DAYAMARIS TABOADA MORENO
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Los países occidentales en conjunto suman más de la mitad del presupuesto militar mundial, si bien el porcentaje se ha reducido drásticamente desde 2010, aún el potencial de las fuerzas militares se ubica entre los más tecnológicos y desarrollados del planeta
DAYAMARIS TABOADA MORENO
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La tendencias mundial y regional del gasto militar del orbe en los últimos meses indiscutiblemente aporta cifras que llaman la atención, cuando se descubre a naciones que invierten en la carrera militar una parte considerable de su Producto Interno Bruto (PIB).
Según el Instituto Internacional de la Paz de Estocolmo, Estados Unidos lidera con gran diferencia sobre el resto del orbe el gasto militar mundial, concentrando casi la tercera parte de la cifra de 610.000 millones de dólares, suma que equivale al presupuesto de defensa de más de quince naciones desarrolladas y que triplica a la de China, la segunda mayor potencia militar del mundo.
EE.UU. China y Rusia son las naciones que tuvieron el mayor gasto militar en el mundo el pasado año, tan solo el gobierno de Washington destinó el 3,5% de su PIB a fortalecer los recursos militares, cubrir los gastos de las fuerzas armadas, los ministerios de defensa, los paramilitares, así como las necesidades del personal militar y civil, incluidas las pensiones de retiro, investigaciones y actividades espaciales.
En los últimos años no ha habido cambios en los 15 principales países que encabezan la lista de mayores gastadores en términos militares, aunque los puestos se han intercambiado entre algunos de ellos.
Aunque el volumen global de los gastos militares en el mundo se ubicó en 1,77 billones de dólares, se evidencia una significativa reducción del mismo por tercer año consecutivo. Esta tendencia incluye a EE.UU. y Europa del Oeste, quienes disminuyen su gasto militar, mientras que en Asia, Oceanía, África y Oriente Medio aumenta la cifra.
Los países occidentales en conjunto suman más de la mitad del presupuesto militar mundial, si bien el porcentaje se ha reducido drásticamente desde 2010, aún el potencial de las fuerzas militares se ubica entre los más tecnológicos y desarrollados del planeta.
El presidente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, John Chipman, asegura que “el nuevo equilibrio en el gasto militar mundial ha elevado los riesgos de los países occidentales, pues los recursos militares por sí solos no serán suficientes para acabar con el Estado Islámico”, por lo que es necesario garantizar estabilidad política en Siria e Irak, y que los servicios de inteligencia protegan a la población de los países europeos.
Desde que alcanzó su pico más alto en 2010, el gasto militar de Estados Unidos ha disminuido a un 19,8 por ciento en términos reales, descendiendo de manera constante año tras año. A pesar de las amenazas provenientes de otros continentes, la nación norteamericana ha desinflado sus presupuestos en cerca de 20.000 millones de dólares, gasta menos por tener un ejército modernizado construido en las últimas décadas y como secuela de la carencia que dejó la crisis económica de 2008.
Por su parte, China continua agrandándose hasta los 129.400 millones de dólares, creciendo un 9,7 por ciento, esta cifra ha mantenido la paz general con su tasa de crecimiento económico, y un gasto militar que deja una participación bastante estable del PIB del 2,2 por ciento en la última década. A nivel de continente el gasto militar en Asia y Oceanía se mantiene con una tendencia al alza, pues todos los Estados de la región a excepción de Fiji, Japón y Laos han aumentado en los últimos diez años sus recursos.
El incremento en el gasto de Arabia Saudita es reflejo de los conflictos y la inestabilidad que vive la región circundante, subida que se sustenta en los ingresos provenientes del alto precio del petróleo. Mientras tanto, la caída del crudo hace que Rusia recorte su gasto militar previsto para el 2015, a pesar de su participación en el conflicto de Ucrania y la relación cada vez más hostil con Occidente.
En los últimos meses el gasto en Europa rompió con las tendencias, y comenzó a subir nuevamente, luego de las grandes caídas de años anteriores derivadas de la crisis financiera que se evidenció en África, Asia, Europa del Este y Oriente Medio. Para los expertos la tendencia a la baja vivida en el Continente, sobrevino como resultado de las políticas de austeridad sufridas en algunos países.
El gasto militar en América Latina y el Caribe es esencialmente plano, pues no evidencia cambios considerables, aunque en comparación con la pasada década ha aumentado en un 48 por ciento. En naciones como Brasil el poco auge se asocia con la desaceleración de la economía y las protestas sociales que ha enfrentado el gobierno por la falta de servicios básicos. En el continente Sudamericano destaca México, nación que aumentó en un 11 por ciento su gasto militar debido a la necesidad de seguridad, en zonas donde se producen enfrentamientos diarios a los cárteles de la droga.
En general, la mayoría de los países han visto una disminución en sus cargas militares desde el final de la Guerra Fría, aunque esta tendencia se ha invertido poco en los últimos años. El Medio Oriente está muy representado, con 9 de las 20 naciones de la lista de las mayores inversores en la carrera militar. Actualmente más de una decena de los estados que se incluyen en este ranking se encuentran en guerra o colaboran con algún conflicto armado.
Aunque resulta considerable que buena parte del mundo destine más del 5 por ciento de sus ingresos tan solo a gastos militares, en países como Estados Unidos esta cifra la superan los gastos en educación, salud y servicios públicos.
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