LOS ANGELES.- dpa
LOS ANGELES.- La 87 entrega de los Premios Oscar estuvo repleta de emotivos discursos
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Se habló de inmigración, de igualdad de derechos y de salarios, de justicia y de democracia. La gala de los Oscar pareció más una sesión del Congreso y acaparó este lunes tanta atención en las secciones de política como en las de espectáculos.
El presentador, Neil Patrick Harris, tardó apenas segundos en reflejar con humor la "blancura" de los nominados por la controvertida ausencia entre ellos de la directora y del actor principal del drama de temática afroamericana Selma. Fue sólo el inicio de una gala repleta de reivindicaciones.
No fue extraño ni novedoso. La política y el cine van habitualmente de la mano en Hollywood, bastión generalmente demócrata -excepto el republicano Clint Eastwood- y especialmente cercano a la políticas del actual presidente, Barack Obama, que se vio en general reforzado en su agenda por las reclamaciones de actores y directores.
Patricia Arquette, Oscar a mejor actriz secundaria por Boyhood, exigió la igualdad de derechos y de salarios para las mujeres, reclamo tradicional de los demócratas.
El mexicano Alejandro González Iñárritu, el gran triunfador de la noche con Birdman, pidió "respeto y dignidad" para los nuevos inmigrantes, defendiendo de forma velada las medidas ejecutivas de Obama que están combatiendo actualmente los republicanos.
Los cantantes John Legend y Common también reclamaron los derechos de los afroamericanos tras provocar lágrimas con su interpretación en directo de Glory, tema principal de Selma que ganó el Oscar por mejor canción. El filme refleja la marcha de Selma a Montgomery hace 50 años en defensa del derecho a votar de la población negra.
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Obama hizo mención al aniversario en su reciente discurso del Estado de la Unión y en enero organizó en la Casa Blanca una proyección de la película con el reparto.
"Selma es ahora porque es ahora cuando se sigue librando la pelea por la justicia", dijo Legend, reflejando la intranquilidad social de los últimos meses en Estados Unidos por sucesos como el de Ferguson, Missouri, donde un policía blanco mató a un joven negro desarmado y no fue condenado.
Pero también Obama estuvo en la diana cuando Laura Poitras recogió la estatuilla por mejor documental por CitizenFour, basado en el informante Edward Snowden y sus filtraciones de 2013 sobre los programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense.
"Lo revelado no sólo expone una amenaza a la privacidad, sino a la democracia misma", denunció Poitras.
"Edward Snowden, el objeto del documental, no pudo estar aquí por alguna razón", dijo con sarcasmo el presentador Patrick Harris. Snowden está refugiado ahora en Rusia porque es reclamado por la justicia de Estados Unidos.
El senador por Mississippi Roger Wicker se mostró disconforme con el elogio al informante y comentó por twitter que Snowden cometió "un acto de traición".
Iñárritu, Arquette, Legend y Poitras aprovecharon el atril para sus reivindicaciones, pero no fueron tan lejos como Michael Moore al ganar el Oscar al mejor documental en 2003, cuando atacó directamente al presidente George W. Bush por la invasión de Irak.
En 2013, la primera dama, Michelle Obama, anunció por video el ganador del Oscar a mejor película, un año en el que competían cintas de alto contenido político como Lincoln, Argo, Django Unchained o Zero Dark Thirty.
Las denuncias de la gala del domingo no sólo quedaron limitadas a Estados Unidos. "Ruego por que podamos encontrar y tener el gobierno que merecemos", dijo Inárritu, lo que no impidió la felicitación por twitter del presidente de su país, Enrique Peña Nieto.
"¿Quién le dio una tarjeta verde a este hijo de puta?", dijo el actor Sean Penn, amigo de Iñárritu, al anunciar que Birdman ganaba el Oscar a mejor película. Muchos no entendieron la broma de Penn, que trabajó con el mexicano en 21 Gramos, y lo atacaron en las redes sociales con la etiqueta "#Penndejo".
La política incluso se derramó sobre la alfombra roja. La actriz Reese Witherspoon, nominada a un Oscar, creó la etiqueta #AskHerMore (pregúntale más) para reclamar que los reporteros preguntaran a las mujeres cuestiones más allá de sus vestidos.