Con una industria que se recupera en parte del enorme abandono y corrupción, gracias al respaldo de Rusia e Irán, la posibilidad de que Venezuela pueda suplir la demanda estadounidense de petróleo ruso es inviable, al menos en lo inmediato, coinciden expertos.
Washington prohibió esta semana las importaciones de petróleo y gas rusos, como parte de una batería de sanciones contra Moscú tras su invasión de Ucrania, una medida que disparó aún más los precios del crudo en el mercado internacional.
Estados Unidos importaba, según datos de su agencia de energía, poco menos de 700.000 barriles diarios de Rusia (3%), y ahora busca a otro proveedor. ¿Venezuela? La Casa Blanca no reconoce a Nicolás Maduro como presidente y en el 2019 impuso sanciones para forzar su salida del poder, que incluye un embargo petrolero todavía vigente.
En medio de una nueva ofensiva económica contra Rusia por la guerra, una delegación de altos funcionarios del gobierno de Joe Biden visitó Caracas el fin de semana para una sorpresiva reunión con Maduro, un aliado cercano de Vladimir Putin, en la que se abordó el tema energético.
El experto petrolero Rafael Quiróz considera que Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo "no es una opción" para EEUU.
"Para que Veneuela sea opción tiene que tener una capacidad de aumento de producción por sí misma", explicó, resaltando que lo que se produce actualmente en el país caribeño ya está "comprometido" para satisfacer la demanda interna y cumplir compromisos con China, India y otros países.
Irán vende ahora diluyentes a Venezuela mientras Rusia se encarga de transportar y vender su petróleo, y al mismo tiempo cobra la deuda del país sudamericano con Moscú.
La desarticulada industria venezolana
La producción actual de la otrora potencia petrolera se ubicó en 755.000 barriles diarios en enero, según el último reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Llegó a desplomarse a los 400.000, sus peores niveles desde la década de 1940. Expertos coinciden que la caída respondió a un deficiente sistema decadente socialista, años de mala gestión y multimillonaria corrupción dentro de la gigante estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en más de dos décadas de gobiernos chavistas.
Carlos Mendoza Potellá, economista petrolero, estimó que para llegar a los dos millones de barriles diarios que promete Maduro se requieren unos "cuatro o cinco años", dado el nivel deterioro de la industria. Y miles de millones de dólares
La AFP constató instalaciones abandonadas en el Lago de Maracaibo (Zulia, oeste), donde comenzó la explotación petrolera en el país, y derrames en el este del país, el otro gran polo de producción.
Los expertos coincidieron en que para recuperar su industria, Venezuela necesitará de una multimillonaria inversión extranjera; cambiar la ley de hidrocarburos; otorgar seguridad jurídica a las empresas privadas víctimas de expropiaciones en el pasado; eliminar controles, y que se levanten las sanciones estadounidenses.
Rusia, un exportador más agresivo
Para que Venezuela surta la demanda en el golfo de México, una zona que antes suplía hasta que fue sustituida por Rusia como proveedor tras las sanciones a Caracas, Venezuela debería abandonar sus ventas a China y las que realiza con fuertes descuentos en el mercado negro con el apoyo de Moscú.
Venezuela "puede compensar, en el mediano plazo, solo una parte de la ausencia rusa en el mercado", indican algunos economistas, quienes estiman que el escenario de volver a hacer negocios entre Estados Unidos y Venezuela, cuestionado por actores políticos en Washington, es lo que necesita Maduro en estos momentos.
"Putin puede ser muy amigo de Maduro, pero hoy va a ser el exportador más agresivo", señalan economistas. "Cuando Rusia sale sancionada, su petróleo, que es mucho y muy bueno, se va a orientar ahora al mismo mercado a donde Maduro envía 500.000 barrilles de los 750.000 barriles diarios".
Maduro ha expresado su "fuerte apoyo" a Putin y ha tachado de "crimen" y "locura" las sanciones de Occidente contra Moscú, que no ha dado señales de degradar la relación con Caracas. Una muestra: la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez se reunió este jueves en Turquía con el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov.
FUENTE: Con información de AFP