Las salida masiva de cubanos en busca del “sueño americano” dice mucho sobre el mercado de bienes raíces en la isla.
Desde el inicio del proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos, se incrementaron los temores dentro de Cuba de perder los beneficios de la Ley de Ajuste Cubano. Luego esos miedos crecieron aún más tras los comentarios negativos por parte de algunos legisladores estadounidenses y por la presión de las autoridades de La Habana.
En medio de ese escenario, las familias cubanas que tenían o tienen entre sus planes emigrar, están acudiendo a cuanto poseen a su alcance con tal de sufragar los gastos del viaje. Entre los varados de Costa Rica, por ejemplo, se encontraban varias familias que vendieron sus residencias con tal de costearse un pasaje a Ecuador y de ahí comenzar a cruzar fronteras mediante la ayuda de coyotes y el pago de multas y sobornos.
“Tuvimos que venderlo todo para poder salir de Cuba”- explica Pedro Josué Ramírez de Sancti Spíritus quien cruzó seis países antes de llegar a Estados Unidos. Su caso no era el único, explica.
Para Yad Aguiar, dueño de la agencia Point2Cuba con sede en La Habana, éste “es el momento de comprar, mayormente casas que se puedan convertir en pequeños hoteles que son las que más demanda están teniendo ahora”.
Por ahora las zonas más cotizadas en la capital son la “Habana Vieja, Vedado y Miramar”. Este tipo de clientes está muy interesado en el crecimiento del turismo, ya sea para abrir un negocio como para reparar esas propiedades y revenderlas en un corto periodo de tiempo.
El agente licenciado por la Florida, Jorge Artiles, ha ayudado a varios clientes a adquirir un inmueble en Cuba. “Conozco a muchos aquí, generalmente personas de la tercera edad, que están vendiendo sus propiedades para ir a comprar” en la isla. Hasta la fecha los únicos autorizados a hacer transacciones de bienes raíces en el país comunista son los extranjeros residentes, los nacionales y los cubanoamericanos, una vez que hayan realizado los trámites de repatriación. En algunos casos utilizan familiares como intermediarios.
En Cuba las operaciones de compraventa se realizan en efectivo, “y aunque hay muchos precios inflados, en otros casos, fundamentalmente hacia el interior, mucha gente está rematando sus propiedades” para utilizar ese dinero en su travesía hacia Estados Unidos.
Los precios que se ven en la Internet no coinciden con la realidad. Una vendedora del barrio de Punta Gorda en la provincia de Cienfuegos, pedía 180.000 CUC por su residencia frente a la bahía pero el que llegara con 90.000 CUC “se quedaba con la propiedad”.
En la actualidad son pocos los cubanos con posibilidades reales de acumular el suficiente capital como para comprarse una propiedad. Para ser exacto, se necesitarían 312 años con un salario promedio para poder adquirir la propiedad de la vendedora de Cienfuegos.
Y como la oferta de los vendedores se incrementa y según ellos “contra reloj”, los compradores pueden darse el lujo de escoger entre muchas opciones, algunas a muy buen precio.
