sábado 13  de  diciembre 2025
ANÁLISIS

La Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU 2026: China y el "woke", los rivales a enfrentar y Venezuela como prueba de credibilidad

Amenazas transnacionales como la migración masiva, el tráfico de drogas y de personas, y las estrategias de guerra híbrida de rivales como China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela, etc., están presentes en el documento

Diario las Américas | FABIÁN CALLE
Por FABIÁN CALLE

La publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional de la administración Trump establece claramente cómo el presidente, en dos ocasiones, entiende los desafíos geopolíticos, culturales e ideológicos que enfrenta la superpotencia y sus esferas de influencia.

La batalla por las ideas, las mentes y los corazones se vuelve tan importante como la estrategia militar. Este documento es, sin duda, disruptivo en comparación con todo lo publicado por la Casa Blanca desde el final de la Guerra Fría. Entre sus temas centrales están:

1. Una plena conciencia del fin de la unipolaridad, que comenzó con el colapso de la URSS.

2. El reconocimiento de los graves errores que Washington cometió durante esas décadas de poder casi absoluto. Entre los más importantes estuvieron subestimar las consecuencias del ascenso de China y no dar mayor espacio para buscar el diálogo y la coordinación con Rusia. Sin olvidar guerras innecesarias como Irak en 2003 y veinte años de presencia militar en Afganistán, así como sucesivas expansiones de la OTAN que tensaron cada vez más las relaciones con Moscú, facilitando la estrategia de acercamiento y cooptación de influencia de Pekín en Rusia, y el fútil intento de democratizar Oriente Medio después de 2001, todas estas fueron distracciones que China explotó hábilmente para consolidar su poder en la región Asia-Pacífico.

3. Sin duda, el enfoque central de los documentos de Trump es el Hemisferio Occidental. Esto no se veía desde la amenaza que representó la caída de Cuba en manos de la URSS en 1960. Se deja claro que la región es una zona de seguridad vital para Estados Unidos y que, si esto no se consigue, cualquier proyección de poder hacia otras áreas del mundo se verá seriamente afectada. El vínculo y entrelazamiento de amenazas transnacionales como la migración masiva, el tráfico de drogas y de personas, y las estrategias de guerra híbrida de rivales como China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela, etc., están presentes a lo largo del documento. Según la nueva estrategia, la geopolítica interestatal y la clásica lucha por el poder no pueden entenderse sin una comprensión profunda y detallada de estos delitos que cruzan las fronteras nacionales y vuelven insignificantes los supuestos límites rígidos entre la seguridad interna y la defensa nacional. Por todas estas razones, América Latina adquiere una posición de importancia primordial.

No se trata solo de impedir la llegada de capacidades militares estratégicas desde China (especialmente), Rusia, Irán, etc., a esta vasta región, sino también de evitar que estos actores estatales utilicen el tráfico de drogas y de personas como un ariete contra la estabilidad política y social de Estados Unidos, así como una fuente de financiamiento para movimientos e ideologías anticapitalistas, antiliberales, antinacionalistas, antimilitares, antifamilia y otras. Esta es la receta “woke” por excelencia, tan extendida en el mundo académico estadounidense y en gran parte de la prensa progresista autoproclamada.

4. En este punto, entramos en un segmento central de las 33 páginas que estamos analizando: una crítica contundente y directa al “wokismo” europeo y su demolición progresiva y persistente de los valores fundamentales de Occidente, incluyendo la migración islámica descontrolada y las altas tasas de natalidad en comparación con las poblaciones europeas. El documento no rehúye la hipótesis de que los países miembros de la OTAN en el Viejo Continente tendrán poblaciones predominantemente musulmanas en las próximas décadas. Reitera la contundente advertencia que el vicepresidente J.D. Vance emitió meses antes, durante su gira por Europa, exigiendo que los partidos políticos del establishment (izquierda, centro e incluso centroderecha) cesen sus ataques contra los partidos y movimientos nacionalistas y de derecha. Debe respetarse el voto popular, así como la libertad de expresión, el acceso a los medios y la ausencia de censura en las redes sociales. Todo esto va acompañado del deseo de poner fin a la rusofobia, que solo sirve para facilitar el trabajo de la diplomacia china y de sus aliados.

Está de más decir que esta descripción del “wokismo” en Europa Occidental es simbiótica con amplios sectores de los demócratas estadounidenses. Volviendo a la advertencia de Vance, Occidente lleva dentro de sí el virus de su propia autodestrucción, y los enemigos externos lo aprovechan bien. Menos hijos, menos patriotismo, la denigración de las tradiciones, de los héroes nacionales y de la tradición judeocristiana, la estigmatización de hombres y mujeres blancos, heterosexuales, un ambientalismo extremista y anticapitalista, etc., son regalos preciosos para los poderes enemigos de Estados Unidos y del mundo occidental. Como reflexión personal, vale considerar cómo el kirchnerismo terminó siendo una versión periférica del “wokismo” estadounidense y de sus clones europeos. Un fenómeno similar ocurre con amplios sectores de la izquierda o pseudoizquierda en Brasil, Chile, Colombia, Uruguay, etc. Lo que se presentó como movimientos e ideas revolucionarias y antiestadounidenses termina imitando al ala izquierda del Imperio. Pobre Arturo Jauretche… si pudiera verlo.

Un comentario final se refiere a la prueba central que representa, en el corto plazo, la continuidad de la dictadura castro-chavista en Venezuela para todo este documento y su enfoque, como pocas veces se ha visto, en América Latina. Si el final de 2025 y los meses iniciales de 2026 no muestran resultados claros y concluyentes, los enemigos extrarregionales (e intrarregionales) de Estados Unidos sabrán que el papel no necesariamente se traducirá en acción.

Publicado originalmente en el Instituto de Inteligencia Estratégica de Miami, un grupo de expertos conservador y no partidista que se especializa en investigación de políticas, inteligencia estratégica y consultoría. Las opiniones son del autor y no reflejan necesariamente la posición del Instituto. Más información del Miami Strategic Intelligence Institute en www.miastrategicintel.com

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