BUENOS AIRES.-EFE
El presidente argentino aseguró que los 12 años de administración “kirchnerista” propiciaron el estado de corrupción actual en el país sudamericano
BUENOS AIRES.-EFE
El presidente argentino, Mauricio Macri, afirmó que las fuerzas de seguridad de su país están penetradas parcialmente por el narcotráfico y carecen de la profesionalidad necesaria para combatirlo, y se comprometió a buscar "uno por uno" a más de mil prófugos de la Justicia.
"Está década que pasó el narcotráfico avanzó como nunca antes en la historia por la inacción, la incapacidad y la complicidad del Gobierno anterior", presidido por Cristina Fernández, dijo Macri en una rueda de prensa en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo.
El presidente argentino, del frente conservador Cambiemos, dijo que a lo largo de los 12 años de gestión kirchnerista las fuerzas de seguridad "han sido penetradas por parte de estas mafias" y como resultado Argentina está "en una situación precaria" para combatir al narcotráfico.
A su juicio, las fuerzas de seguridad argentinas se encuentran "muy lejos" de la profesionalidad necesaria para combatir a las redes de tráfico de estupefacientes, como quedó en evidencia durante el operativo de búsqueda de tres condenados por un triple asesinato con vínculos con una red de tráfico de efedrina que tuvo al país en vilo durante dos semanas.
Antecedentes
Víctor Schillaci, Martín y Víctor Lanatta se escaparon de una prisión de máxima seguridad de la provincia de Buenos Aires el 27 de diciembre de forma insólita: salieron por la puerta principal con una pistola de madera mientras eran custodiados por un policía que, por su religión, no podía usar armas.
Tras días de persecución y varios tiroteos entre los prófugos y los más de 500 agentes que les seguían la pista, el Gobierno se apresuró a anunciar su captura el pasado sábado 9, pero horas después tuvo que admitir que sólo habían detenido a uno de ellos, Martín Lanatta.
El Ejecutivo sospecha que la información errónea que recibieron dio tiempo a los otros dos para huir, aunque finalmente Cristian Lanatta y Schillaci cayeron juntos este lunes en la misma zona rural de la provincia de Santa Fe, una de las más castigadas por la violencia ligada al narcotráfico, donde fue detenido su compañero de fuga.
La evasión y los fallos cometidos durante la búsqueda revelaron la existencia de "redes de complicidades" del crimen organizado "enraizadas" en las instituciones del país, en palabras de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Además, dejaron al descubierto también diferencias entre el Gobierno de Macri y la Gobernación santafesina, en manos del socialista Miguel Lifschitz.
Repercusión
En una rueda de prensa, Lifschitz señaló que las fuerzas santafesinas y las federales optaron por "distintas estrategias" para atrapar a los tres prófugos, pero negó que exista desconfianza entre las mismas.
"Lo bueno es que habiendo tomado la decisión de que íbamos a encontrar a los prófugos, a pesar de las carencias, lo logramos", subrayó hoy Macri, quien felicitó a las fuerzas de seguridad y también a los ciudadanos que colaboraron para poner fin a una persecución de película.
El presidente se comprometió a buscar "uno por uno" a los más de mil prófugos de la Justicia argentina y criticó que sus predecesores, Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), "ni siquiera los han buscado".
"Enfrentar y derrotar el narcotráfico es algo que tenemos que hacer todos juntos", instó Macri a la ciudadanía.
El diario Clarín, en su página digital, adelanta que, tras el escándalo provocado por este caso, el Gobierno de Macri prepara una depuración en la cúpula de la policía de la provincia de Buenos Aires.
Martín Lanatta ya había desatado la polémica el año pasado, días antes de las elecciones primarias en Argentina, cuando, desde la cárcel, acusó en un programa televisivo al entonces jefe de Gabinete del Gobierno de Cristina Fernández, Aníbal Fernández, de idear el triple crimen de empresarios vinculados con el tráfico de efedrina.
Aníbal Fernández, quien se postulaba a la Gobernación de Buenos Aires, consideró que la acusación era una estrategia de sus rivales para perjudicarlo y beneficiar a la candidata de Macri, María Eugenia Vidal, quien fue la ganadora de los comicios.
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