Tyreek Hill, el explosivo wide receiver de los Dolphins de Miami a quien apodan “Cheetah” (“Guepardo”), se encuentra en paso para convertirse en el primer jugador de su posición en alcanzar las 2.000 yardas en una sola temporada regular.
Tyreek Hill, el explosivo wide receiver de los Dolphins de Miami a quien apodan “Cheetah” (“Guepardo”), se encuentra en paso para convertirse en el primer jugador de su posición en alcanzar las 2.000 yardas en una sola temporada regular.
En los nueve partidos que lleva jugados en la presente campaña apila 1.104 yardas recibidas y en los ocho encuentros que quedan en la campaña regular puede superar esa cifra si mantiene su rendimiento.
“Uno se entusiasma con esta producción jamás vista en la NFL”, comentó el entrenador de los Dolphins Mike McDaniel. “Eso es grandioso, pero lo mejor es que Tyreek y sus compañeros se enfocan en ganar. Y Tyreek solo piensa en mejorar y si miro al futuro puedo ver su producción en alza”.
En los Dolphins se encuentran encantados no solo con el rendimiento de Hill, sino con su compromiso con el club, su profesionalismo y su seriedad para llegar a cada partido en el óptimo de su condición.
Con 28 años de edad, nacido en Georgia, Hill pasa por el mejor momento de su carrera deportiva y se encuentra próximo a imponer nuevos récords en su trayectoria de siete años en la liga.
En el 2018, Hill tuvo su mejor año en lo que se refiere a yardas ganadas con 1.479 y 12 touchdowns, en 16 partidos. Dos años después acumuló 1.276 yardas y 15 touchdowns.
Los Dolphins echaron la casa por la ventaja para adquirir a “Cheetah” y el 23 de marzo pasado anunciaban que le daban a los Chiefs de Kansas City cinco selecciones del draft por su estelar wide receiver.
Hill, por su parte, firmó por cuatro años y 120 millones de dólares, de los cuales $72,2 están garantizados.
Por lo que se ve ahora, no pudo estar mejor invertido el dinero de los Dolphins, que incluso hablan abiertamente de su meta de llegar al Super Bowl. Respecto a Hill muchos lo ubican como candidato para el Mejor Jugador Ofensivo del Año en la NFL.
“El simple hecho de estar en esa conversación lo siento como una bendición”, confesó Hill. “Procedo de una ciudad pequeña [Pearson, con 1.821 habitantes], no crecí con mucho pero sí en una situación difícil. Haber alcanzado a jugar en la NFL ha hecho realidad mis sueños. Ser mencionado para el MVP es para mi como dejar un legado”.
Pese a todos los éxitos alcanzados -la conquista del Super Bowl y la firma de una extensión de contrato con los Chiefs en el 2019 por tres años y 54 millones de dólares- Hill no ha perdido la humildad y afirma que sus éxitos con los Dolphins son consecuencia del trabajo de sus compañeros, como por ejemplo el quarterback Tua Tagovailoa, “quien está jugando a un tremendo nivel”, según sus propias palabras.
El gran mérito de Hill es sacarle el máximo provecho a su don principal que es la velocidad y lo que lo hace una estrella en la NFL.
A inicios del 2016 cronometró 4.29 segundos para las 40 yardas en una prueba en su universidad, West Alabama.
Meses después, en su año de novato en la NFL, alcanzó su mayor velocidad registrada con el ovoide: 23,24 millas por hora en un retorno de patada de 27 yardas.
El 2019, su compañero Damien Williams corrió 91 yardas para anotar un touchdown. Hill participó en la acción y corrió con Williams e incluso lo superó. Next Gen Stats de la NFL midió la velocidad de “Cheetah” y fue de 22.6 millas por hora.
Esa velocidad y talento, la compañía de jugadores como Jaylen Waddle y el propio Tua han convertido a la ofensiva de los Dolphins en temible. Y si hay una marcación doble para Hill eso ayuda a su equipo porque queda alguien libre.
El apodo que tiene Hill es bien merecido, aunque de acuerdo a National Geographic el guepardo –el mamífero terrestre más veloz del mundo- puede alcanzar velocidades de hasta 69.5 millas por hora y con un arranque de 0 a 62 millas por hora en apenas tres segundos. Ya saben por qué a Hill lo apodan “Cheetah”.