DPA.- Es difícil no disfrutar del Abierto de Australia, un torneo perfecto para espectadores y jugadores, pero lo cierto es que cuando piensa en Melbourne, a Rafael Nadal se le acumulan los malos recuerdos.
Un año atrás perdió en forma dramática la final ante el suizo Stanislas Wawrinka debido a un bloqueo de espalda. Hoy el físico volvió a traicionar al español, aunque esta vez "de incógnito", porque el "clan Nadal" buscó a toda costa evitar hablar del tema.
Ya es inusual que Nadal pierda 6-2, 6-0 y 7-6 (7-5) en los cuartos de final de un Grand Slam, porque el español busca por todos los medios evitar el deshonor de un 6-0 en contra. Pero más extraño es que esa derrota sea ante el checo Tomas Berdych, un jugador al que tenía desde hacía tiempo bajo control: la última derrota databa de octubre de 2006 en Madrid, y desde entonces Nadal había acumulado 17 victorias consecutivas.
"Sí, era evidente", dijeron fuentes de la organización del torneo cuando se les preguntó si el español jugó afectado por una lesión.
El entorno de Nadal negó en cambio que el número tres del mundo jugara con problemas físicos. "No ha pasado nada, no ha pasado nada", dijo sin dejar de sonreir Ángel Ruiz Cotorro, médico del tenista.
"No me he dado cuenta", dijo Toni Nadal, tío y entrenador del nueve veces campeón de Roland Garros, cuando se le preguntó por las dificultades físicas de su sobrino.
Nadal viene de siete meses de percances físicos y las lesiones son una marca constante en su carrera, con al menos una por temporada.
El jugador no quiso hablar del tema, pero tampoco negó que haya tenido dificultades físicas hoy.
"Nada importante", minimizó Nadal. "Sinceramente son cosas que pasan en el partido y nada que haya afectado ni vaya a ensombrecer una victoria justa como la de Berdych".
Nadal tuvo la movilidad limitada en forma importante en los dos primeros sets, en los que se tocó la pierna derecha en los cambios de lado. Rafael Maymó, su recuperador físico y fisioterapeuta, le alcanzó unas pastillas a principios del tercer set.
Con el correr de los minutos, aunque nunca en su máximo nivel, el español comenzó a moverse algo mejor, lo que le permitió llegar al tie break del tercer set, aunque no revertir el resultado.
Con este nuevo tropiezo en Melbourne, el Rod Laver Arena se confirma como el escenario que más hace sufrir a Nadal cuando de grandes torneos se trata.
"Pasé muchos momentos hermosos en esta pista, pero también es uno de los escenarios que más momentos duros me dio", admitió el campeón de 2009 el miércoles de la semana pasada tras uno de los partidos más dramáticos de su carrera.
Nadal estuvo a punto de desmayarse, vomitar y abandonar antes de imponerse 6-2, 3-6, 6-7 (2-7), 6-3 y 7-5 al estadounidense Tim Smyczek, 112 del ranking mundial. Aquello fue un problema estomacal y de deshidratación en una noche de intenso calor, situación muy distinta a la tarde bastante fresca que se vivió hoy en Melbourne.
Sea con calor o con frío, la ciudad australiana curte a Nadal desde hace años. Le sucedió con Wawrinka, un jugador al que había vencido las 12 veces que se enfrentaron y sin ceder un set. Hasta que llegó esa dramática final de 2014 en el Rod Laver Arena.
El drama llegó dos años después de la final de 2012 con Novak Djokovic, un partido que Nadal tuvo en sus manos -se equivocó en un revés- y cuya ceremonia de premiación vivió derrumbado en una silla -al igual que su rival- tras una batalla de cinco horas y 53 minutos.
También debió retirarse por problemas físicos ante el británico Andy Murray en 2010 y perdió lesionado con el chileno Fernando González en 2007 y el español David Ferrer en 2011. En 2013, convaleciente de otra lesión, ni siquiera pudo jugar.
La participación de Nadal en Río de Janeiro y Buenos Aires no corre peligro alguno, porque la molestia física de hoy no es grave, aunque sí suficiente para condicionarlo en sus posibilidades ante Berdych.
El problema existió, pero con una carrera en la que las lesiones son omnipresentes, el "silenzio stampa" de aquellos que rodean a Nadal tiene una explicación tan humana como comprensible: prefieren hablar de otra cosa.
lunes 19
de
mayo 2025