lunes 18  de  marzo 2024
NICARAGUA

Ortega apela al genocidio y paga para que se capture a sus opositores en Nicaragua

En la medida que aumenta la represión, los grupos paramilitares allanan viviendas, capturan a quienes exigen la renuncia del mandatario, los torturan y ejecutan asesinatos selectivos para intimidar a la población
Por JUDITH FLORES

@FloresJudith7

MIAMI.- La represión y los crímenes del régimen del Daniel Ortega contra la población que demanda la salida del poder del mandatario van en ascenso. El Gobierno nicaragüense ha desmantelado los tranques y barricadas construidos por los manifestantes como barreras de protección con el empleo de armas de guerra que van dejando una estela de civiles muertos y heridos en las calles de la nación centroamericana.

Paramilitares encapuchados y acuerpados por agentes de la Policía Nacional que también se cubren el rostro, circulan en las calles en busca de imponer el terror con armas de largo alcance.

El último reporte de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), revela estadísticas alarmantes: hasta el más reciente reporte se registraban 351 muertos, 2.100 heridos y otros 261 desaparecidos, desde que iniciaron las protestas en Nicaragua, el pasado 18 de abril.

Ser joven y estudiante universitario se ha convertido en un blanco de interés para el gobierno sandinista. A diario se registran secuestros de jóvenes acusados de participar en protestas, mientras quienes pasan varios días desaparecidos se encuentran después ejecutados en las calles o sus cuerpos en las morgues de los hospitales con disparos en la cabeza.

El gobierno utiliza los vehículos del estado para movilizar a los paramilitares que aterrorizan a la población. La mayoría de los ejecutados presentan disparos en la cabeza, los ojos, el cuello o el tórax.

Alvaro Leiva, director ejecutivo de la ANPDH, denunció que grupos paramilitares y de choque capturan, torturan, cometen asesinatos selectivos atroces, realizan allanamientos de moradas y dañan la propiedad privada y pública, motivados por el fanatismo partidario. Aseguró que hasta el pasado 11 de julio, se habían cometido 351 asesinatos y que la cifra va en aumento.

Para Leiva, los grupos paramilitares y de choque están “dirigidos por grupos afines a la ideología del Gobierno de turno”.

Cristian Fajardo, es un pequeño empresario de Masaya, líder del Movimiento 19 de abril (M19A), que surgió después de la primera masacre realizada por el gobierno contra estudiantes en la ciudad de Managua, ha sufrido en carne propia la cruenta represión del gobierno, que le tiene puesto un precio a su cabeza y a la de su hermano Santiago.

Eliseo Ramírez, militante sandinista y uno de los que encabeza la persecución contra opositores en Masaya, publicó en las redes sociales el pago de 50.000 córdobas, por cada uno de los hermanos Fajardo, les acusan de “destruir Masaya”, una ciudad que antes de las protestas era un bastión del sandinismo y que Ortega perdió desde el asesinato de más de 35 de sus ciudadanos.

Las amenazas contra Cristian Fajardo han ido escalando, la sentencia de las hordas sandinistas que quemarían su residencia y negocio se hizo realidad el pasado 20 de junio, cuando paramilitares se presentaron en horas de la madrugada en su hotel, expulsaron a los clientes, golpearon brutalmente en la cabeza a su tio René Caballero, de 69 años, que estaba a cargo del negocio, y le prendieron fuego al inmueble. Los esfuerzos de varios años de trabajo y los préstamos financieros para ir construyendo un futuro al lado de su esposa quedaron reducidos a cenizas por ser opositor al régimen.

“Prácticamente estoy viviendo de la caridad de mis amigos. Estoy clandestino y duermo en casas de seguridad”, dijo Fajardo a DIARIO LAS AMÉRICAS.

El incendio a su propiedad ocurrió 38 horas después de la conferencia de prensa con medios de comunicación en la que los líderes del M19A, hicieron pública la propuesta de expulsión del poder de Daniel Ortega, la creación de una junta de gobierno transitoria cuyo objetivo principal sería trabajar en la restauración de las instituciones del estado para realizar elecciones libres y justas de nuevas autoridades que dirijan el destino del país.

Catorce días más tarde, paramilitares sandinistas en horas de la noche incendiaron la residencia de la familia de Suazo, en la que también fungía un negocio de artesanías. Las llamas afectaron a dos viviendas aledañas propiedad de los Suazo, afortunadamente no enfrenta pérdidas de vidas humanas. Yubrank Suazo, líder del M19A, participó en la conferencia junto a Cristian Fajardo.

En junio, paramilitares y agentes de la Policía incendiaron una residencia en Managua, seis miembros de una familia murieron, luego que su propietario se negó a facilitar su casa a francotiradores.

Cristian Fajardo sostiene que la política del régimen desde su llegada al poder en enero de 2007, ha sido intimidación y crímenes selectivos contra la oposición.

En 2010, Fajardo sufrió un atentado en el sector de Ticuantepé, recibió tres disparos en su cuerpo y está vivo de milagro. Su activismo en contra del régimen era muy público y sostiene que fue la principal causa del atentado que asegura fue perpetrado por agentes de la Policía Nacional.

“No hice la denuncia pública por razones de seguridad, los análisis indican que eran Policías los que me dispararon, y no iba a poner la denuncia en la esa institución donde estaban los que atentaron contra mí, lo que hice fue bajar el perfil, evitaba salir en cámaras, seguí trabajando con el Movimiento por Nicaragua”. Pero en abril todo cambió y su activismo retornó al ojo público por el que ha pagado un alto precio.

Ortega se va

Daniel Ortega anunció que no adelantara las elecciones para marzo de 2019, conforme a la propuesta de la Organización de Estados Americanos (OEA), algo que el secretario general, Luis Almagro, reconoció durante su reciente discurso del pasado 11 de julio, al manifestar que el gobierno de Nicaragua cree tener la situación del país bajo control y que ya no está interesado en elecciones, algo que dijo, no es sustentable.

Mientras, Fajardo tiene la convicción de que Ortega saldrá del poder porque el pueblo así lo ha decido, y que el final de la dictadura está cerca.

Asegura que el pueblo está decidido, como prueba de ello menciona que el pueblo de Masaya marchó el pasado jueves por las calles frente a paramilitares armados. “Lo que hicimos fue marchar alzando nuestras manos para demostrar que no estábamos armados”.

Durante la marcha y frente a los paramilitares y la Policía, las consignas contra el régimen no se detuvieron, los manifestantes les gritaron asesinos.

El líder opositor dijo que no pertenece a ningún partido, también niega formar parte del Movimiento Renovados Sandinista (MRS), ex aliados de Ortega durante la primera dictadura en la década de los 80, y posteriormente del 2001 al 2005, a quien el gobernante acusa de estar al frente de las protestas antigubernamentales.

Fajardo apuesta por una nueva clase política en el país, un gobierno integrado por profesionales honestos con vocación de servicio porque, a su juicio, la costumbre ha sido el lucro a través de los cargos públicos.

Cree que la vieja clase política le ha causado mucho daño año al país, y que es hora de “sembrar nuevos vientos en una Nicaragua libre de dictaduras”.

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