
La nadadora Anita Álvarez afirmó que "todo se volvió negro" cuando por poco pierde la vida durante el Mundial de Natación sincronizada en Budapest
"No. Solo sentí que estaba dejando todo en la piscina", afirmó la nadadora, de 25 años, al ser preguntada por si se dio cuenta de que estaba llegando a su límite.
"En el pasado he sentido que me desvanecía. Esta vez creo que estaba muy conectada mentalmente, tan metida en mi papel, viviendo el momento tan intensamente, que estaba realmente disfrutando de mi actuación. Seguí, seguí, seguí…", relató la nadadora estadounidense.
"En esta rutina me encontraba genial, tan cansada como siempre pero disfrutando. Y cuando sentí que por fin podía permitirme relajarme fue cuando todo se volvió negro", explicó.
"No recuerdo nada más", añadió Álvarez, que se quedó desmayada en la piscina, a la que saltó su entrenadora, Andrea Fuentes, para sacarla del agua.
La nadadora afirmó que "al principio me "chocaron" las fotos de su rescate en el fondo de la piscina, pero "después me lo tomé con calma".
"Ahora pienso que las fotos son hermosas de alguna manera. Verme ahí abajo en el agua, tan en paz, tan en silencio, y ver a Andrea bajando con su brazo extendido intentando alcanzarme, como una superheroína…", afirmó.
Pese a lo ocurrido, Álvarez está dispuesta a seguir compitiendo con su equipo.
"Siento mi cuerpo totalmente normal. Es algo que ya me ha ocurrido", afirma, Álvarez en referencia a algunos desmayos esporádicos anteriores.
"Descansas y al día siguiente vuelves al agua. Tienes que hacerlo así para no cargar tu cabeza de miedo", afirmó.
"Quiero terminar esta competición, que ha sido la mejor de Estados Unidos en mucho tiempo. Estoy muy contenta con mi solo, y ahora no quiero faltar al compromiso con mi equipo en la final del libre. Quiero acabar con la cabeza alta", concluyó.
Estados Unidos participa este viernes en la final del ejercicio libre por equipos en el Mundial de Natación de Budapest.