MIAMI.- El célebre Paseo del Prado y el Retiro, en Madrid, han sido declarados como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, bajo la inscripción 'Paisaje de la Luz', por su imponente ambiente señorial e histórico, resaltado por arboledas y edificaciones que datan de los últimos cinco siglos.
"La culminación de un sueño", señaló el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, cuando agradeció el consenso alcanzado "en tiempos de pandemia" en torno a "una ciudad que lo ha pasado tremendamente difícil, que ha sufrido muchísimo a lo largo de los últimos quince meses, tiene por fin un motivo de celebración, que por fin Madrid tiene un espacio inscrito en la lista de Patrimonio Mundial".
Siete años de trabajo lleva detrás de sí la candidatura madrileña, idea que arrancó en 2014 del gobierno municipal liderado por la exalcaldesa Ana Botella. El dossier fue finalizado durante la legislatura presidida por Manuela Carmena. En octubre de 2019, con José Luis Martínez-Almeida como alcalde, el evaluador de la UNESCO visitó in situ la candidatura.
Paseo arbolado
La clave con la que argumentaba la excepcionalidad como candidatura es que por primera vez se presentaba un espacio verde urbano. Con el 'sí' Madrid consigue saldar una deuda histórica porque era la única capital de Europa occidental sin ningún bien inscrito como Patrimonio Mundial.
De esta manera, el Paseo del Prado primero, en 1540, y los jardines del Retiro poco después, suponen la introducción por primera vez en el urbanismo europeo de la naturaleza en la ciudad.
A destacar que el Paseo del Prado es el primer paseo arbolado, una alameda, diseñado en una capital europea. Este modelo sirve de inspiración no solo a la Alameda de Hércules en Sevilla, sino que también se traslada a América surgiendo así la Alameda de México (finales del XVI), el Paseo de los Descalzos de Lima (XVII) y el Paseo del Prado en La Habana (principios del XIX).
De hecho, grandes obras, como el Palacio y los Jardines del Buen Retiro, se instalan allí por la existencia del Paseo del Prado. "Desde mediados del siglo XVII Paseo y Jardines estarán indisolublemente ligados siendo el centro de la Corte de la Corona española durante más de 350 años", reconoce el nombramiento de la UNESCO.
La llegada de la familia real Borbones en el siglo XVIII supone la expansión de las 'ideas ilustradas'. Con Carlos III se transforma esta área de la ciudad en otra más sofisticada. Se abren los jardines a toda la ciudadanía y en ellos se crea un área dedicada a la investigación, estudio y difusión del conocimiento para su disfrute e instrucción, como reconoce el documento difundido por la agencia de noticias Europa Press.
Ya en el siglo XIX una parte de los Jardines se urbaniza y, atraídos por la naturaleza, las colecciones artísticas y los centros científicos se instalan en la zona las grandes instituciones políticas, económicas y sociales como el Banco de España, el Congreso de los Diputados, el edificio de la Real Academia Española, la Bolsa o grandes museos nacionales.
También se instala allí la gran primera estación del ferrocarril, la del Mediodía, hoy Atocha. La zona incluye más de 21 bienes de interés cultural y muchos de los fondos y colecciones que contiene son de dimensión universal como la Real Academia, las obras de Goya, Velázquez, Picasso, las colecciones de láminas y archivo del Real Jardín Botánico o el telescopio Herschfeld.