Luis Arráez llegó a los Marlins de Miami con credenciales más que suficientes para saber que sería una amenaza en el cajón de bateo. El venezolano venía de coronarse como campeón bate de la Liga Americana en 2022, razón por la que el alto mando de la organización estuvo dispuesto a entregar a otro venezolano, el lanzador Pablo López, en un canje con los Mellizos de Minnesota en la temporada muerta.
Sin embargo, los aficionados de la organización e incluso aquellos dentro de la misma no pueden dejar de asombrarse con la productividad de "La Regadera".
El domingo, por ejemplo, en medio de otro juego cerrado para los Marlins, Arráez llegó al cajón de bateo con hombres en las esquinas y la posibilidad de brindarle a Miami la barrida en la serie contra los Cachorros de Chicago. Una vez más, el criollo no desaprovechó el chance.
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"Con la forma en la que está bateando, sabes que va a poner la pelota en juego, sabes que va a conectar la bola duro hacia algún lado", le comentó el mánager Skip Schumaker a MLB.com tras el desafío dominical. "Derecho o zurdo, no importa. Quieres que esté en la caja de bateo tantas veces como sea posible. Lo colocamos como primer bate, tercero, cuarto o lo que sea, y está respondiendo sin importar el lugar. Una y otra vez es, es simplemente algo especial de ver", agregó.
Arráez finalizó el primer mes de la temporada con un promedio de .438, que es el más alto de toda la Liga Nacional. Además, también lideró a todos los toleteros del circuito en porcentaje de embasado (.500) y registró cinco dobles, un triple, un jonrón y 11 carreras remolcadas.
"Personalmente, es increíble", admitió el criollo. "Trabajé duro para esto y quiero agradecerle a Dios. Bateé como .600 cuando era niño, pero no esta vez. Estas son las Grandes Ligas, así que solo salgo, disfruto y juego duro".