sábado 13  de  diciembre 2025
Opinión

El presidente Trump, la Doctrina Monroe y Cuba narcocomunista

El presidente Trump lanzó una nueva Estrategia de Seguridad Nacional, con el nombre del Corolario Trump a la Doctrina Monroe

Diario las Américas | OSCAR ELÍAS BISCET
Por OSCAR ELÍAS BISCET

Este año es el septuagésimo séptimo aniversario (77.º) de la publicación en la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de Derechos Humanos, su Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948. De sus 58 Estados miembros, 48 votaron a favor, entre estos Cuba y Estados Unidos; dos no estuvieron presentes, en contra ninguno y 8 abstenciones de los regímenes comunistas, la Unión Soviética y los de Europa Oriental, así como Arabia Saudí y Sudáfrica racista.

En 1945 se fundó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al terminar la cruenta Segunda Guerra Mundial, por 51 países, cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, la Unión Soviética y China, y por la mayoría de las otras 46 naciones (hoy 195 miembros), que han rubricado la Carta de las Naciones Unidas.

La Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos aseguraron la independencia y soberanía de los estados y dentro de sus territorios la aspiración más elevada del ser humano, expresada en los derechos humanos y las libertades fundamentales, para alcanzar la paz, la justicia y la libertad en la edificación de una sociedad libre.

El mundo occidental libre tuvo un triunfo transcendental sobre las sociedades de miedo del sistema comunista. Cayó el Muro de Berlín (1989) y la desintegración de la Unión Soviética (1991). Sin embargo, el mundo occidental no puso en práctica una transformación vital en la ONU para el cumplimiento por todos los países de lo más esencial de las personas, sus derechos intrínsecos e inalienables: las libertades fundamentales.

La ultraizquierda progre y los comunistas aumentaron sus acciones en la ONU e impusieron sus nuevas visiones ideológicas y contaminaron a Europa, África y el resto del mundo, hasta Cuba comunista y EEUU. Ahora China, Rusia, Irán, Cuba y otros secuaces quieren establecer un nuevo orden mundial tiránico.

Todo parecía perdido, desgarrada y agonizante la cultura occidental, y como un milagro se levantó Trump el Pacificador, el presidente de Estados Unidos de América, Donald J. Trump, quien con su paz trumpiana activó de forma magnánima, integral y universal su Corolario a la Doctrina Monroe.

El 5.º presidente americano, James Monroe (1817-1825), en un discurso ante el Congreso de EEUU, expuso la doctrina que lleva su nombre y está en relación con las políticas exteriores del país, la cual es muy bien conocida y de más de 200 años de implementación (2 de diciembre de 1823), resumida en la importante frase emblemática de “América para los americanos”.

El presidente Monroe proclamó que “el Nuevo Mundo y el Viejo Mundo seguirían siendo esferas de influencia claramente separadas, y, por lo tanto, los esfuerzos adicionales de las potencias europeas para controlar o influir en los estados soberanos de la región se considerarían una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”.

La defensa de Latinoamérica por la Doctrina Monroe tuvo cumplimiento cuando el Imperio Francés, dirigido por Napoleón III (1852-1870), invadió y ocupó México (1864) y colocó a Maximiliano I como emperador de México.

La respuesta no se hizo esperar; a pesar de que EEUU estaba en una guerra civil, el presidente Abraham Lincoln declaró su apoyo al presidente constitucional mexicano Benito Juárez e invocó la Doctrina Monroe. Esto forzó la retirada de las tropas francesas de ocupación y la renuncia, derrota y fusilamiento de Maximiliano (1867) y la independencia de México.

El presidente Theodore Roosevelt —Teddy— (1901-1909) anunció el Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe, al decir que Estados Unidos tenía el derecho de ejercer la fuerza militar en los países latinoamericanos para mantener fuera a los países europeos, 1904; en respuesta a los barcos de guerra alemanes, británicos e italianos que bloquearon los puertos de Venezuela y alegaron incumplimiento de sus deudas por el gobierno autocrático venezolano.

La Doctrina Monroe se invocó por el presidente John F. Kennedy en 1962; la Unión Soviética había comenzado a construir bases de misiles nucleares ofensivos y la presencia de 47 000 soldados soviéticos en Cuba. El presidente Kennedy decretó una cuarentena naval y aérea en la isla. Hubo diálogos y acuerdos entre ambas potencias y evitaron la Tercera Guerra Mundial.

Otra vez, los regímenes narcotiránicos de Cuba y Venezuela, en alianzas con sus metrópolis imperiales de China, Rusia e Irán y otras organizaciones criminales transnacionales, han quebrado la estabilidad y la seguridad del Hemisferio Occidental y son amenazas a la seguridad nacional de EEUU y, como consecuencia, reactivaron la Doctrina Monroe.

El presidente Trump lanzó una nueva Estrategia de Seguridad Nacional, con el nombre del Corolario Trump a la Doctrina Monroe.

“Estados Unidos reafirmará y aplicará la Doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el Hemisferio Occidental y proteger nuestro territorio nacional y nuestro acceso a geografías clave en toda la región. Negaremos a competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales, en nuestro hemisferio”.

Asimismo, especifica: “Reclutaremos a aliados consolidados en el Hemisferio para controlar la migración, detener el tráfico de drogas y fortalecer la estabilidad y la seguridad en tierra y mar. Nos expandiremos cultivando y fortaleciendo nuevos socios, a la vez que reforzamos el atractivo de nuestra nación como socio económico y de seguridad predilecto del hemisferio”.

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