viernes 29  de  marzo 2024
CINE

Actor Wes Studi : "Quiero ser el padrino de los nativos"

El actor Wes Studi incursionó en Hollywood en un momento en que los indígenas eran interpretados regularmente por actores blancos

NUEVA YORK.- A lo largo de una carrera potente y pionera, Wes Studi ha interpretado a guerreros vengativos, prisioneros moribundos y líderes apasionados de la resistencia. Durante tres décadas, ha elaborado retratos sorprendentemente amplios de la experiencia de los nativos estadounidenses. Pero hay algo que nunca había hecho en una película: besar a alguien. “Pensé que ya era hora, sí”, dice el actor de 74 años, riendo.

En A Love Song, un tierno drama independiente protagonizado por otra actriz de carácter largamente encasillada, Dale Dickey, Studi tiene por primera vez un papel estelar romántico. Dickey hace de una mujer que acampa junto a un lago en la montaña esperando la visita de un antiguo amor.

Wes Studi, el actor cherokee que interpretó magistralmente al desafiante guerrero Huron Magua en The Last of the Mohicans (El último de los mohicanos) de Michael Mann y tuvo su gran oportunidad con un personaje acreditado solo como “el Pawnee más duro” en Dances With Wolves (Danza con lobos), no ha estado completamente limitado a lo que llama papeles de cuero y plumas, pero a veces se requiere un esfuerzo adicional. Cuando escuchó que Mann estaba haciendo Heat (Fuego contra fuego), llamó al director y consiguió un papel como detective de policía.

Pero recientemente, el actor Wes Studi ha podido interpretar una gama más amplia de personajes. Junto con A Love Song de Max Walker-Silverman, que se estrena en cines el viernes, aparece como un invitado divertido y recurrente en la serie Reservation Dogs de Sterlin Harjo, cuya segunda temporada se estrena el 3 de agosto en Hulu.

“Espero que tenga que ver con crear un mejor entendimiento de los nativos por parte del público en general”, dice el actor Wes Studi en una entrevista en Nueva York. “Todavía existe la idea errónea de que nos mataron a todos y ya no existimos como pueblos”.

“Eso es esencialmente en lo que quiero trabajar, y ser el padrino de los nativos en la industria”, agrega, dejando soltar una carcajada.

¿Por qué le parece tan graciosa esa idea que muchos apoyarían? el actor Wes Studi incursionó en Hollywood en un momento en que los indígenas eran interpretados regularmente por actores blancos. Un Óscar honorario de 2019 lo convirtió en el primer actor nativo estadounidense en recibir un Premio de la Academia.

“Es que no puedo tomarme en serio cuando digo eso, por eso”, responde, secándose las lágrimas. “Supongo que sí podría serlo”.

En persona, el actor Wes Studi se parece poco a sus papeles más feroces en la pantalla y más bien luce como sus personajes en A Love Song y Reservation Dogs: amable, risueño, autocrítico, buen narrador. Exuda una gratitud desconcertada por la vida que ha encontrado como actor a pesar de haber pasado la mitad de su vida sin ambiciones hollywoodenses. Wes Studi creció a las afueras de Tahlequah, Oklahoma, y solo hablaba cherokee hasta los 5 años. Su padre era peón en un rancho.

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En esta imagen difundida por Bleecker Street, Wes Studi, a la izquierda, y Dale Dickey en una escena de A Love Song.

En esta imagen difundida por Bleecker Street, Wes Studi, a la izquierda, y Dale Dickey en una escena de A Love Song.

“En realidad, nunca pensé en actuar excepto una vez, al principio de mi vida, cuando le pregunté a mi padre al ver a Jay Silverheels en The Lone Ranger (El llanero solitario): ‘¿Crees que alguien más puede hacer lo que él hace?’”, recuerda el actor Wes Studi. “Él dijo: 'Probablemente no. La mayoría de los actores miden 6 pies (más de 1,82 metros), son rubios y de ojos azules'”.

A los 17 años, Wes Studi se unió a la Guardia Nacional y se ofreció como voluntario para luchar en Vietnam. Cuando regresó a casa, se convirtió en activista y se unió al Movimiento Indio Americano, participando en la ocupación de Wooded Knee en 1973. No fue hasta después de divorciarse, cuando tenía casi 30 años, que le dio una oportunidad a la actuación por diversión, dice, con una compañía de teatro comunitario en Tulsa en la que estaba involucrado un amigo suyo.

“¿Qué tengo que perder?”, pensó el actor. “Lo peor es que puedas pasar vergüenza, eso es todo. No te van a disparar por eso”.

Wes Studi actuaba dondequiera que la compañía podía montar un escenario o en cenas con teatro a luz de gas. En una obra, actuó con Will Sampson y David Carradine. Después de unos años se dirigió a Los Angeles. Tenía poco más de 40 años.

“Todavía me da la sensación de, ¿volveré a trabajar otra vez? Eso siempre ha sido parte de esto”, dice. “Por otro lado, me ha ido bien y he seguido trabajando. No lo doy por sentado. Estoy especialmente agradecido de haber podido comprar una casa y tener un buen automóvil durante un largo período de tiempo”.

Studi recuerda que el libro de actores del Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG, por sus siglas en inglés) era un tomo pesado, mientras que el Registro Indígena Estadounidense para las Artes Escénicas, recién fundado en ese entonces y que enumeraba a los actores nativos, era ínfimo. Los papeles disponibles para él también eran limitados.

“La única apertura real para un tipo que se veía como yo era en los westerns”, dice. “Esa es la única puerta que estaba abierta para nosotros en ese momento. Solo se trataba de decir los diálogos y hacerlo como si fuera en serio”.

Después de unos pocos papeles, Studi consiguió actuar en Dances With Wolves. Dos años más tarde, Mann lo eligió como Magua en The Last of the Mohicans, el astuto guerrero hurón que cree fervientemente en la lucha por la supervivencia. Con el tiempo, su actuación determinada y acerada solo se ha vuelto más abrasadora.

“Cualquier nativo que conozca la historia y las idas y venidas que hemos tenido con los colonizadores, por así decirlo, puede sentir empatía por cómo él se sentía”, dice Studi. “Cuando estás arrinconado, tienes que pelear. Es de una forma o la otra. Todas esas cosas tenían una consistencia emocional con las que podía identificarme al haber pasado por la agitación de los años 70”.

Cuando el director debutante Walker-Silverman lo contactó, tenía pocas esperanzas de que el actor de Geronimo: An American Legend (Gerónimo: Una leyenda americana), The New World (El nuevo mundo), Avatar y Hostiles (Hostiles: violencia americana) dijera que sí a una producción tan pequeña como A Love Song.

“¿Cuáles son las probabilidades de que quiera venir aquí, comer la comida de mi mamá, pasar el rato con mis amigos y hacer esta pequeña película?”, dice Walker-Silverman. “Pero, afortunadamente, Wes ama actuar más que nada”.

En la película, Studi y Dickey interpretan un lindo dúo con Studi tocando la guitarra. Walker-Silverman planeó que el actor tocara una acústica destartalada, pero Studi, que ha estado de gira con su banda Firecat of Discord, llegó al set con una eléctrica roja y un pequeño amplificador. Walker-Silverman se dio cuenta de que la eléctrica le sentaba mejor. Durante el rodaje en Colorado, Studi la rasgueaba regularmente con una gran sonrisa.

“Wes es graciosísimo, tiene una sonrisa encantadora y puede tocar la guitarra como un demonio. Me alegra que algunas personas lleguen a ver ese lado suyo”, dice Walker-Silverman.

Dickey, actriz de Winter’s Bone (en español Lazos de sangre o Invierno profundo) y Hell or High Water (Enemigo de todos o Sin nada que perder), admite que estaba algo nerviosa por las escenas románticas, pues al igual que Studi, carecía de experiencia.

“Ambos hemos interpretado a mucha gente bastante ruda”, dijo en enero durante el Festival de Cine de Sundance. “Pero es un alma tan amable, dulce y gentil. Fue nuestro primer beso en la pantalla. Ambos nos reímos mucho de eso”.

Studi tiene objetivos que van más allá de lo que llama su primera comedia romántica. Algo que le gustaría hacer es interpretar un personaje principal con todo un arco narrativo, algo que siente que solo ha podido hacer en la película de Kevin Willmott de 2009 The Only Good Indian.

“Me gustaría interpretar un papel protagónico que me lleve de lo realmente bueno a lo realmente malo o viceversa”, dice Studi. “Quiero seguir haciendo esto hasta que ya no pueda”.

FUENTE: AP

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