SAN JOSÉ. El juicio por genocidio contra el exdictador guatemalteco, Efraín Ríos, quien sufre de demencia y será representado por sus abogados, se reinicia este viernes 13 de octubre en un tribunal de la capital de este país.
SAN JOSÉ. El juicio por genocidio contra el exdictador guatemalteco, Efraín Ríos, quien sufre de demencia y será representado por sus abogados, se reinicia este viernes 13 de octubre en un tribunal de la capital de este país.
Ríos Montt y su ex jefe de inteligencia José Mauricio Rodríguez Sánchez, son acusados por la matanza de 1.771 indígenas ixiles. El proceso estaba detenido en la Corte de Constitucionalidad, pero reiniciará el viernes de forma separada contra ambos acusados, después de solventar todos los recursos que estaban pendientes.
El juicio reiniciará a puertas cerradas y con la ausencia física del acusado, quien será representado por sus defensores legales. Por la tarde será enjuiciado Rodríguez Sánchez.
El exdictador de 91 años que gobernó entre 1982-1983, ya fue juzgado por la matanza de 1.171 indígenas ixiles y condenado a 80 años de prisión por genocidio y delitos de deberes contra la humanidad el 10 de mayo de 2013, pero diez días después el Constitucional, la máxima instancia jurídica de Guatemala anuló la sentencia por fallos en el proceso judicial y ordenó un nuevo juicio.
Para el juicio están citados 150 testigos, de los cuales cuatro ya han fallecido. El último de ellos, Jacinto de Paz, de 88 años, murió en agosto.
De Paz, si bien no pudo declarar en 2013 por quebrantos de salud, sí lo hizo en 2016 durante la reanudación del debate, donde relató los hechos sucedidos durante una masacre en la aldea Bicalamá, en Quiché, una de las provincias más afectadas por las matanzas y donde el exdictador está implicado en al menos 15 que provocaron el desplazamiento forzado de 29.000 personas de unas 54 comunidades.
Los tres testigos fallecidos en 2014 y 2015 son Clemente Vásquez Mateo, Pedro Chávez Brito y Miguel Matom Ramírez.
Su hija Zury Ríos opinó en un programa radial de Guatemala, que el juicio contra su padre “es una venganza” y que se le violan sus derechos humanos porque él “no cuenta con sus facultades mentales para defenderse”.
“Llevarlo a los tribunales es un asunto de venganza porque él ha sido declarado incapaz”, dijo su hija. El juicio por los delitos de genocidio y contra los deberes de la humanidad contra el exdictador es considerado “especial”.
El juicio especial está establecido en la ley y consiste en probar ante un tribunal los cargos, con testigos y peritos, pero a puerta cerrada, con un tutor o representante de Ríos Montt. Además, solo se probarían los cargos de los que le acusa la fiscalía pero sin recibir condena por su condición de salud.
El tribunal declaró demente al exdictador de 89 años. Jaime González, juez del Tribunal B de Mayor Riesgo, a cargo del caso, indicó que al quedar "comprobada la incapacidad del acusado para comparecer a juicio oral y público", se determinó que el debate se realizará a puertas cerradas y sin presencia de periodistas.
"Todos los peritos en psiquiatría coincidieron que el acusado padece una enfermedad mental", refirió en el mes de agosto el juez durante la resolución, luego de que se conoció el resultado de exámenes realizados al exdictador en un hospital privado que prueban la demencia del general retirado.