MIAMI — La perseverancia define a Evelyn Calderón, una mujer que ha aprendido el valor de la reinvención desde las aristas geográfica, familiar y profesional. Ella ha conocido los sinsabores de la revolución en Nicaragua en los años 80, se vio obligada al exilio y después quedó soltera con tres hijos que alimentar en EEUU.
De todo eso aprendió, y ante las adversidades se levantó cada vez más fuerte. Ahora, al frente de su propio negocio y con tres hijos encaminados en sus profesiones, se entrega con pasión al mundo de la belleza y los masajes en su spa en Miami.
“Soy nacida en Estados Unidos pero criada en Nicaragua desde un año hasta mis 18 años”, dijo Evelyn a DIARIO LAS AMÉRICAS. “Mi papá era militar del tiempo de [Anastasio] Somoza, era piloto de la Fuerza Aérea; vino a estudiar a Texas y aquí nací yo, de accidente”.
Sin embargo, todo cambió “en la revolución de Nicaragua, cuando yo estaba empezando mi carrera de administración de empresas en 1986, y con la guerra nos vinimos exiliados. Una gringa exiliada de su propio país. Aquí me casé. Tengo tres hijos y ahora soy abuela de un nieto”, comentó Evelyn, que llegó con su madre y sus dos hermanos.
Evelyn Calderón-Diva Skin & Body Treatment Miami-cortesía
Evelyn Calderón es especialista en masajes y tratamientos de belleza.
Cortesía/Evelyn Calderón
Empezar por tercera vez
Aunque quiso retomar los estudios que tuvo que abandonar en Nicaragua, la vida le cambió abruptamente hace unos 14 años. “Me quedé soltera con dos adolescentes y una niña de tres años. Tuve que sacar adelante a tres niños, no había oportunidad de ponerme a estudiar. Tenía que trabajar durante la semana y limpiar casas durante el fin de semana para poder completar, para los gastos, porque no alcanzaba. Evelyn persona se hizo a un lado para ser Evelyn mamá. Fue muy difícil sola”, recordó.
Pero su sacrificio y el ejemplo que le ha dado a sus hijos tiene buenos frutos. “Gracias a Dios tengo dos policías en la familia y mi hija menor está estudiando Administración de Empresas”, afirmó, orgullosa.
Dicen que a la tercera va la vencida. Para Evelyn, que se encuentra en su tercer intento de negocio, las caídas solo significan que es buen momento para levantarse. “Hace tres años vendí un negocio de manicure y pedicure”, reveló. “Siempre me encantó la belleza y me dije: esta es la oportunidad de tener mi negocio”, sumó.
Y aunque “desgraciadamente no dio resultado, me puse a estudiar otra vez porque había que reinventarse”. Y así fue: “a mis cincuenta y pico de años tenía que reinventarme y empecé a estudiar sobre los masajes, los faciales”.
“Siempre tuve el anhelo de tener mi propio negocio en los EEUU, porque me crie en una familia de negocios en Nicaragua. Mi familia materna tuvo talleres de costura. A mí me mantuvieron por un negocio familiar, y eso es lo que quería para mi vida”, subrayó.
La pausa de la pandemia le dio el tiempo necesario para perfeccionar sus habilidades. “Me quedé preparándome, practicando. Estaba terminando la escuela, luego me quedé dando clases de masajes en esa escuela donde estudié”, detalló. “Después comencé a buscar locales y ahora estoy rentando un espacio en un salón en Doral, y ahí tengo mi pequeño negocio, que nació con la pandemia”.
Diva Skin & Body Treatment, un nuevo sueño
De su spa ubicado en Doral “todo el mundo sale golpeado”, dice entre risas al hablar de algunos de los masajes que ofrece, sobre todo de la maderoterapia, uno de los tratamientos más populares. Además de eso, Evelyn ofrece “faciales, depilación, tratamientos de reducción, cavitación, radiofrecuencia, paquetes diferentes de acuerdo con las necesidades de cada cliente”.
“Me ha tocado reinventarme después de los cincuenta, cuando se te hace muy difícil que te den trabajo, porque ya no sos joven, las compañías te ven como si fueras una pérdida en vez de una ganancia por tu experiencia, así que busqué mi propio trabajo”, zanjó.
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Al mirar hacia atrás, Evelyn admitió que “es difícil, porque es un negocio nuevo, tu credibilidad depende de tus clientas, de lo mejor que des de ti misma. Lo estoy logrando. Es difícil, pero poquito a poco se va logrando”.
También “es una oportunidad que sobre todo las personas después de los 50 tenemos para vernos mejor”. En efecto, uno de los objetivos de estos tratamientos “es levantar la autoestima de nosotras las mujeres. Muchas tenemos la autoestima baja por la competencia que hay en la calle con los cuerpos. Ya tenés que tener unas nalgas de una manera, una cintura de una manera. Las gorditas no estamos de moda, las mayores no estamos de moda”.
Describió también la alegría que siente al “ir viendo el cambio en el cuerpo, irles formando la cintura, levantarles los glúteos, ir minimizando visualmente la celulitis; son tratamientos que no son mágicos, pero funcionan”.
De ahí que una de sus satisfacciones “es saber que logro levantarles la autoestima a muchas personas que, como yo, en algún momento, enfrentamos la crítica de la sociedad. Si vos te fijas en Instagram, lo que publican es perfecto, y nosotras queremos ser como ellas. Pero están con filtro, hay inventos. Lo que vende el mercado es un cuerpo perfecto”.
No obstante, “hay mil armas en el mercado que no tienen que ser una cirugía donde uno arriesga la vida. Hay muchas armas para poder ser bonita, no como nadie, sino como nosotras mismas. Y la ayuda está al alcance de la mano ahora, sin necesidad de operarse, sin consecuencias a largo plazo”.
Puede encontrarla en Instagram como @diva_skin_and_body_treatment
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