Con motivo de los 50 años de vida artística de este ícono, dibujamos aspectos del músico y del hombre detrás del artista rememorando varias de las entrevistas que ha concedido a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Sus días suelen empezar alrededor de las 3 de la tarde, porque trasnocha creando música en el estudio de grabación que acomodó en un espacio de su casa. Ahí nació Sigo Pa’lante, su más reciente álbum, el primero en casi una década y con el que quiere marcar un hito en su trayectoria. Un disco que solidifica su esencia como artista 50 años después de su debut con One Man Alone (1974).
“Es un disco que hice con mucho cuidado, inclusive, llevaba mucho tiempo haciéndolo y decidí no lanzarlo hasta que no encontrara el momento que considerara estaba, en mi opinión, perfecto para lanzarlo”, reveló Chirino.
“Trabajé mucho en él, porque significa mucho. Son 50 años de trayectoria, donde uno tiene que marcar una pauta, decirle al mundo: este soy yo cinco décadas después del primer disco, por eso me tomé tanto tiempo y me esmeré en hacer algo bien hecho. En otros asuntos no soy perfeccionista, pero en la música sí”, agregó el artista, que tiene en su haber 30 discos, dos Latin Grammy, uno al mejor álbum de salsa y otro a la excelencia musical, entre otros reconocimientos.
El trabajo discográfico contiene 12 temas, entre ellos colaboraciones, una con su esposa, Lissette; y otra con su hija Jesse.
También celebra el medio siglo de carrera artística con una exposición que repasa su vida y obra. Willy Chirino: 50 Years of Music muestra prendas de vestir que ha utilizado en su paso por los escenarios, así como objetos de valor sentimental que se remontan a su infancia en Cuba e imágenes que recogen esos momentos especiales.
Al igual que en la música ha apostado por una propuesta variada para mantenerse vigente, en cuestiones de estilo ha estado al día con la moda. Y de eso también habla la exhibición: de su capacidad de reinventarse y conservar, a la vez, un sello propio.
“Mi vestuario va de acuerdo con la moda, uno siempre trata de mantenerse vigente. El jacket (chaqueta) y la ropa que usé en el disco South Beach están en exhibición. Ahí (en la parte de atrás del álbum) estoy vestido con pantalón negro apretado y tenis blancos. Y la ropa que tengo puesta es exactamente igual a la que se usa ahora. Y esas fotos fueron en 1993”, expuso.
Siempre ella: la música
Ferviente admirador de los Beatles y de la música brasileña, Willy Chirino no debe ser encasillado como salsero, porque su trabajo, aunque se ha basado en las raíces cubanas, también se ha expandido a otros horizontes musicales, precisamente inspirado en otros sonidos que lo seducen y en los que ha encontrado realización.
“Toco una serie de diferentes tipos de música, dentro de un mismo disco hago rock, balada, bolero. He hecho diferentes estilos de música desde mi primer disco. Y he mantenido ese estilo, de no encasillarme en uno solo, aunque predomina lo que llamamos salsa, que es la música cubana tradicional: la guaracha, el guaguancó, la rumba, el son. Pero también hago música de Brasil. Hice un disco inspirado en los Beatles", expuso.
Identificado como uno de los creadores del denominado sonido de Miami, recordó en una de sus entrevistas con esta casa editorial, por qué era difícil que en sus inicios se escuchara su música en la radio.
“Creamos una fusión de ritmos cubanos con rock, música brasileña y del Caribe cuando en realidad la fusión no se usaba. Entonces era difícil que las emisoras tocaran nuestra música porque estaban definidas. Unas tocaban baladas, otras salsa o merengue, y a nosotros, que éramos una ensalada, no sabían dónde ponernos”.
Haber sido vanguardista significó marcar un estilo que no tardó en llegar a su isla natal, donde también sucedía algo musicalmente trascendental, aunque en medio de un distanciamiento entre La Habana y Miami, debido a la censura que imponía la dictadura y que, en ausencia de redes sociales y otros canales que hoy existen, era mucho más férreo el hermetismo.
“Fuimos pioneros y en realidad eso ayudó posteriormente a la música dentro de Cuba a que se crearan esas fusiones y hubo músicos que cambiaron todo ese movimiento de la timba, que empezó a finales de los años 70 y que fue incrementando hasta ahora que el 'cubatón' se ha apoderado de lo que es la música cubana”, manifestó al comentar sobre la evolución de los sonidos cubanos.
Y añadió: “Cuando salí de Cuba en 1961, los ritmos cubanos estaban todavía muy marcados, la guaracha, inclusive todavía sonaba el danzón, que después desapareció. En esa época había una desinformación tremenda de ambos lados. Estaba todo tan aislado que era casi imposible saber lo que estaba sucediendo musicalmente. Definitivamente, llegaron los Van Van que marcaron una etapa y un estilo de música diferente. Y, a la misma vez, sin nosotros saber que en Cuba se estaba haciendo eso, aquí surgió un movimiento musical que llamamos el Sonido de Miami.
Un renacer en el exilio
Chirino llegó al sur de Florida en unos de los vuelos de lo que se conoció después como Operación Pedro Pan, estrategia utilizada entre 1960 y 1962 por padres cubanos que optaron por enviar solos a sus hijos a EEUU, en busca de un mejor futuro.
“Fue difícil, traumático, porque yo soy del campo de Cuba y nunca estuve separado de mi familia. Vivía rodeado de gente conocida, en un pueblo tan pequeño como el mío conoces a todo el mundo. Y de pronto Miami, que en 1961 era una ciudad pequeña, nada tiene que ver con lo que es hoy, pero para mí era enorme, una cosa extraordinaria. Nunca había visto un dólar. Y el dólar, todas las cosas se hacen difíciles, sobre todo, cuando tienes 14 años, que el niño empieza a tener amistades, la noviecita, dejas atrás a tus amigos, a tu entorno”, recordó el cantante, oriundo de Consolación del Sur, en el municipio de Pinar del Río, al extremo occidental de la isla.
De las experiencias adquiridas a lo largo de cinco décadas de trayectoria, Willy Chirino prefiere rescatar solo lo bueno y ser agradecido.
“He aprendido de todo, las emociones de la vida. He aprendido a dar gracias a la vida por darme tantas cosas lindas. Hay una canción que está en el disco Oxígeno, que se llama Gracias por la música, que habla de eso, de las cosas que uno aprende y de sentir gratitud, el sentimiento más hermoso que pueda tener el ser humano”.
“Soy del tipo de persona que olvida las cosas malas. Juro que me pasa eso, y eso es otra bendición que me ha dado la vida: lo que me queda en la cabeza son los momentos gratos y las cosas buenas”.