Para quienes tal vez estén aburridos de visitar los parques de Orlando, y prefieran un fin de semana lejos del bullicio de Downtown Disney o City Walk, una estadía en el Legoland Florida Resort sería una excelente opción para disfrutar en familia, en especial para el deleite de los más pequeños de casa.
Asimismo, aquellos que no deseen prescindir de la magia de Mickey Mouse y las princesas, pueden aventurarse a Walt Disney World en Kissimmee, ubicado a unas 27 millas de Winter Haven (45 minutos de viaje), ciudad donde se construyó el exclusivo hotel hace apenas un año.
Con motivo de este peculiar aniversario, DIARIO LAS AMÉRICAS fue invitado a conocer este resort, que podría describirse como un paraíso para los amantes de los legos, y está ubicado a solo unos pasos de la entrada del parque temático Legoland Florida, que cuenta con más de 50 rides, shows y atracciones, todos aptas para niños entre las edades de dos a 12 años.
El ambiente que se vive por estos rumbos floridanos es sin dudas relajado, a pesar del ritmo agitado que ocasiona este tipo de excursiones. El parque de agua, ubicado al final de las instalaciones, que abarcan alrededor de 150 acres de terreno, es ideal para refrescarse después de disfrutar las atracciones. Además, es el único lugar donde se puede comprar cerveza.
Aunque en el Skyline Lounge, dentro del hotel, también ofrecen tragos y cocteles, además de deliciosas ensaladas, hot dogs, quesadillas, hummus y otros aperitivos. Para desayunar y cenar estilo bufet, el Bricks Family Restaurant ofrece una variedad de platillos para los amantes de las pastas, carnes y vegetales. El desayuno está incluido en el costo de la estadía, que oscila alrededor de $400 por noche según la temporada, pero se puede conseguir ofertas que incluyan los tickets del parque.
Las noches son amenizadas por los personajes de Lego Friends, quienes pueden aparecer en cualquier momento para saludar a los pequeños, que se sienten libres para jugar en el lobby del hotel o tal vez sumergirse dentro de una “laguna” repleta de legos, con los que pueden pasar horas jugando.
La diversión continúa hasta en el elevador, que una vez sus puertas se cierran, se escucha una canción acompañada de un juego de luces que invita a bailar.
En esta temporada del año, en la que aún no empiezan las vacaciones escolares de verano, esperar el turno para montar los rides como montañas rusas, carruseles, entre otros, es un poco más soportable, incluso porque todavía no se siente el calor de los meses de julio y agosto.
Además, para los pequeñines la espera también resulta más amena, porque pueden entretenerse en un área reservada para jugar con legos mientras sus padres hacen la fila.
Algunas de las atracciones favoritas de la familia Albuerne-Hernández fueron Flying School, montaña rusa invertida que da la sensación de volar; Project X, un carrito con cuatro asientos (dos delanteros y dos traseros), que a pesar su lento desplazamiento al inicio, alcanza alta velocidad hasta que llega a la caída final, que resulta emocionante.
Otra divertida atracción es el safari alrededor de figuras de legos que representan animales de la selva. Durante esta peculiar ruta, los pequeños conductores encontrarán elefantes, cebras, jirafas, leones, flamencos y hasta rinocerontes, todos inspirados en la temática del parque.
Conocer el Miniland USA se impone para quienes deseen recorrer EEUU con la imaginación. En esta diminuta ciudad, montada en maquetas individuales de legos, se ven representadas las principales urbes de la nación estadounidense, así como los estados de Florida y California. Visitar Las Vegas o Nueva York sólo podría ser cuestión de caminar alrededor de esta sección del parque, que también dedica un espacio a la legendaria cinta Star Wars.
Otra experiencia que vale la pena es la que se vive en el Fun Town Teather, donde se proyecta The Lego Movie, una aventura en 4D, que es simplemente imperdible para los más pequeños.
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