jueves 15  de  mayo 2025
PANDEMIA

Nuevo confinamiento sería desastroso para el sur de Florida

Luego del desplome del turismo en Florida, Miami-Dade a duras penas comienza su recuperación. Otro golpe sería brutal 

MIAMI- Estados como Washington, Illinois, Michigan, Oregon, Nueva Jersey y California han incrementado las restricciones, tras un aumento de casos del coronavirus.

Florida, en particular el sur del estado, también muestra cifras oficiales de un incremento de contagios. Esta vez las condiciones para -quizás- un nuevo pico son muy diferentes a seis meses atrás. Los actuales tratamientos basados en un conocimiento mayor del COVID-19 alejan un escenario sombrío, sin embargo, las autoridades sanitarias insisten en que prosigue el peligro sin descartar un segundo cierre como ocurre ahora en varios países de Europa.

Las medidas ejecutadas por la administración del presidente Donald Trump no sólo han sido un vital salvavidas para la economía del país, sino que han favorecido una recuperación acelerada e, incluso, un crecimiento inesperado en esta fecha, aún con la pandemia en su apogeo, según parecen indicar los números.

La sorprendente recuperación de la economía

El despegue industrial de 1,1% en octubre, el auge de las ventas minoristas por seis meses consecutivos y la confianza de los inversionistas aún en niveles muy positivos con el anuncio de dos vacunas, una de Pfizer/BioNTech y otra de Moderna, con una presunta eficacia del 94,5%, confluyen en un ambiente saludable para la salida definitiva de EEUU a la crisis sanitaria, que comenzó en China y se expandió por todo el mundo.

Ambas vacunas podrían recibir la autorización de la Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), en la primera quincena de diciembre, dijo Moncef Slaoui, responsable científico de la operación Warp Speed, creada por el presidente Trump para vacunar a casi toda la población.

Unos 20 millones de estadounidenses con alto riesgo ante el virus y personas de edad avanzada serían vacunados a partir de la segunda quincena; luego en enero podrían ser inmunizados 25 millones más y esa cifra continuaría cumpliéndose cada mes, indicó el funcionario a la cadena MSNBC.

A pesar de las buenas noticias, algunos gobernadores persisten en la idea de un segundo confinamiento hasta que comience la vacunación masiva. La idea pareciera muy oportuna para la salud de millones, pero desastrosa para la economía nacional y de cada estado que tome esa decisión.

La pandemia en Florida

Florida ha sido uno de los estados más afectados por la pandemia y por la recesión, debido a que su economía depende del turismo y los servicios, un sector abatido por la pandemia en EEUU y en casi todo el planeta.

Desde marzo, los viajes de cruceros se encuentran detenidos y no reiniciarán sus operaciones en el país hasta enero o febrero posiblemente del 2021, si una vacuna no frena las alarmas del virus. Miami es considerada en la actualidad como la capital de los cruceros, una industria que inyecta ingresos directos a la economía local, activa una amplia red de suministros y mantenimiento y genera miles de empleos tanto en puertos como en las tripulaciones.

El confinamiento en el sur de Florida y la vuelta a medidas restrictivas similares luego del repunte de casos en agosto, dejaron sin empleo a miles de personas y cientos de negocios desaparecieron, a pesar de las ayudas federales. Hoteles, restaurantes, bares, discotecas y otros medios de entretenimientos fueron ahogados por el virus que se originó en la ciudad china de Wuhan. Muchos pudieron subsistir gracias a los préstamos federales, sus reservas financieras y reajustes en su funcionamiento que les han permitido subir a la cuerda de la recuperación.

Otra perspectiva de administración condal

El martes 17 de noviembre juramentó la nueva alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, quien ha reiterado su énfasis en la pandemia. De llegar a la Presidencia, Joe Biden ha recalcado que se enfocará en el COVID-19, no en la economía.

Durante sus declaraciones de campaña, Levine Cava argumentó lo mismo, a pesar de que en algunas ocasiones dijo sentirse comprometida a continuar el respaldo a las pequeñas y medianas empresas en el mayor y más importante condado de Florida.

Estas afirmaciones, unidas a las del superintendente escolar, Alberto M. Carvalho, quien en días recientes dejó abierta la posibilidad de un segundo cierre de los centros de educación, erizan la piel a decenas de miles de dueños de negocios y empleados que no resistirán un segundo confinamiento o un nuevo paquete de restricciones.

De ocurrir otro cierre del sistema escolar en Miami-Dade, miles de padres se enfrentarían otra vez al gran dilema de cuidar a sus hijos y perder su puesto de trabajo, en caso de no tener alguna ayuda familiar.

El brutal impacto local del coronavirus

Un estudio de la Universidad Internacional de Florida (FIU), en colaboración con la Oficina de Convenciones y Visitantes del Gran Miami (GMCVB) publicado a finales de octubre, señala que los hoteles en Miami-Dade tuvieron pérdidas por ingresos directos de unos 1.300 millones de dólares y 742 millones en la hostelería.

En gastos indirectos, los hoteles y restaurantes contabilizaron una caída de más de 664 millones de dólares junto a otros 652 millones en pérdidas inducidas por el bajo consumo y las operaciones al 50%.

Para concluir, las pérdidas totales en Miami-Dade sólo en restaurantes y hoteles ascienden a más de 3.355 millones, desde marzo hasta septiembre.

Basta con observar las estadísticas anteriores para comprender el nefasto efecto de un segundo cierre o el regreso a mayores limitaciones en los negocios locales.

Hasta el momento, las cifras ofrecidas por las autoridades de salud denotan cierto optimismo respecto a que la mayoría de los casos diagnosticados no necesitan hospitalización, buena parte son asintomáticos y el nivel de gravedad en las hospitalizaciones se ha reducido al mínimo, un escenario muy distante a lo ocurrido en los primeros meses de la incidencia del COVID-19 o SARS-COVID-2.

La pandemia y sus vínculos con la política

Con una tasa de desempleo por debajo ya del 7%, EEUU mantiene hasta el momento una recuperación estable y sólida, elementos impensables al principio de la pandemia antes de concluir el 2020. Sin embargo, las medidas asumidas en varios estados tras las elecciones del 3 de noviembre podrían causar un efecto dominó en otros, algo que haría retroceder el sorpresivo avance económico en medio de la peor crisis sanitaria en la historia moderna de EEUU.

El gobernador Ron DeSantis manifestó, a finales de septiembre, que “en Florida todos tienen derecho a trabajar, los negocios tienen derecho a operar. Los gobiernos regionales pueden establecer regulaciones razonables, pero no se puede simplemente decir que no, después de seis meses de restricciones. La gente tiene que vivir”.

El arraigo a una tendencia política en el centro de una crispación social tras las elecciones presidenciales y las denuncias y demandas bajo alegaciones de un fraude masivo por parte de la campaña del presidente Trump crean por sí mismas una nueva incertidumbre sobre cuáles serían las respuestas a otra ola de contagios de coronavirus y las decisiones en cada estado.

El virus se convirtió en un arma política de los demócratas contra la gestión del presidente Trump y fue el centro de los debates y las impugnaciones de la izquierda contra la actual administración durante la campaña electoral. Y lamentablemente, lo sigue siendo.

Un paso atrás respecto a la pandemia en el sur de Florida, terminaría en un retroceso catastrófico para la economía local, que apenas se recupera de crueles meses de desesperación, fallecimientos, desempleo y asfixia financiera.

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