viernes 22  de  marzo 2024
Venezuela

Niegan que EEUU negociara con Maduro apertura de una Oficina de Intereses

El enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, declaró el 1 de marzo, cuando anunció las revocaciones de visas a 49 funcionarios alineados con Maduro, que "nuestras conversaciones con el régimen, el régimen de facto, son principalmente sobre la seguridad de los estadounidenses" que residen en suelo venezolano
Por FRANK LÓPEZ BALLESTEROS

ESPECIAL

El Gobierno de Estados Unidos no sostuvo conversaciones con funcionarios de Nicolás Maduro para la apertura de una Oficina de Intereses en Caracas en remplazo de su embajada, como informó el propio Maduro en enero, y hasta el momento el diálogo entre ambos países es mínimo o inexistente, revelaron fuentes.

Acechado por la decisión del presidente Donald Trump de reconocer el 23 de enero pasado al jefe del Parlamento Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, Maduro anunció ese día la ruptura de relaciones con Estados Unidos y dio 72 horas a los diplomáticos estadounidenses para abandonar el país.

Tres días después declaró que había entrado en conversaciones con Washington, por medio de Jimmy Story, encargado de negocios de la embajada en Venezuela, para establecer una Oficina de Intereses, similar a la que existió entre Cuba y EEUU hasta 2014, cuando ambos países restablecieron relaciones diplomáticas.

"Esas conversaciones [de cambiar el estatus de nuestra embajada] nunca existieron, esa información transmitida por el régimen no tiene validez", dijo una fuente del Departamento de Estado a DIARIO LAS AMÉRICAS, tras ser consultado sobre el anuncio de Maduro.

"No tenemos ningún plan de cerrar la embajada [de EEUU] en Caracas. El presidente interino [Juan Guaidó] ha invitado a la misión estadounidense a permanecer en Venezuela. La prioridad sigue siendo la seguridad y protección de nuestro personal y de ciudadanos estadounidenses en el exterior", acotó la fuente.

"Deseamos que nuestro personal diplomático permanezca in situ [en Caracas]", enfatizó la fuente del Departamento de Estado.

Una fuente del régimen venezolano aseguró a este diario que entre Washington y Caracas se estaban dando conversaciones en torno a la creación de la oficina de intereses, pero que el espinoso asunto de las sanciones y el desconocimiento de Maduro como gobernante llevaron a un punto muerto las discusiones.

El enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, declaró el 1ro. de marzo, cuando anunció las revocaciones de visas a 49 funcionarios alineados con Maduro, que "nuestras conversaciones con el régimen, el régimen de facto, son principalmente sobre la seguridad de los estadounidenses” que residen en suelo venezolano.

Luego de anunciar la ruptura de relaciones, Maduro solicitó a los funcionarios venezolanos en las embajadas y consulados dentro de EEUU que retornaran a Caracas, lo cual se cumplió, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela en un comunicado.

Sin embargo, al menos tres oficiales decidieron reconocer a Guaidó como presidente y permanecen en suelo estadounidense, indicó una fuente oficial venezolana que pidió no revelar su nombre.

La embajada venezolana en Washington así como sus ocho consulados dentro del país (Nueva York, Boston, San Francisco, Miami, New Orleans, Chicago, San Juan y Washington DC) se encuentran paralizados, por lo que el proceso para la renovación de pasaportes ha quedado en el limbo.

El Departamento de Estado estudia una respuesta a esta situación en vista del volumen de venezolanos que reside en EEUU y podría quedar en la ilegalidad, entre ellas un Estatus de Protección Temporal (TPS), que otorga un beneficio migratorio que permite trabajar y vivir legalmente en el país por cierto tiempo.

En una audiencia en el Senado el jueves 7 de marzo, Abrams aseguró que la posibilidad de otorgar el TPS a los venezolanos “está bajo consideración”, tomando en cuenta que solo en 2018 se presentaron 21.000 aplicaciones de asilo de ciudadanos de Venezuela, según muestran datos del Servicio de Inmigración (USCIS). El enviado especial de EEUU indicó que la cifra asciende a 78.000 casos.

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