sábado 12  de  octubre 2024
TENIS

Federer cae para que Francia y Suiza empaten en la Copa Davis

Lille.- A primera hora, Stanislas Wawrinka obtuvo el triunfo frente al número uno de los galos

Lille.- DPA

Francia y Suiza cerraron hoy con un empate el primer día de la final de la Copa Davis de tenis, que mostró a un gran Stanislas Wawrinka y a un taciturno Roger Federer arrasado por Gael Monfils.


Wawrinka puso en ventaja de 1-0 a Suiza al derrotar al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-1, 3-6, 6-3 y 6-2. Poco después, Monfils se deshacía de Federer con un impactante 6-1, 6-4 y 6-3 para devolverle la esperanza al público en Lille, en el norte del país.

"Hoy era importante mostrarles que yo estaba ahí", dijo Wawrinka acerca de los espectadores franceses. "Quizás están demasiado enfocados en Roger y se olvidan de que estoy ahí".

No hubo dudas de que los franceses notaron que Wawrinka estaba allí, para decepción de los más de 20.000 aficionados locales en un estadio Pierre Mauroy que, con 27.432 espectadores, marcó un récord de público en partidos oficiales de tenis. Un rato más tarde, Monfils elevaría el ánimo de los "bleus", que buscan su décimo título.

Los galos fueron otras siete veces finalistas, pero no ganan desde 2001. Suiza, que sólo jugó la final en 1992, aspira a sumarse a la lista de campeones. Para ambos, el partido de dobles de mañana será clave, y los dos capitanes pueden "marear" al rival cambiando las parejas hasta poco antes del encuentro.

Federer entró al estadio bajo los acordes de "Welcome to the jungle", aunque lo que parecía una amenaza se vio enseguida que no era tal: todos los aficionados franceses aplaudieron de pie al suizo, un hombre que no sabe lo que es jugar con público en contra.

Ceño fruncido y movimientos controlados, a Federer se lo veía tenso, y pronto se comprobaría que tenía razones suficientes para estarlo. La lesión de espalda que sufrió el sábado en Londres dolía en la mente del suizo, daba esperanzas a los espectadores y, por supuesto, condicionaba la actitud de Monfils ante el encuentro.

A diferencia de Tsonga, el número dos francés entró encendido y con decisión al partido. Mala noticia para Federer, que pronto se encontró corriendo de un lado al otro e intentando controlar el tenis ofensivo del número 19 del ranking mundial.

No pudo. Monfils quebró el servicio del segundo mejor jugador del planeta y se adelantó 3-1. El francés, que hasta hoy había perdido ocho de las diez veces que se había medido al suizo -y todas las que jugaron sobre arcilla- se movía en trance, sobreexcitado y con un tenis que se resumía en salir a matar o morir.

El brazo de Federer se demostró tan prodigioso como siempre, pero en el tenis se necesitan también piernas y explosión física, precisamente lo que no podía ofrecer el suizo, que en los últimos seis días había sumado apenas 90 minutos de tenis en la cancha.
 

Cayó otro número uno

A primera hora, Stanislas Wawrinka puso en ventaja de 1-0 a Suiza en la final de la Copa Davis al derrotar al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-1, 3-6, 6-3 y 6-2.


El triunfo del número dos del equipo suizo sobre el líder de la escuadra francesa decepcionó a los más de 20.000 aficionados locales en un estadio que, con 27.432 espectadores, marcó un récord de público en partidos oficiales de tenis.

Imponente, Wawrinka ganó su servicio en cero para situarse con ventaja de 4-1. El público francés se lanzó a alentar a Tsonga, aunque sin ocultar cierto desconcierto. La euforia se instaló en cambio en los hinchas suizos, clara minoría entre los 27.000 espectadores del estadio Pierre Mauroy.

Tenis ausente y manojo de nervios evidente, Tsonga volvió a ceder su servicio y Wawrinka no perdonó: 6-1 en apenas 26 minutos de juego.

Gracias a un sistema de calefaccion, el gigantesco escenario ofrecía calor en las gradas inferiores, aunque un intenso frío para aquellos que estaban en el anillo superior de la tribuna del escenario, habitual sede de los partidos de fútbol del Lille.

Wawrinka dispuso de set point sacando 5-3 y lo que ofreció fue una doble falta. ¿Se derrumbaba el suizo? No, porque en la siguiente oportunidad y con un golpe marca de la casa -revés cruzadísimo en ángulo corto- se llevó el parcial por 6-3 para adelantarse dos sets a uno y situar a Tsonga, físicamente la reencarnación de Muhammad Alí, contra las cuerdas.

Tsonga ya no regresaría de allí. Con una subida a la red y definiendo con una volea de derecha, Wawrinka cerró en dos horas y 24 minutos el partido para que Suiza mande en la final. Seis días atrás, en Londres, Mirka Federer le había gritado "llorón". Hoy, ausente en Lille, quizás ni la esposa del número dos del mundo habría dudado en colgarle el cartel de "héroe".

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