MIAMI.- LUIS E. RANGEL
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@luirangel
Iglesias lleva tres partidos seguidos con siete o más innings lanzados, 10 o más ponches y cuatro o menos hits recibidos
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Hace menos de un lustro, el abridor más temible de Cuba se volvió el cerrador más temido del béisbol. Por estos días está sucediendo un fenómeno inverso: el taponero de la isla se está volviendo en una hombre bastante dominante desde una rotación. Y ambos en un mismo equipo, los Rojos de Cincinnati.
Sin tanta fama como su compatriota Aroldis Chapman, Raisel Iglesias está erigiéndose en un abridor extremadamente solvente, a tal punto, de que en apenas su primera campaña en la gran carpa está igualando logros de históricos.
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Iglesias buscará el martes extender una racha que prueba lo que ha sido su dominio desde el montículo desde que fue ascendido a mediados de año por el club.
El lanzador derecho de 25 años acumula una cadena de tres encuentros seguidos en los que ha lanzado siete episodios con cuatro o menos hits recibidos y 10 o más ponches propinados. Ningún cubano lo ha logrado y tampoco han sido muchos en la historia.
De hecho, según Baseball-Reference, desde 1914 sólo siete abridores han conquistado semejante hito. Iglesias es uno de ellos en una lista que encabeza el venezolano Johan Santana (5) y le sigue Nolan Ryan (4). Con tres, además del muchacho de Isla de la Juventud, están Randy Johnson, J.R. Richard, Sam McDowell, Mickey Lolich y el mismo Ryan.
Una sorpresa
Si bien cuando los Rojos firmaron a Iglesias con un contrato de siete campañas por 27 millones de dólares nunca pensaron que en su opera prima en la gran carpa estaría generando marcas. Además de la curiosa cadena, también se convirtió en el primer novato en la historia de los Rojos en hilvanar tres partidos seguidos con al menos 10 abanicados. Por cierto, el último recluta que lo hizo fue el japonés Hideo Nomo en 1995.
“De verdad no esperaba que ponchara tanta gente como él lo hace”, dijo el mánager de los Rojos Bryan Price. “Hay muchos swings y abanicados. Es particularmente complicado para bateadores derechos”.
No se equivoca el excoach de pitcheo.
Desde el Juego de las Estrellas, Iglesias los diestros le conectan para apenas .125.
En sus últimas salidas ha sido particularmente efectivo. Desde el 1 de agosto si bien tiene foja de 2-3, su efectividad es de 2.31 con 55 ponches y 13 boletos en 46.2 innings.
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Además de su innegable talento, el antillano también ha probado que sabe ajustarse a las situaciones y poco a poco va conociendo más sus capacidades. Antes del Juego de las Estrellas, lapso en el que tuvo porcentaje de carreras limpias permitidas de 5.90, la recta era el envío que más utilizaba en situación de dos strikes ante bateadores derechos. Sin embargo, desde entonces ha cambiado su receta y ahora utiliza primordialmente su slider en ese momento, decisión que claro está le ha generado más beneficios.
¿Éxito tras el plato?
De acuerdo con Iglesias, estos ajustes y el reciente éxito que está experimentando se los debe a su compatriota Bryan Peña, catcher del conjunto de Cincinnati.
“Me ha estado guiando. Me gusta mucho como trabajo con él”, aseguró el serpentinero. “Me encanta la forma en que estoy lanzando. Me siento muy bien. Me da mucho orgullo el hecho de poder hacer las cosas que en este momento estoy haciendo”.
Con más de 20 juegos por debajo de .500, sin ningún tipo de expectativa para la actual contienda, a los Rojos nos les queda otra cosa que utilizar este 2015 como prueba de laboratorio para 2016, y gracias a los que está haciendo Iglesias bien pudiera proyectarse como el número uno de una rotación discreta para la próxima temporada.
“Creo que ha madurado más rápido que todo el mundo acá”, dijo Price. “Había varias dudas, si podía ser abridor, si tenía el material, la actitud y la combinación de pitcheos para estar en una rotación en las Grandes Ligas. Creo que respondió todas esas preguntas y lo hizo en un grado superlativo”.