Hay jugadores que prefieren mantenerse fuera del foco de atención. Por otro lado, existen otros que valoran estar en las conversaciones de aficionados y expertos. El venezolano Luis Arráez, de los Marlins de Miami, encaja en la segunda lista.
Hay jugadores que prefieren mantenerse fuera del foco de atención. Por otro lado, existen otros que valoran estar en las conversaciones de aficionados y expertos. El venezolano Luis Arráez, de los Marlins de Miami, encaja en la segunda lista.
Arráez, de 26 años de edad, está en medio de su quinta temporada en las Grandes Ligas y primera con el uniforme de los peces. El camarero ha sido uno de los focos de atención en el béisbol durante los meses iniciales del actual campeonato, gracias a un promedio de bateo que estuvo sobre .400 puntos y que actualmente todavía se encuentra coqueteando con esa marca.
"Esto es grande para mí. Es divertido porque todo el mundo está hablando de mí", le comentó el nativo de San Felipe a ESPN la semana pasada. "Estoy bateando .400 en este momento. Es junio. Quiero continuar jugando así y ayudara mi equipo, porque estamos exhibiendo un buen béisbol en este momento".
Antes de la jornada de este martes, el promedio del paleador había caído hasta .391. A pesar de que Arráez se ha alejado un poco del objetivo, todavía restan múltiples meses en el calendario, lo que podría significar una ventaja, pero también una desventaja.
"El promedio de bateo todavía es importante para los bateadores", señaló el mánager Skip Schumaker. "Cuando iba al terreno, yo quería un '3' por delante de mi nombre. Era especial cuando veía eso. El OPS es una tendencia, pero los peloteros saben exactamente cuál es su average y también saben cuánto está bateando Luis".
Y es que el recorrido del venezolano hasta los momentos ha sido entretenido para todo el clubhouse de los Marlins. Contar cada imparable de Arráez y observar en dónde queda su promedio al final de cada faena es una diversión adicional a jugar el deporte que aman.
"Cada día son más y más hits. El otro día el promedio cayó por debajo (de .400) y después subió. Luego bajó y volvió a subir. Ha sido una locura y divertida", dijo el infielder Jon Berti.