incumpliendo las leyes- a quienes cree pueden convertirse en adversarios fuertes. Leopoldo López ha sido una de sus principales víctimas.

¿Por qué este joven dirigente es tan temido por el narcorégimen que se apoderó de Venezuela?

Tras su gestión como alcalde del municipio Chacao, en el estado Miranda, durante dos períodos (2000-2004 y 2004-2008), López contó con el respaldo del sector que ya abría los ojos ante las atrocidades políticas y sociales que cometía entonces el ya fallecido Hugo Chávez.

Este joven economista graduado en Harvard y con postgrado en Políticas Públicas en la misma alma mater, se atrevió a enfrentar a Chávez cuando el líder de la izquierda venezolana aún tenía la aceptación de una parte del país.

El entonces presidente se dio cuenta de que en López había un adversario de temer. Lo tenía en el radar desde abril de 2002, cuando el entonces alcalde de Chacao participó en las movilizaciones de calle que derrocaron a Chávez por un par de días.

La narcodictadura buscó cómo dejarlo fuera del juego. De acuerdo con la Contraloría General de la República de Venezuela (en manos chavistas), cuando López se desempeñaba como analista de Entorno Nacional en la Oficina del Economista Jefe de Petróleos de Venezuela, la ONG Primero Justicia obtuvo una donación a través de su madre, Antonieta Mendoza de López, que entonces ocupaba el cargo de gerente de Asuntos Públicos de la División de Servicios de PDVSA Petróleo y Gas S.A.

Según la Contraloría, esta donación contravino las Normas sobre Conflicto de Interés. Por este motivo, López fue inhabilitado para ejercer cargos públicos, a petición del chavismo, hasta 2014; año en el que lo enjuiciaron por las muertes suscitadas en las protestas de febrero.

“Una corte ha determinado que no puedo ocupar un cargo público hasta 2014, asegurándose así de que no pueda postularme en estas elecciones, las de la Asamblea Nacional en 2010 o a la presidencia en 2012”, dijo para entonces López.

“’Debemos recordar que el Tribunal Supremo de Justicia [del régimen], que funciona como una firma privada de abogados del Gobierno, inhabilita a todo el que aspire a tomar el poder (...) y muchos diputados han sido perseguidos, con chance o sin chance, y han sido inhabilitados. Es el modus operandi del Gobierno, cerrar las aspiraciones de quién sea’’, comenta para DIARIO LAS AMÉRICAS Javier Moreno, periodista venezolano con Maestría en Ciencias Políticas.

Actualmente, según un estudio de Datanálisis, López –que se encuentra en la embajada de España en Caracas como huésped tras ser liberado la madrugada del 30 de abril de 2019 por un grupo de militares adversos al dictador Nicolás Maduro– cuenta con el respaldo de seis de cada 10 venezolanos.

López sigue siendo un adversario de temer y en las filas del chavismo lo saben. Por eso, cuando culminó su inhabilitación política buscaron la manera de juzgarlo por “otras razones”.

¿El Nelson Mandela de Venezuela?

Respetando la distancia y los tiempos, Leopoldo López –en sus últimos años– ha tenido una vida parecida a la de Nelson Mandela, el activista que instaló la Democracia en Sudáfrica. La persecución política que le ha aplicado la dictadura chavista al opositor tal vez lo proyecte a la Presidencia en condiciones de una Venezuela libre.

López ha sido uno de los adversarios más temidos por el régimen y haber estado en prisión pareciera haber elevado su popularidad.

El pueblo se solidariza con él y en unas elecciones libres –por las que lucha la oposición venezolana desde hace un buen tiempo– podría recibir el respaldo de todos los que son solidarios con su lucha y con su proyección política, diametralmente contraria al chavismo.

“Como muchos otros, López ha articulado momentos interesantes en búsqueda del cambio hacia la democracia, pero ha fallado en los tiempos”, refiere Moreno.

Ante un régimen que no cree en la democracia participativa no puedes dar fechas. Son años, meses, días en medio de procesos complejos que llevan su tiempo y que, en algunos casos, al ofrecer resultados en un período determinado, han fallado. Así sucedió con la situación vivida en el distribuidor Altamira: se falló y eso volvió a desmotivar a los ciudadanos.

“Luego de ese día [cuando Leopoldo López salió de su arresto domiciliario para acompañar al presidente encargado Juan Guaidó en el lanzamiento de la Operación 30 de abril y pasó a refugiarse en la Embajada de España en Caracas], no se ha logrado aglutinar masivamente a los millones de personas que quieren un cambio’’ agregó el comunicador.

El chavismo sabe que en un “juego limpio”, López aún sería un rival de mucho cuidado. Su popularidad se mantiene y haber pasado por tantos escollos durante la dictadura, seguramente le darían una mayor aceptación ante un pueblo que exige un cambio para salir lo antes posible de la crisis socio-política y humanitaria que atraviesa la nación caribeña.

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