martes 19  de  marzo 2024
Política

Poder militar se afianza en Cuba tras congreso del PCC

El Congreso del PCC afianzó el poder económico en manos militares. Las carencias económicas, el desabasto, el mercado negro y las subas de precios son el principal problema para los cubanos

LA HABANA — La situación de los cubanos no ha cambiado desde la designación de Miguel Díaz-Canel como gobernante en la isla, en abril de 2018, menos a partir de su designación como el nuevo "líder" del Partido Comunista de Cuba (PCC), las carencias económicas, el desabasto, el mercado negro y las subas de precios siguen siendo el principal problema para la población y se ha acentuado con la pandemia.

Aunque el doblemente designado, leal al castrismo, prometió la “continuidad” de un viejo y desgastado sistema, en el mediano plazo no se espera un cambio en el modelo unipartidista, la sociedad cubana -cada vez más interconectada- puja por encontrar espacios de representación para su diversidad. De lograrlo o no, según expertos, dependerá de estabilidad del sistema político, único en el continente y que sigue sosteniéndose a través de los aparatos de represión.

La desigualdad económica entre quienes reciben divisas o tienen negocios y los que no, es más visible. En las últimas décadas, además, antiguos "prejuicios revolucionarios" quedaron atrás y es habitual encontrar gays entre los funcionarios del partido y el gobierno. Además hay iglesias funcionando a pleno y feministas, animalistas y activistas afrodescendientes hacen conocer su quejas abiertamente, pero no todos pueden hacerlo, la oposición política y los periodistas independientes son perseguidos, golpeados y encarcelados por los aparatos de seguridad e inteligencia del régimen.

Recientemente, el artista y disidente Luis Manuel Otero Alcántara realizó varias protestas junto con su grupo Movimiento San Isidro. Las autoridades hicieron campaña vinculándolo con organizaciones anticastristas, logró llamar la atención, sobre todo gracias a un uso intensivo de las redes sociales que comenzaron a difundirse en estos dos años desde que se abrió el servicio de datos móviles.

Pese a que logró llamar la atención, no todas las protestas le fueron permitidas, la última fue la huelga de hambre y fue sacado de su casa por la seguridad del estado y llevado a un hospital donde ha sido obligado a ingerir alimentos. Poco se sabe de él, el régimen lo mantiene aislado.

El poder que mantiene el PCC

Con sus 700.000 militantes --el ingreso es selectivo--, su importancia radica en que es el único con estatus legal en la isla y según la Constitución es el encargado de dirigir al Estado, por tanto, todo lo que el régimen haga en materia política y económica pasa por camino diseñado por el partido, cuyas políticas han fracasado a lo largo de más de 60 años.

El VIII Congreso -realizado entre el 16 y 19 de abril- cerró con la designación de las máximas autoridades partidarias. Díaz-Canel, de 61 años, sustituyó como primer secretario a Raúl Castro, quien había sucedido a su fallecido hermano Fidel en 2016, ambos mantuvieron el poder durante más de seis décadas. También se designó a un Buró Político de 14 personas, un secretariado de 6 y otros 96 miembros del Comité Central. No hay nadie entre ellos de la vieja guardia que hizo la revolución en 1959.

En los puestos directivos hay 12 generales y una franca mayoría de funcionarios, lo que evidencia el control de los militares dentro del partido comunista y las empresas. En ese congreso no hubo representación real de la Cuba actual.

El congreso fue un cónclave de burócratas de nivel medio y alto de las diferentes esferas de la sociedad y regiones del país, los demás eran excepciones”, expresó a la AP el ensayista cubano Mario Valdés Navia. “Lo que más duele es la ausencia de obreros y empleados de la base...La fuerte presencia de militares y de su sistema empresarial”, acotó.

Valdés hizo referencia al general y exyerno de Castro, Luis Alberto López-Calleja, presidente del Grupo de Administración Empresarial (GAESA), la corporación militar que maneja sectores estratégicos del país, desde hoteles y decenas de almacenes hasta financieras, todo en poder de militares cuyo nivel de vida es abismal con la del cubano promedio que hace colas para conseguir alimentos y sobrevivir.

Observadores hicieron notar la llamativa ausencia entre la directiva del PCC de artistas, intelectuales, emprendedores del emergente sector no estatal y de los pocos científicos, cuando antes estas personalidades solían brillar en el Comité Central.

Díaz-Canel en sus discursos insistió en la “continuidad” de la revolución y el modelo unipartidista como una forma de "mantener la cohesión" ante la ofensiva de Estados Unidos y los grupos de presión que buscarían socavar la revolución y revertir lo que llamó "logros", pero al fin y al cabo reconoció el desafío de la pluralidad.

“Lo más revolucionario dentro de la Revolución es y debe ser siempre el Partido”, expreso Díaz-Canel. “Y es nuestro deber... entender que esa fuerza política no es monocromática, ni idéntica entre sí, y mucho menos unánime al expresarse”.

El unipartidismo -junto con la falta de canales de expresión independiente o la libertad de asociación o la permanencia de algún Castro en la dirigencia-, fue una de las razones por las que Estados Unidos impuso sanciones a la isla desde la década de los 60. Éstas fueron endurecidas durante la administración del presidente Donald Trump, quien firmó más de 200 medidas económicas y políticas contra el país.

El actual presidente, Joe Biden, durante las elecciones se mostró dispuesto a un acercamiento a la isla como en la época de su predecesor Barack Obama, pero en estos primeros meses no hubo novedad.

Mientras tanto, la falta de libertades y de alimentos sigue siendo el pan de cada día de los cubanos, pero la esperanza de un cambio parece estar tomando cada vez un mayor impulso.

FUENTE: Con información de AP

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